miércoles, 24 de febrero de 2016

Encuentro con Miguel Olmeda (PSV)

La eliminatoria de UEFA Champions League entre el PSV y el Atlético de Madrid supone la primera aparición en la fase final, por parte de los holandeses, desde la temporada 2013-2014. A pesar de su condición de equipo inferior, las variantes implantadas por Cocu en la presente campaña hacen de los de Eindhoven un conjunto compacto y versátil. Para conocer los mecanismos de su juego, nombres propios, fortalezas y debilidades charlamos con Miguel Olmeda Gómez - @MOlmeda94 - periodista de MARCA Plus y analista de la Eredivisie.

Uno de los principales automatismos que sorprenden en esta temporada del PSV, Miguel, es su pragmatismo. Esto es: la posesión del balón no es un factor innegociable, se amoldan correctamente a situaciones de juego continuas y permanentes de inferioridad con el esférico, juntando las líneas y los extremos, a su vez, forman parte de la línea de centrocampistas.

En efecto, Carlos. Es el principal cambio que ha mostrado el equipo de Phillip Cocu respecto a las últimas temporadas: ya no hay miedo ceder el balón, echarse atrás y correr. Es más, casi puede decirse que el equipo agradece estas situaciones. En Europa las está explotando especialmente.

Sintomático es, además, que la salida de balón se realiza, mayoritariamente, por bandas: con envíos a los laterales, por centralización de los extremos, que incluso retrasan su posición en exceso para estar en contacto con el balón.

Le ocurre al PSV que Bruma no es precisamente un Beckenbauer, ni tampoco Héctor Moreno. No golpean mal en largo, pero tampoco son especialmente hábiles a la hora de batir líneas rivales con pases o conducciones. Y Guardado, que siempre es quien se ofrece a sacar el balón, tiene mucha calidad pero es mediocentro desde hace relativamente poco. En cambio, Arias y sobre todo Willems (ahora que ha vuelto), le permiten salir fácil por los costados, minimizando el riesgo tras pérdida, habitual cuando antaño Bruma y Rekik eran los protagonista de la salida.

Eso es, la generación de juego no es excesivamente elaborada, como se pudiera imaginar por ser un equipo TOP en contexto holandés. De hecho, el recurso de los envíos aéreos y directos es constante, tanto para las diagonales de los extremos como para las recepciones de De Jong.

Claro. Los interiores habituales en este PSV, Hendrix y Pröpper, son más móviles, guerreros y con llegada, que puros especialistas de la posesión. Y encima De Jong es un crack a la hora de recibir de espaldas y descargar. Hace muy bien eso, bajarla y tocar de cara para que los del medio aprovechen su llegada o abran a los extremos.

En ataque estático, los extremos tienden a centrar su posición, para jugar en los territorios propios a los de los interiores. Ante el Atlético de Madrid, ¿esto es positivo por la presencia de jugadores de tanta calidad defensiva y despliegue en el centro del campo?

Pues tengo mis dudas. En primer lugar, ante la ausencia de De Jong por sanción en la ida, creo muy firmemente que Cocu va a cambiar el sistema. Que Locadia, Pereiro o Narsingh jueguen cerrados beneficia al cuarteto del Atlético en el centro del campo, pero imagino un escenario en el que el PSV no juegue con extremos este partido.

En el reciente partido de Eredivisie ante el Utrecht Cocu utilizó, por primera vez este año, defensa de tres centrales: Bruma, Moreno e Isimat. De tal manera, se obvia uno de los puntos característicos del PSV, los extremos, porque actúan por dentro. En esa tesitura de 3-5-2, ¿cómo pueden responder dos de los mencionados ante la pareja defensiva del Atlético?

Ésa es una de las posibilidades, en efecto, el 3-5-2. Al PSV le hace mucho daño que en la ida no pueda estar De Jong, pues es el mejor capacitado para pelear con Godín y Giménez los primeros envíos de su equipo, y que sea su acompañante quien acuda a la caída. Sin su capitán, la pareja de atacantes, que yo pienso que formarán Locadia y Pereiro, tiene que buscar sacar a los centrales de su zona, que no tengan una referencia. Aunque será Locadia quien haga "un poco más" de De Jong.

