lunes, 12 de abril de 2010

"El Atlético vs Liverpool con Torres en el Calderón se tiene que dar"



Entrevista al periodista José Miguélez, redactor jefe de deportes en el diario Público.
P. En el caso del Barcelona, el efecto Guardiola, ¿cree que ha supuesto un cambio tan importante como el que en su día supuso el del hoy presidente de honor, Johan Cruyff?
R. No va a tener un efecto en el fútbol tan grande porque Guardiola es hijo de Cruyff en ese sentido. En el Barcelona, como continuación de un modelo que ya estaba, Guardiola lo ha llevado a la perfección y ha sabido incorporar los matices sentimentales y de respeto a escudo que faltaban antes, con lo cual ha hecho el círculo perfecto. Es una sensibilidad futbolística inigualable que implantó Cruyff añadida a un amor a los colores que Guardiola representa como nadie. Entonces al final es la obra perfecta: sensibilidad ideal con sentimentalismo azulgrana.
P. ¿Cree que puede ser el máximo responsable de que antes se mirara de Barcelona a Madrid y ahora se mire de Madrid a Barcelona?
R. Creo que al final eso ha durado 10 minutos. Barcelona no consigue quitarse de la cabeza, pese a todo lo que está consiguiendo, mirar a Madrid. Es algo que se nota en su afición, en su prensa, en sus directivos. Es cierto que ahora Madrid mira mucho a Barcelona pero no por culpa de Guardiola sino porque el Madrid está cayendo en un victimismo que no se recuerda. Y aún así el Barcelona no ha perdido ese complejo absurdo de mirar permanentemente a Madrid.
P. ¿Qué posibilidades le ve al Atlético de Madrid de ganar la Copa del Rey después de más de una década?
R.  Hay dos puntos: uno, es inconcebible que todavía no se sepa cuando se juega la final, con lo cual es imposible hacer pronósticos sin saber donde se juega ni cuando se juega y me parece que es intolerable que casi el partido más importante que tiene el calendario nacional sea sometido a ese abandono y a ese desprecio. Creo que la Federación tendría que poner lo primero la fecha de la final de la Copa del Rey y alrededor de eso organizar lo demás. Y segundo, con la posibilidad de que el Atlético ganase el torneo, sería la demostración de que el Atlético, pese a sus impostores inquilinos de ahora, se mide en títulos; y siempre se ha medido en títulos. Si se gana la Copa del Rey la temporada sería un éxito porque hay un título, aunque luego quede en el puesto 14 en la Liga. El problema del Atlético de Madrid ha sido eso, el renunciar a los títulos y convertir sus objetivos en quedar séptimos, en entrar en Europa, en bajar el nivel de exigencia. Y eso ha acabado con lo que era el Atlético que era la rebeldía y el intento de conseguir títulos de forma permanente. Puede cambar algo, puede servir de espoleta para volver a ser lo que era.
P. ¿Y en la Uefa Europa League le ve con opciones de llegar a la final?
R. Sí porque veo que esta gente sí ha entendido que el Atlético necesita títulos.
P. ¿Qué gente?
R. Pues Quique supongo que será el que lo habrá transmitido y veo a los jugadores que se lo creen, veo que el Kun se lo cree, veo que de Gea se lo cree; veo que de verdad les excita más ganar un título y creo que nivel tienen para poder ganarlo. Lo que ha ocurrido hasta ahora han sido excusas baratas de resignación y ahora tiene el nivel y los puntos de motivación suficientes por el camino como para conseguirlo. Y uno de ellos es el jugar contra el Liverpool y otro el levantar algún título.
P. ¿Ve al Liverpool en semifinales?
R. Sí. Sí porque ese partido con Torres en el Calderón se tiene que dar.
P. ¿Quién cree que es el máximo responsable de que se dispute una final y unas semifinales en Europa?
R. Hombre, el factor que ha cambiado es Quique.  Con muchos defectos, con muchos errores que creo que ha cometido pero hay que nombrarle una virtud indiscutible de conseguir recuperar a un equipo que estaba totalmente muerto. Sí creo que lo ha hecho con decisiones que él cuando llegó le parecían absolutamente descabelladas e injustas. Ha sabido limpiar el vestuario de gente muy nociva, ha sabido apartar a futbolistas muy perjudiciales y la apuesta por de Gea, que tanto le costó tomar, ha sido decisiva para recuperar al Atlético. Por lo que supone, además de como portero, por lo que supone de reconocerle a la afición que sabe más de todos los que trabajan ahí.