En este escenario, resaltaría más la capacidad de repliegue que hemos plasmado inicialmente. Y ahí, la ausencia de De Jong puede reportar réditos porque la idea principal sería aprovechar los recursos ofensivos de los extremos, esta vez delanteros, para disputar jugadas con espacios.

Quizás la velocidad de Narsingh pudiera serle útil ahí a Cocu, pero yo creo que la potencia y zancada de Locadia y la calidad de Pereiro le van a pesar más al técnico, y que Narsingh saldrá en la segunda parte para aprovechar el posible cansancio de los zagueros rojiblancos y explotar su punta de velocidad.

El PSV no realiza presión en bloque alto, esperan en su campo al rival. Puede ser positivo ante el Atlético porque los de Simeone no son un prodigio técnico ni su estilo de juego se basa en crear a partir del balón. Todo ello con un bloque muy compacto y junto con el 3-5-2.

Juntar tanta gente cerca de su área puede venirle muy bien al PSV. Bruma, Isimat-Mirin y Héctor Moreno son fuertes en el juego aéreo, y el Atlético no dispone de especialistas en esa suerte -al menos no entre sus atacantes-, ni tampoco, como dices, gustan de crear a partir de la pelota. Por eso será importante el papel de la línea de centrocampistas del PSV, sea de 5 o de 4 hombres, que es otra posibilidad, aunque creo que más remota. Si no dejan espacios para correr o para encarar cerca del área, al Atlético le costará hacer gol.

Sin embargo, si se enfrentan a situaciones en las que tienen que defender contraataques, son débiles en las marcas individuales y en repliegue defensivo. Se vio ante el Utrecht en Copa de Holanda, sobre todo: desequilibrios muy fáciles en el uno contra uno.

Ninguno de los defensas corre bien hacia atrás, ni tampoco tiene mucha cintura en el mano a mano. En concreto, los laterales del PSV son muy muy endebles, de ahí que Cocu pueda reforzar la defensa con un 3-5-2, para exponerlos menos, también a los centrales, que como hemos dicho se sienten más cómodos replegados que a campo abierto.

Destaca esta deficiencia, sobre todo, en la banda derecha. Arias, ante un extremo creativo, que encara, que busca el desequilibrio individual; tuvo problemas para mantener la marca. Hablo del enfrentamiento ante el Feyenoord y, de manera concreta, ante Elia. ¿Cómo de positiva, en ese sentido, es la baja de Carrasco?

Principalmente el colombiano es uno de los más beneficiados, a nivel individual, del cambio de sistema. Tanto porque tiene menos situaciones claras de defender un uno contra uno, como porque puede destaparse más en la faceta ofensiva, donde sí que suma. Estoy seguro de que con Carrasco hubiera tenido muchísimos problemas aún jugando con 3-5-2. Que sea un centrocampista más puro como Koke, Saúl u Óliver el que caiga en su costado le favorece, sin duda.

Uno de los nombres propios para el PSV este año natural es Van Ginkel. En su primer partido, ante el Utrecht, ubicado en la zona central, resultó llamativo que más que realizar funciones de creación de juego, su función se basó en la continuidad de la transición con fines resolutivos. Su mapa de calor le situaba muy cerca del área rival.

No en vano, suma dos goles en sus tres primeros partidos de Liga con la camiseta rojiblanca. Pero viene todo del plan de juego de Cocu, que desestima un poco, por así decirlo, la elaboración, y busca potenciar las llegadas de segunda línea, donde tiene a otro fenómeno como Pröpper. Van Ginkel, eso sí, llega a la eliminatoria con molestias. El lunes no se entrenó con el grupo, aunque el martes ya sí que lo hizo. Importante su nombre.

Para finalizar, otro que tiene molestias y será duda hasta pocas horas antes del partido es Guardado. Quizás sea el jugador más carismático ahora mismo en Eindhoven y, en términos futbolísticos, el más influyente. ¿Cómo puede cambiar el guión del partido con el mexicano dentro del terreno de juego? ¿Cambiará mucho el despliegue del PSV y la idea de juego sin su presencia?