P. Pero sin embargo usted, el día de su presentación, ya le empezó a dar palos…
R. Por eso, porque ha cometido muchos errores. Sus comienzos fueron horrorosos. Fue un error brutal plegarse a los ultras, confundió el historial del Atlético con lo que demostró que estaba en una posición impostada. Sí se le veía un esfuerzo por agradar a la afición, que ha sido la mayor virtud de Quique, pero se le veía impostado. Luego tuvo un acierto como el que fue echar la primera bronca a los jugadores después de muchísimos años, pero reculó en seguida con Forlán y luego ha protegido ofensas al escudo constantemente de los jugadores. Pero bueno, echó a Pablo, vendió a Maxi, ha conseguido armar tácticamente al equipo, le ha dado el relevo que merecía a de Gea. Ha conseguido armar un buen equipo pero con muchos errores.
P. En cuanto al Mundial…
R. España.
P. ¿No cree que esa vitola de favorito, que nunca la ha tenido, le puede perjudicar?
R. No le va a perjudicar. Va a ganar el Mundial España. Va a ganar el Mundial y además es buena esa vitola de favorito porque lo que ha perjudicado mucho a España a lo largo de su historia son los complejos. Esa sensación de que ya llegará Argentina y nos matará, ya llegará Italia y nos matará; el que los demás compiten mejor. Es bueno que España se sienta la mejor, que se lo crea, y que sean los demás los que se sientan intimidados ante el potencial español. Y es ahora o nunca. España tiene de verdad la mejor selección y está en disposición de demostrarlo.
P. Sin embargo también pasó lo mismo en la Copa Confederaciones…
R. Pero ahí los jugadores no se creyeron que era importante ese torneo y al final se demuestra que si el jugador no está convencido de que es el nova más pues pasa eso. Evidentemente no tiene sentido perder con Estados Unidos pero fue una llamada de atención de que para ser el mejor tienes que creerte que eres el mejor y estar empeñado en demostrarlo cada día. Y ahora los jugadores de la selección española sí saben que tienen que dar el máximo para ganar y no van a desaprovechar esa oportunidad de pasar a la historia.
P. ¿4-5-1 con Torres en el banquillo o 4-4-2 con Villa y Torres de titulares?
R. El 4-5-1 con uno en el banquillo, ¿no?
P. Sí, con Torres.
R. No. Con Torres no. Si acaso con Villa pero depende del día. Por sistema preferiría el 4-4-2 pero he de reconocer que cuando España ha jugado con un 4-5-1 me ha gustado. Con lo cual, yo creo que de salida 4-4-2 y luego ha medido que pasan los partidos meter a uno u otro. España puede jugar como quiera. Lo que pasa es que con el 4-5-1 tendría que jugar Cesc y no sé si llegará. Considero que eso es más secundario a que juegue siempre Xavi y siempre Torres.
P. ¿Siempre Torres?
R. Sí.
P. ¿Está contento con el rendimiento que ofrece en la selección absoluta?
R. Sí.
P. ¿No cree que es un tanto desigual comparándolo con el del Liverpool?
R. Sí en cuanto a porcentaje realizador pero el trabajo que hace es importantísimo para la llegada de los centrocampistas. Bien podría jugar Villa si se quiere pero desde luego yo no discutiría a Torres.
P. Villa es el delantero con mejor promedio goleador con la selección…
R. Tiene un buen porcentaje. Yo tendría ahí 5, 6,7 jugadores y cambiaria en función de las lesiones, como en la Eurocopa que se tuvo que jugar con los dos sistemas sin tener que tomar medidas drásticas y fueron las propias lesiones las que lo forzaron. Y Villa y Torres se lesionarán, con lo cual es empezar con 4-4-2 y terminar con 4-5-1.
P. Para finalizar, usted siempre ve el fútbol desde el prisma del periodista. ¿Nunca se ha planteado el ser entrenador de fútbol?
R. Sí me lo he planteado pero no he dado el paso. De hecho estuve a punto de sacarme el carnet una vez pero creo que no sabría mirar el futbol desde la perspectiva del entrenador. Hasta siendo entrenador lo miraría desde el punto de vista del aficionado. Para mirarlo bien con la mirada del periodista trato de mirarlo con la mirada del aficionado. Me pongo siempre del lado del que va al fútbol para disfrutarlo… Que es como creo que deben mirarlo los periodistas.

domingo, 11 de abril de 2010

"La afición del Atlético ya no es del Atlético de Madrid, es afición de otra cosa"

Entrevista al periodista José Miguélez, redactor jefe de deportes en el diario Público.
P. En la emisora de radio COPE, junto al director del programa deportivo ElTirachinas, José Antonio Abellán, realizó un trabajo de investigación que se fue a denominar “las mentiras del EGM”.
R. Correcto. Maravilloso trabajo de investigación.
P. ¿Se ha sentido siempre en dicha emisora con total libertad para opinar, trabajar y argumentar sus opiniones, es decir, nunca se ha sentido coartado como pudo ser en El País con el caso de de la Morena?
R. No pero aunque yo recibí esas presiones de de la Morena la entrevista salió como la había hecho yo. Una cosa es que tenga la presión pero a mí en El País me han dejado trabajar siempre con absoluta libertad. Sólo el incidente final de tener que dejar la Cope… Pero yo he podido trabajar con absoluta libertad. Y efectivamente, en el único punto en el cual he recibido presiones, pero que me las he saltado y no ha pasado nada, ha sido con de la Morena. Y en la Cope siempre he podido decir lo que he querido. Abellán concede una libertad absoluta para que cada uno emita sus juicios. Otra cosa es que él también se reserve el derecho de si lo que yo opino no le gusta decírmelo abiertamente en antena. He trabajado y sigo trabajando con absoluta libertad. Aunque también ha habido presiones, y no de Abellán, por intentar controlar las informaciones, pero tanto Abellán como yo nos las hemos saltado siempre.
P. Hablando de Abellán, está el nombre en boca de todos por lo que ocurrió con el caso Calderón.
R. Otro ejercicio de investigación fabuloso.
P. Usted, con los datos en la mano, con todas las informaciones, ¿lo hubiera publicado también o habría tenido cierto reparo por lo que incluso usted en el blog del diario Público el 12 de septiembre de 2008 publicó con el título de: “una pistola en la sien de Abellán”?
R. Pero yo creo que ahí fui de la mano de Abellán. Lo que publicó Abellán yo lo hubiera publicado porque de hecho de alguna manera yo me siento partícipe. Durante los dos primeros años más directamente porque era subdirector de El Tirachinas y durante el último año como mano derecha aún de Abellán y como colaborador de Cope y por los intentos que yo he hecho de publicar, aunque con dificultades aquí, parte de esa información. Sí es cierto que aquí no se dejó publicar eso de esa manera pero el episodio ese de la sien, evidentemente, ya no es tanto por la libertad que uno tenga si no por las amenazas que recibes. Y ahí sí que reconozco que si esas amenazas las llego a recibir yo lo mismo me cago porque que le pare en la m-30 un tío y le ponga una pistola en la sien y le rocíe los ojos con espray de pimienta y le diga: “deja de hablar de Calderón”; acojona.
P. Y, ¿no le sorprende que ciertos directivos de diversos clubes de fútbol tengan tanto poder como para extorsionar, amenazar…?
R. No me sorprende porque ya he aprendido a convivir con ello. Bueno, a esos extremos no. Lo que hizo Calderón no es normal. Si hablas en general del poder que tienen los presidentes yo creo que es normal porque es la batalla de todo por el poder. Lo de Calderón fue un episodio de delincuencia y los delincuentes se comportan así cuando ven que su chiringuito se lo tocan. Aunque tampoco sé si fue el presidente, no se llega a saber si es el presidente el que directamente provoca eso de las amenazas. Lo hicieron en su nombre pero Calderón dice que no tuvo nada que ver. Eso está en los tribunales.