Es, como bien dices, el futbolista clave de este equipo. Quién hubiera podido adivinar en el extremo/lateral del Deportivo y Valencia a un pivote que hoy por hoy hace de todo en el campo: corta, distribuye, llega al área, ayuda a los laterales, lo saca todo a balón parado... Cocu le ha mimado desde el primer momento en que se lesionó, y parece ser que jugará de inicio, aunque veremos cuanto aguanta. En cualquier caso, tiene en Jorrit Hendrix un alumno más que aventajado, que seguro a más de uno sorprende en la eliminatoria. Con Guardado o sin él, el PSV va a jugar a lo mismo, aunque pierda a su mejor hombre.

Sin duda, un choque crucial el del Philips Stadion para determinar las opciones del PSV en el partido de vuelta. Auténtico placer aprender de tus conocimientos de la liga holandesa. Muchas gracias por pasarte por "Un Fútbol Romántico", Miguel.

XI de Miguel Olmeda Gómez


Porcentajes (%) – C. Álvarez Villacé 35-65

Porcentajes (%) – Miguel Olmeda Gómez 30-70

miércoles, 17 de febrero de 2016

Variantes, cambios y una nueva imagen

La decisión de la AS Roma de destituir a Rudi García en detrimento de Spalletti, tras seis jornadas disputadas en la Serie A, no sólo está resultando positiva por el cambio de balance en los resultados obtenidos, minimizando la diferencia de puntos con respecto a los puestos de Champions League de seis a dos puntos. Además, la capacidad táctica que está exhibiendo el conjunto romano es uno de los principales motivos para aseverar que la Roma, en vísperas de enfrentarse al Real Madrid en la competición internacional, es un conjunto radicalmente opuesto al que actuaba con el técnico francés en el banquillo.

Tanto las distintas ubicaciones espaciales en las que se desempeñan varios jugadores como la fiabilidad con el esférico en posesión propia, establecen que los de Spalletti sean capaces de manejar diferentes registros futbolísticos. No en vano, distintos esquemas de juego y formaciones ha implantado el preparador italiano, con indiferencia del resultado conseguido. La idea que transmiten siempre es la misma y, sin ningún tipo de duda al respecto, la convicción que desprenden los futbolistas al realizar los automatismos y mecanismos implantados por Spalletti demuestra que los conceptos se ha asimilado con prontitud.

La Roma ha jugado y puede jugar tanto con defensa de tres centrales como de cuatro efectivos al uso. La inclusión de De Rossi en el centro del zaga, de manera fija y perenne, habilita una salida de balón más limpia, ya que la pareja (indiscutible) Rüdiger-Manolas no poseen unas aptitudes extremadamente sobresalientes en esa faceta del juego. No obstante, Spalletti ha utilizado esa formación incluso cuando el capitán no se encontraba disponible. De tal manera, en fase ofensiva el lateral izquierdo centraba su posición para ser el tercer hombre en la línea de atrás, dejando todo el sector derecho para el lateral (Maicon, Florenzi). Así, el lateral confluye como un efectivo más en la zona de tránsito del balón en primera instancia. Esto se complementa con la presencia de un extremo fijo en la banda izquierda (Stephan El Shaarawy), evitando que un mediocentro tenga que ubicarse escorado en ese sector. Esa 'asimetría' que se produce con el movimiento de ambos laterales, siempre realizado cuando Kuzmanovic es titular, se compensa con la figura del italiano, más centrado en tareas ofensivas que defensivas. Por el contrario, si Digne es el lateral que comienza el partido desde el comienzo, nunca se ha presenciado tal variante, siendo la defensa de cuatro jugadores la establecida.















Aún así, independientemente de quien actúe por ambas bandas, la presencia de los laterales o carrileros en campo contrario es constante. Especialmente es relevante en el sector derecho, ya que el jugador ofensivo que parte desde esa zona (Salah) no habita ahí la gran parte del tiempo. La libertad que concede Spalletti a los dos defensas es plena y cuando se proyectan en ataque juegan, incluso, realizando funciones de extremo. En ese contexto, Florenzi sale más favorecido en la comparativa personal con Maicon, ya que posee mayor recorrido y constancia física. A la diferencia establecida anteriormente con respecto a Kuzmanovic y Digne, hay que añadir la de la precisión en los centros al área. El francés es mínimamente superior, puede combinar en posiciones más centradas y se prodiga más en disparos lejanos desde fuera del área.
