P. ¿Qué opina sobre que el fútbol sea, no cada vez más, sino un negocio que un deporte de entretenimiento?
R. También hay que aceptarlo. Es evidente que es un negocio, que no es un deporte el fútbol profesional y es algo contra lo que peleo o intento pelear cada minuto de mi profesión. Creo que soy el periodista que con más energía critica o pelea cuando alguien de los que están en un equipo atenta contra los valores románticos de ese equipo. El último episodio ha sido el de Forlán que creo que ante, para mí, la sorprendente pasividad mediática general que han consentido lo que no tiene ninguna disculpa; he sido el único que ha atacado virulentamente casi a Forlán. Y se ha convertido en un negocio y los beneficiarios de ese negocio que son presidentes, jugadores, entrenadores, medios de comunicación; deberían velar porque el fútbol no perdiera, con ese contenido de negocio los valores esenciales de pasión, de juego, de romanticismo.
P. Gran culpa de ello la tiene la prensa deportiva.
R. Todo es cómplice. Todos los que nos beneficiamos de este negocio somos cómplices de que el fútbol haya perdido sus valores esenciales, porque no interesa. Para el negocio no interesa.
P. Ahora que nombra lo de Forlán con todas las críticas que usted le ha realizado, ¿qué sentimiento le deja a usted que la afición le siga cantando mientras él se ríe de esa hinchada?
R. Sinceramente una profunda decepción con una afición que en tiempos fue ejemplar, que lleva muchos años castigada y que demuestra con su comportamiento diario, con su resignación y con su pasividad ante cosas intolerables que han acabado con ella y que ya no es la afición del Atlético, es afición de otra cosa. Al final, de alguna manera, se está mereciendo el destino que tiene.
P. En cuanto a que el fútbol es un negocio, ¿puede residir cierta culpa en que existan propietarios de un club como pasa en el Atlético de Madrid con Cerezo y la familia Gil, como en el Rayo Vallecano con la familia Ruiz-Mateos o con el ejemplo de los equipos ingleses?
R. Influye. El modelo de gestión influye. El que aparezcan unos clubes con un modelo de gestión y otros con otro influye. El que se explicara muy mal esa conversión de clubes en sociedades anónimas y en lugar de conseguir que los clubes quedaran troceados entre sus socios al final fueran el juguete de grandes empresarios que no pusieron su dinero para conseguirlo ha destrozado ese concepto idílico que yo tenía del fútbol. Lo que no le veo es mucha solución. Pese a todo yo sigo discrepando con esa teoría general de que los clubes son propiedad de quienes poseen sus acciones. Se han garantizado el derecho a hacer negocio con ese club pero la propiedad sigue siendo del cliente, del que de verdad siente la camiseta, del que va al bar a pelear por la integridad de ese club. Los clubes que funcionan mal son aquellos en los que los dueños confunden ese concepto y atentan contra la afición, juegan contra la afición en vez de respetarla y el Atlético es el caso más claro.
P. ¿No cree que ante tales abusos de personalidades que vienen a adquirir un club de fútbol, que tiene una historia detrás pero que sólo lo conciben como negocio, debería intervenir el máximo organismo deportivo español como es la Federación?
R. La Federación ya no tiene poder sobre eso. Podría haber algún tipo de intervención estatal pero en realidad fueron los causantes de esto. No hay solución. No hay solución colectiva, las hay individuales pero por ley tú ya no le puedes quitar un club a alguien. No le veo mucha solución.
P. ¿Qué opina que por ello el abonado, el socio, el señor que si pierde su equipo ya está jodido toda esa semana y el niño de 10 años que lo pasa mal en el colegio; no lo tenga en cuenta el club a la hora de jugar con los intereses de la afición?
R. Me parece vergonzoso, pero es la propia afición, ese propio señor que está jodido en la oficina y ese niño de 10 años que lo pasa mal en el colegio; es el único que puede revertir la situación. Pero a la hora de la verdad se siente resignado, sin derecho, y cuando le toca intervenir, pacíficamente, se calla. Si las aficiones quisieran podrían hacerse escuchar mucho más en la gestión de sus clubes. No hay propietario que soporte una pitada continuada de su estadio.
P. Pero en el caso del Atlético de Madrid…
R. En el caso del Atlético de Madrid es el caso más claro que si la afición quisiera el Atlético de Madrid volvería a estar en manos de quien debería estar y gestionado con respecto a la camiseta. Pero el caso de Forlán es la demostración de que el aficionado del Atlético de Madrid ha perdido sus principios y sobre todo la unidad. Hay gente que hace mucho ruido que parece que está en contra de los actuales dueños “indebidos” pero a la hora de la verdad son una minoría.
P. Para usted, ¿Cómo tendría que actuar la afición, qué medidas tendría que tomar?
R. Expresar mayoritariamente un sentimiento de protesta contra los que están llevando la gestión del club.
P. Actualmente, con todas las protestas que ha habido…
R. Pero son minoritarias, muy minoritarias. Esto es desde el minuto 1 al minuto 90. Y eso no lo soportaría nadie. ¿Pero por qué no sucede? Porque la realidad es que la mayoría de la afición del Atlético de Madrid le da igual quién esté de presidente y qué hagan con su club. Porque la mayoría de la afición del Atlético de Madrid ya no es afición del Atlético de Madrid.
P. Por eso no acude usted al campo con la bufanda puesta…
R. Yo no acudo al campo con la bufanda puesta porque yo ya no soy aficionado del Atlético de Madrid, porque yo acudía al campo cuando era aficionado; ahora soy periodista y voy para trabajar. No porque tengo bastante respeto por el oficio que desempeño y tengo bastante respeto por el Atlético de Madrid, y sé que la bufanda la tienen que llevar quien de verdad se siente aficionado del Atlético de Madrid.

sábado, 10 de abril de 2010

"Marca es el R. Madrid"

Entrevista al periodista José Miguélez, redactor jefe de deportes en el diario Público.
Pregunta. La primera pregunta es obligada. ¿De dónde le vino el interés por este oficio?
Respuesta. Yo creo que soy  periodista desde que nací, aunque parezca un tópico. No sé si fui primero periodista o aficionado al fútbol, pero desde que tengo uso de razón me recuerdo jugando, haciendo deporte; pero a su vez narrándolo. Yo me ponía a jugar a las chapas y a medida que jugaba narraba lo que ocurría. Me recuerdo narrando todo lo que hacía poniendo voz de locutor. Siempre me ha fascinado bastante el mundo del periodismo. Me empezó fascinando más el mundo del periodismo radiofónico y luego, en cambio, al leer todo lo relacionado con deportes… Me acuerdo que en la liga 80/81 me hice, con recortes de AS, mi propio seguimiento de aquella liga del Atlético de Madrid, que es la famosa liga de Cabeza que luego le quitaron de manera rara. Hice mis primeros pinitos escribiendo  mis sensaciones de aquello y desde muy pequeño tenía claro que quería ser periodista. Primero de radio y luego cuando llegue al periodismo me di cuenta de que es mucho más apasionante el periodismo escrito. De hecho yo no creo que supiera escribir muy bien cuando empecé y fue a partir de leer mucho y de entrar en El País donde empecé a coger gusto por la escritura. Y ahora, evidentemente, me quedo mucho más con el periodismo escrito que con el periodismo radiofónico.
P. Sin embargo practica más el radiofónico que el escrito.
R. No. De las 24 horas del día le dedico 14 al periodismo escrito y 2 al periodismo radiofónico.
P. Sin embargo, el periodismo que usted realiza radiofónicamente en El Tirachinas tiene mayor repercusión que el periodismo escrito.
R. Tiene más popularidad pero menos prestigio. El prestigio periodístico me lo he ganado en el periodismo escrito, en mis trece años en El País que creo que es donde cogí una reputación. De hecho, por mi reputación en El País es por lo que me llama la Cope para colaborar. Y luego he estado en Marca y ahora en Público. Creo que hago mejor el periodismo escrito que el periodismo radiofónico. Éste me relaja pero si es cierto que la popularidad te la da más la radio o la televisión.
P. Como método informativo, ¿cual le gusta más?
R. El periodismo escrito, sin duda. El periodismo radiofónico me entretiene más, me relaja, pero como modelo de periodismo elijo el escrito. Me quedo mucho más satisfecho con lo que escribo que con lo que hablo.