En ese funcionamiento escalonado, la pieza clave es Pjanic. El bosnio retrasa su posición en exceso a la hora de sacar el balón jugado. Incluso, no es extraño contemplar que su ubicación está cerca de la de los defensas. Se coloca siempre detrás del jugador defensivo y físico, del mediocentro posicional, porque es el elegido para entrar en contacto con el balón tan prontamente sea posible. De ello dependen los intereses de la Roma en cuanto a transiciones generadas desde primera línea de exposición se refiere. Incluso se ha vislumbrado tal hecho jugando De Rossi en el centro del campo. La manija del equipo la lleva Pjanic, concedida por Spalletti. Precisamente con balón, manteniendo largas y elevadas posesiones, los italianos pueden crear desajustes en el Real Madrid, tanto por la timorata presión que realizan los de Zidane como por la inoperancia que experimentarían sin la posibilidad de atacar.
















El otro nombre propio en el centro del campo de la Roma es Nainngolan. Habita en posiciones adelantadas, las propias a las de un mediapunta, pero no juega como tal. Si bien su aporte ofensivo es realmente elevado, aprovechando la llegada desde segunda línea libre de marca, resalta sobremanera su capacidad presionar al rival en campo contrario. Esta variante defensiva, que se realiza sin una presión con bloque alto por parte de la Roma, consiste en un marcaje al hombre al mediocentro rival encargado de generar la salida de balón. Ante el Real Madrid, la disyuntiva será si se centrará el foco en Kroos o Modric, ambos aptos y habituales en esas tareas.















En términos puramente ofensivos, si por algo se ha caracterizado la Roma con Spalletti es por la presencia fija de tres jugadores: Salah, Stephan El Shaarawy y Perotti. Siendo los dos últimos adiciones nuevas al plantel en el mercado de invierno, sus apariciones se cuentan como fijas en el equipo romano. La salida de Gervinho se ha visto subsanado por la llegada del extremo italiano. Siempre actúa por la banda izquierda, pegado a la cal, con la consigna clara de conformar desequilibrios en la zaga rival mediante regates y acciones individuales. Es lo que aporta un jugador tan desequilibrante en el uno contra uno, poseedor de una creatividad tan importante como notoria. Normalmente suele recibir un marcaje fijo del lateral rival, si bien es capaz de finalizar jugadas dentro del área, tras realizar diagonales hacia zonas centrales, con mayor precisión que Gervinho.
















Por su parte, Salah es la pieza pivotal del ataque de la Roma. El egipcio lo eclipsa todo partiendo desde la banda derecha. Y es remarcable tal hecho porque habita en posiciones centrales para estar en permanente contacto con el balón. Se ofrece, combina y fabrica desajustes en el equipo contrario. Cuando consigue transitar con balón entre los mediocentros y defensas rivales, la indecisión o salida del central provoca que la opción del lateral propio en la banda derecha disfrute de metros y espacios. A su vez, también posee las variantes de combinar con Nainngolan o Perotti en territorios más centrados e, incluso, filtrar pases a la espalda de la defensa rival para la entrada desde banda de Stephan. Todo ello es posible para Salah por su entendimiento del juego, factor diferencial para comprender su desempeño en zonas tan sensibles del terreno de juego.



Junto a él , la llegada de Perotti ha dado muchas variantes a Spalletti. Le ha utilizado en tres posiciones distintas del frente del ataque: por la izquierda, detrás del delantero, cuando juega Dzeko; y como delantero mismo, haciendo las funciones de falso 9. El factor común en todas esas demarcaciones es su participación en el juego. Posee un peso específico dentro del equipo, a pesar de ser un recién llegado, porque el entrenador italiano así lo considera. Su alto nivel y aptitud para realizar combinaciones sin fallo alguno son el gran aliciente y argumento para entender tal decisión.

















No obstante, lo negativo es que, en ocasiones, no existe la figura de un jugador en zona central fijando la ubicación de los centrales rivales. Esto se debe a la continua movilidad que aporta el argentino, algo que le demanda Spalletti, y que provoca que Salah y Nainngolan puedan aparecer sin una constante marca rival.