P. Interesante, porque para sentirse satisfecho o realizado por lo que escribe tiene que poseer una técnica de escritura bastante depurada. A mucha gente le ocurre justo lo contrario…
R. Creo que soy mucho más claro, directo y contundente, y que me explico mejor escribiendo que hablando; porque escribiendo te da tiempo a releer, al menos una vez y hablando al final tienes que improvisar ciertas técnicas del cuerpo al cuerpo. Tú puedes improvisar un discurso, pero la radio no es un discurso, sino que tienes que contar con lo que te va a contestar el Walter García de turno o con lo que te va a responder un presidente, y me siento más incómodo. Domino menos ese escenario que otra gente como pueda ser Abellán o Walter que son unos auténticos monstruos del lenguaje.
P. Y ello ha sido fruto  de la constancia, no porque ya de pequeño se destacara usted por la escritura, sino que tuvo que trabajar ese aspecto.
R. Sí. Hombre, creo que hay que tener algo que posiblemente yo lo tenía y no sabía que lo tenía, pero sí es cierto que yo no me recuerdo escribiendo bien desde pequeño, pero sí me recuerdo leyendo mucho y eso, evidentemente, sí te hace coger un hábito. Recuerdo mis primeros años en la agencia EFE y en el diario Ya y no me reconozco. Sin embargo, fue llegar al diario El País y ahí, a partir de estar con Segurola, se te enciende algo que de pronto se convierte en una inspiración. Es constancia pero a su vez es como una puerta que se abre y, de pronto, te das cuenta de que coges gusto por una forma de escribir concreta. Posiblemente lo que no tenía era un estilo y en El País cogí ese estilo.
P. En su etapa de estudiante de Periodismo, ¿cuál es el mejor recuerdo que guarda?
R. La verdad es que los mejores recuerdos que guardo como estudiante de Periodismo no tienen que ver con los estudios sino con el ambiente universitario, con una sensación de libertad que entonces no se tenía. Está más relacionado con la edad, posiblemente, que con los estudios universitarios. Mis primeras experiencias son cuando intentabas colaborar en nuevas revistas que salían… Mi primera entrevista de estudiante fue a Rubén Cano que, paradójicamente, era uno de mis ídolos de la infancia y cuando le entrevisté fue con esa faceta casi de fan y luego, con el tiempo, ha sido el único protagonista que me ha denunciado por una cosa que escribí en El País. Sobre todo es eso, recuerdo el compañerismo, la libertad, el estar descubriendo un mundo nuevo que apasionaba.
P. ¿Y el futuro del periodismo español cómo lo ve?
R. Mal, bastante negro. Se están perdiendo valores y principios esenciales del periodismo. En concreto, creo que el periodismo deportivo ha muerto, y lo sostengo desde hace mucho tiempo, es un periodismo demasiado interesado, demasiado sometido a la bufanda y a los colores y muy condicionado por los intereses. Y en el periodismo en general no se están respetando las reglas básicas del periodismo, se han perdido y son las que tienen que ver con la ética, la decencia; y estamos yendo a un momento muy difícil. Ahora, son los estudiantes los que tienen que rescatarlo.
P. Para usted, ¿el problema reside en el actual sistema de enseñanza?
R. No. Sinceramente creo que el periodismo no se enseña, se aprende. Las generaciones que salen no están saliendo demasiado buenas porque no lo han pasado mal, porque las nuevas tecnologías les ayudan demasiado a tener la noticia sin salir de casa. Son unas generaciones muy cómodas y entonces no se atreven, por ahora, a pelear y a combatir con ese estado en el cual está el periodismo.  Creo que no tiene que ver con la enseñanza. Es salir a la calle y empezar. Yo, desde luego, he aprendido mucho de mucha gente pero no recuerdo que nadie me enseñara que esto fuera así o así. Después de ver mucho tú aprendes e intentas seleccionar lo que es bueno y lo que es malo.
P. ¿Qué opina sobre el vacío que existe entre que un recién titulado sale de la Universidad y recibe trabajo o le dan su primera oportunidad para ser periodista?
R. Es el principal problema con el que se encuentra ahora mismo el estudiante de periodismo. Para mí la solución, como consejo que daría yo al estudiante de periodismo, es que no deje llegar ese vacío, es decir, que mientras que estudia ya intente incorporarse, en las condiciones que sea, al trabajo; que llame a todas las puertas del mundo para conseguir trabajar, que tenga un blog, que empiece a hacer prácticas de lo que está estudiando. Lo más importante sí es meter la cabeza en un sitio y ahí hay tres fórmulas: o bien tener contactos, que no son malos, que en la vida todo son contactos y que si uno tiene contactos tiene que aprovechar como sea para meter la cabeza; otra es la formación, a veces se consigue con un buen expediente académico abrir puertas; y otra es el carácter, y es lo que más hay que utilizar, la perseverancia… Y para eso a veces toca aceptar condiciones laborales iniciales casi insoportables pero que hay que soportar y luego una vez,  mediante el carácter, demostrar que se es el mejor.
P. Mucha gente tiene la idea de que usted es uno de los “mejores periodistas deportivos” que hay en España debido a su escritura.
R. Creo que son frases muy hechas. Sí es cierto que uno lo dijo una vez y ya la coletilla se me ha quedado y vivo bien con esa coletilla. No sé si fue Segurola o quién lo dijo pero tú tienes esa etiqueta y ya vives de esa etiqueta instalada sin que la gente se repare mucho a pensar si es verdad o no es verdad. No sé. No tengo la vanidad suficiente como para considerarme un periodista demasiado admirado.
P. Sin embargo, usted ganó el Premio Nacional de Periodismo de la Liga de Fútbol Profesional en 2002.
R. Sí. De ese reportaje sí estoy bastante orgulloso. Fue un reportaje con Raúl. Fui el primer periodista que escribió de Raúl en su época de juveniles en el Atlético de Madrid y me acuerdo que cuando todos hablaban de una generación del Atlético que consiguió meter muchos goles yo vi que el bueno era Raúl. Además me llevé muy bien con él. Me pareció un chaval con una historia por dentro realmente llamativa y luego, al cabo de 10 años, se me ocurrió juntar a todos aquellos chavales con los que yo había convivido para esos reportajes y fue algo muy impresionante para mí. Veías cómo había cambiado esa gente, cómo había cambiado Raúl, las sensaciones que producía ese reencuentro. La verdad es que fue un reportaje que vivirlo ya fue una experiencia fabulosa y luego creo que sí supe transmitirlo en papel. De ese reportaje estoy muy orgulloso.
P. Usted empezó como profesional del periodismo en la agencia EFE, luego recaló en Onda Madrid, escribió en el ya desaparecido diario Ya y posteriormente, en 1990 formó parte del diario El País, donde trabajó durante 13 años (2003). ¿Cuánto cree usted que le marcó vivir una etapa tan larga en un mismo periódico?
R. Todo. No sé si por vivir una etapa tan larga o porque de verdad lo que viví me impresionó mucho. Aunque suena a tópico, yo me hice periodista y persona en El País. El periodista que soy y la persona que soy se construyó en mis trece años en El País. Le tuve una admiración casi fanática a lo que vivía, posiblemente vivía dentro de una burbuja en la que me creía que estaba viviendo el periodismo de verdad, el real; pero luego, una vez fuera, me ha decepcionado mucho El País y me fui decepcionado por algo idílico en lo que creía. Pero esos trece años, sin duda, me marcaron profesional y personalmente.
P. ¿Qué hay de cierto en que durante esa etapa usted recibió presiones de José Ramón de la Morena por lo que usted pudiera escribir sobre él?