A la espera de vislumbrar y analizar el rendimiento que ofrece el equipo de Spalletti en la Champions League, el cambio realizado establece que las garantías para competir ante un equipo de mayor entidad y nivel sean fehacientes y palpables. “Queremos confirmación en el progreso que estamos haciendo y es el partido perfecto para entender si estamos en la buena dirección o no. No considero que haya ningún favorito, ambos equipos tienen un 50% de llegar a la siguiente ronda”, declaró Spalletti en la rueda de prensa previa al partido. “No me sorprendería si aún estamos en la competición después de esta eliminatoria”. Aviso para escépticos.

domingo, 14 de febrero de 2016

La definición de equipo

Estamos soñando, no tenemos ningún tipo de presión. Vamos a seguir luchando. ¿Por qué no es posible ganar el campeonato?”. Con esa contundencia, liberación de exigencia y elevación de autoestima, se presentó Claudio Ranieri en la rueda de prensa previa al partido que iba a cerrar una etapa de tres encuentros denominados como “decisivos”. A saber: Liverpool (H), Manchester City (A) y Arsenal (A). Tanto por la erradicación de “outsider” y “underdog” con la que contaban hace escasas jornadas como por la exhibición, a nivel global, de su candidatura firme, compacta y férrea para conquistar la Premier League. Por primera vez en su historia. Sin precedente alguno. Con la fijación de inmortalizar el nombre del Leicester City para el resto de la historia.

En un contexto de máxima exigencia, ante dos históricos del panorama nacional y la entidad llamada a dominar Inglaterra en el presente lustro, la actitud del Leicester no varió un ápice, así como su despliegue dentro del terreno de juego. Las permutas y los mecanismos se mantuvieron, si bien es cierto que no existía razón alguna para modificar lo que, hasta el momento, les había ubicado en la primera posición de la clasificación sin atisbos de fracturas. La resolución, por tanto, era vislumbrar si después de tres partidos tan complejos iban a demostrar capacidad ganadora. Ésa que atesoran los equipos acostumbrados a lidiar con títulos cada temporada.

En la totalidad de los encuentros han defendido con un bloque medio, incluso bajo, con la finalidad de recuperar el balón y tener metros para atacar. Ha sido en esa tesitura, con espacios, donde las capacidades del Leicester en ataque se expusieron e incrementaron de manera realmente elevada. Contexto donde Vardy se encuentra más cómodo y, además, está cuajando la temporada más completa y de más nivel en su carrera deportiva. La dependencia del estado de forma de su figura y acierto/efectividad en sus acciones ha sido uno de los componentes más influyentes para entender los resultados cosechados. De hecho, lo que el Leicester forzaba era establecer una situación de uno contra uno entre el delantero inglés y el defensa rival. Partiendo Vardy, incluso, con inferioridad territorial, sin constituirse ello como un déficit contraproducente, la acción se producía con frecuencia.















No influía en exceso ni “importaba” sobremanera porque era una situación de juego forzada. Tanto Okazaki como Mahrez se ubicaban siempre colocados de manera racional, con una ubicación espacial estudidada y medida. El primero detrás de Vardy para aprovechar los desvíos rivales a zonas centrales y el segundo, más escorado a una banda, indistintamente, si bien con más frecuencia era la habitual, la derecha; para establecer como recurso secundario el disparo desde fuera del área, recorte y superación de marcas rivales o pase a Vardy que, por su enfrentamiento aéreo anterior, se encuentra libre de marca. Si a ello se le añade que ese “kick and rush” está interiorizado en la cultura británica, la ecuación deriva en aceptación, convicción y eficiencia.



La generación de juego ha sido siempre tan simple como efectiva: balones a la línea ofensiva rompiendo líneas de presión. Ya fuera mediante envíos aéreos o rasos, la conexión entre los mediocentros y los jugadores ofensivos se realizaba con una facilidad inusual. Kanté y Drinkwater forman el doble pivote que, en gran medida, explica el buen rendimiento del Leicester por su aportación en lo defensivo. Sin complicaciones con el esférico en posesión, al no ser ninguno de los dos jugadores excelsos en tareas de combinación, su actuación ha resultado fructífera para el colectivo. El objetivo meridiano era habitar en campo rival con la menor cantidad posible de efectivos del contrario, puesto que los recursos ofensivos propios se basaban en dos o tres jugadores. Esto es: Okazaki como primer apoyo, Vardy como lanza y Mahrez como creativo.



No obstante, a pesar de ser el encargado de aportar desequilibrios con el balón y pases entre líneas, Mahrez ha destacado por su aportación defensiva. En campo propio y ante los extremos o laterales rivales, reside un asunto trascendental para comprender y asimilar la ideología del combinado de Ranieri. Todos los jugadores son protagonistas en la presión al rival. El hecho de ubicar a la (casi) totalidad del equipo en campo propio cuando el rival genera juego a partir del esférico, favorece al esfuerzo colectivo por la ubicación espacial estrecha, junta y compacta. No obstante, existe un halo de impresión al contemplar al jugador más creativo en ataque realizar marcas defensivas, si bien en ocasiones su colocación es deficiente y concede demasiados espacios en repliegue. Ese desgaste físico, impensable de demandar a otros jugadores en otros equipos, eleva su actuación varios niveles. Por compleja, consistente y completa. En ningún momento ha perdido la frescura de piernas y mental en los metros finales, como quedó constatado en el gol ante el Manchester City, siendo tan poco frecuente como meritorio englobar un rendimiento continuo en ambas facetas.
















Esta aportación defensiva de Mahrez se ha visto beneficiado por la estructura defensiva del equipo. Al establecer dos líneas de cuatro efectivos o una de cuatro y otra de cinco – dependiendo de la ubicación de Okazaki – las permutas eran más fáciles de realizar por el menor espacio a cubrir. Como si estuvieran unidos por una cuerda invisible, las transiciones de una banda a otra eran realizadas con una frecuencia similar y armónica. La finalidad no era otra que recuperar el balón y salir en transición para explotar velocidad y espacios. En ese preciso momento, la posición de los defensas rivales es incómoda para seguir la carrera de los jugadores del Leicester. Sus piernas están colocados en lateral y su cuerpo no tiene una posición fija de cara al rival o a la portería propia. Ahí, sin una coordinación plena, los desmarques y la conducción de los jugadores ofensivos de Ranieri se ven favorecidos. No en vano, Vardy es el máximo goleador de la Premier League, con 18 tantos, y Mahrez contabiliza 14 más.
















Pero la exposición en primera línea de exposición en el Leicester también ilumina a un jugador que no posee una responsabilidad ofensiva marcada. Kanté se está convirtiendo en la revelación del campeonato y su omnipresencia recuerda a la de su compatriota francés Makélélé. Es el segundo jugador que más tackles realiza por partido (4.2), sólo superado por Lucas Leiva (4.6), y el que más intercepciones lleva a cabo de media (4.2), según datos de WhoScored. Además, la libertad de movimientos que le concede Ranieri a lo largo de todo el ancho de la parcela central del campo se ve amplificada con sus apariciones en campo rival en fase ofensiva. No ha sido inusual contemplar a Kanté conducir el esférico cerca del área rival tras recuperación, sumándose como un efectivo ofensivo más.


El registro final del Leicester tras la disputa de estos tres partidos ha sido de dos victorias (Liverpool y Manchester City) y una derrota. La diferencia de puntos con respecto a sus más inmediatos seguidores por la conquista de la Premier League se ha visto reducida un punto, de tres a dos. Aún así, el mensaje que han mandado a todo el continente británico ha sido claro y rotundo: son “contenders” reales hasta la última jornada. A falta de la disputa de 12 encuentros, su candidatura es más sólida que nunca. Fiel reflejo de su idea de juego. Despejando dudas como si de envíos a su área se tratasen.

martes, 1 de diciembre de 2015

El movimiento erróneo

La Serie A más abierta en el último lustro, con motivo del mal inicio de la Juventus, está provocando que diferentes escuadras sean capaces de hacer soñar a sus aficionados. Tanto que, incluso en algunos escenarios, se plantea más como un estado transitorio y emocional temporal que una realidad palpable y lógica. Porque, a pesar de todo ello, lo que realmente decide qué equipo será el más fiable, tras la disputa de 38 jornadas, es la táctica. Teniendo presente que el contexto en el que se establece la competición se ubica en Italia, más aún si cabe.

Por ello, el partido entre Napoli e Inter se esperaba con gran expectación. Acompañado esto de la situación de los dos equipos en la clasificación, y peleando ambos por el liderato al término de la jornada, el choque entre los de Sarri y Mancini estaba condicionado por muchos matices. A tenor de lo vislumbrado hasta el momento, las variantes a implantar por cada técnico eran mínimas. Acorde a las características de ambos, lo esperado se postulaba como invariable.

Sin embargo, una decisión de Mancini derivó en la clave principal para entender cómo el Inter, con la presencia de un jugador más en el centro del campo, acabó por no tener el control y ser superado por un conjunto que, en la figura de sus centrales (Albiol-Koulibaly), no posee una salida de balón apta para superar líneas de presión. El Napoli es el segundo equipo de la Serie A en cantidad de posesión media por partido (58.2%) y el tercero en acierto en los pases con la misma (84.8%). Sin embargo, no es un conjunto que se caracterice por plantear los partidos a partir del balón, siendo una consecuencia de la acción del rival en cesión de espacios y balón. El Inter, por su parte, roza el equilibrio entre tener y no tener el balón, lo que se asemeja perfectamente a la idea de su técnico. El 52.7% que registra es el claro indicativo de que Mancini gusta de jugar con espacios, tras pérdida rival y con proyección por zonas centrales con llevaderos como Brozovic y Guarín y con extremos capaces de jugar en áreas centradas como Ljajic y Perisic.



El pivote, cuya finalidad es equilibrar todo el flujo ofensivo en salida y el achique de espacios en fase defensiva, fue Medel. Su ubicación, no obstante, se vio adelantada hasta el círculo central para realizar una presión elevada a los centrocampistas rivales. Esto, sin duda por mandato de Mancini, finalizó en un desajuste de ubicaciones espaciales extremadamente contraproducente para los intereses del Inter. Unido a la decisión de ceder el esférico al Napoli, con un 37.9% de posesión y una cifra muy baja de pases realizados (336), el despliegue de los de Milan terminó por ser caótico. 


Los espacios a la espalda de Medel fueron constantes y amplios. Su ubicación en posiciones tan adelantadas, o siguiendo la marca fija a un jugador, no se vio complementada por la cobertura de sus compañeros, siendo Brozovic y Guarín meras figuras estáticas que no intervinieron fuera de su radio de acción inmediato. Así, las recepciones de Callejón, Higuaín, Hamsik y Allan proporcionaron al Napoli una salida limpia por parte de los centrales, así como una ganancia de metros crucial para generar ocasiones de gol cerca del área rival. 


Tan sobrepasado se vio el chileno que sólo fue capaz de realizar dos entradas sin falta con recuperación y tres intercepciones. Un bagaje muy pobre para la figura clave del centro del campo del Inter. Lejos, por ejemplo, de las ocho que consiguió Alex Telles, que entró al terreno de juego en el descanso. Además, su participación se produjo con un jugador menos, con lo que evidencia más el bajo ratio de Medel. El mapa de calor, a su vez, establece cómo Allan y Jorginho tuvieron mayor presencia en el terreno de juego que sus tres rivales (Medel-Brozovic-Guarín). No ya sólo en la ubicación espacial y ocupación de espacios, también en la cantidad de balones tocados y en la participación del juego.
















La productividad de una presión a los centrales rivales con el mediocentro propio resultó fallida. Como concepto, teniendo en cuenta las características de los mismos con el esférico en posesión, se plantea como razonable. Ahora bien, la elección del jugador ha realizar tal función derivó en una clave fundamental para proporcionar al rival justamente lo que se trataba de evitar: situaciones en campo rival, cerca del área, sin oposición y con jugadores de llegada desde segunda línea. Allan realizó 13 pases en el tercio ofensivo y Jorginho 14. Los mediocentros del Napoli tuvieron presencia en el campo del Inter. Sin Medel en esas parcelas, y con tiempo para actuar, terminaron por sentenciar un partido que devuelve al conjunto del sur de Italia al liderato de la Serie A por primera vez desde que Maradona vistiera le elástica de los napolitanos.