R. Pues todo de cierto. Tampoco escribía mucho de él pero si de alguna historia yo he recibido presiones fue por una entrevista que le hice a de la Morena que él creía que iba a ser una entrevista zalamera porque estábamos en el mismo grupo, pero yo no sé hacer entrevistas zalameras. Mis entrevistas no sé si son buenas o malas pero siempre les pongo un punto casi impertinente de preguntas impertinentes hacia el entrevistado. Eso por lo que escribí de él, y luego tuve otro incidente que fue con una entrevista que hicimos Diego Torres y yo a Vieri en la que Vieri de pronto despotricó contra Antic como no se recuerda y el titular era: “Antic es un pobre hombre y una mala persona”. Aquello provocó su salida del Atlético de Madrid y me acuerdo que me llamó de la Morena por la tarde y me dijo: “Hombre, amigo, ¿me podrías pasar la cinta de la entrevista?”, y yo le dije: “No, a Vieri le aseguré que esa entrevista sólo era para prensa, que la grababa para tener el testimonio y no te la puedo dar”. Y me acuerdo que me colgó automáticamente. Y luego mi salida de El País tuvo mucho que ver con de la Morena porque forzó a la casa a que me obligaran a dejar la Cope porque Abellán le había insultado en un programa de radio. De alguna manera quiso darle una patada a Abellán en mi culo y a mí me decepcionó que El País me pidiera eso, sobre todo porque el comportamiento que había tenido Abellán con de la Morena era reprobable pero el que había tenido en ese episodio de la Morena con Abellán y con compañeros de la Cope era todavía mucho más reprobable. Me pareció una humillación excesiva que El País, después de trece años de lealtad y fidelidad absoluta me exigiera, por un capricho de de la Morena, el tener que dejar la Cope. Y entonces al final lo que hice fue irme de El País.
P. Posteriormente se incorporó al diario Marca como redactor jefe hasta febrero de 2005, fecha en la cual la dirección corría a cargo de Elías Israel.
R. Efectivamente me llama Elías Israel, que ya me había hecho una oferta previa para ser subdirector de Marca, y yo exigía un blindaje en el contrato, pero al irme de El País mis condiciones ya no podían ser tan fuertes y acepté llegar como redactor jefe sin blindaje. Y así me fue, que al año me despidieron.
P. ¿Qué opina sobre los despidos que Manuel Saucedo realizó y que tuvieron cierta repercusión como el de Enrique Marín, el de Javier Gómez Matallanas o el suyo propio?
R. Yo creo que fue, más allá de por lo que a mí me salpicara, una de las decisiones más surrealistas, nefastas y estúpidas que ha tomado un periódico casi en la historia del periodismo. Casi de pronto Marca, que tenía un capital profesional brutal, y por los caprichos del nuevo director, que no se qué pretendía conseguir; le quitó mucha munición a Marca y se la puso en bandeja a la competencia. De hecho, ninguno de los periodistas que fuimos despedidos entonces tuvo ningún problema en encontrar trabajo. Al revés, lo encontró en la competencia.
P. ¿No cree que a la larga, los que fueron despedidos, salieron ganando?
R. Sí. Sin duda. No es mi caso porque yo sólo llevaba un año y no tuve ninguna fractura emocional porque la mía fue dejar El País, pero sé que esa gente que fue despedida como Enrique Marín, Javier Gómez Matallanas, incluso el propio Elías, aunque no fue despedido pero le ofrecieron seguir por detrás y él por dignidad se fue; para ellos Marca sí era su vida, habían trabajado con la camiseta de Marca puesta y fue un golpe emocional demasiado duro. Evidentemente, su carrera profesional ha ido a mejor. En todos los casos además.
P. El diario Marca siempre ha sido la referencia nacional, e incluso internacional. Actualmente está bajo la dirección de Eduardo Inda, ¿cómo ve la política editorial que le ha dado?
R. Peligrosa. Peligrosa pero al tiempo atractiva. Ha roto con lo que era Marca, el Marca tradicional, pero a su vez ha conseguido despertar el periodismo, un periodismo que estaba muerto. De una manera muy particular, muy peligrosa, “terrorista”, haciendo demasiado ruido; pero es cierto que ha conseguido que no se hable de otra cosa en el periodismo deportivo que no sea Marca. Sí es cierto que ha conseguido, posiblemente, más fobias que filias y que haya lectores muy puristas que no les guste esa línea. Tal vez no era necesario que cambiara una línea cuando, en teoría, ya era el número uno, pero es evidente que ha conseguido que todo dios hable de Marca. Otra cosa es que no es el periodismo que yo haría. Yo tengo otro estilo, pero le reconozco un mérito a lo que ha hecho Inda. Sobre todo en lo personal, porque creo que era alguien a quien no conocía absolutamente nadie en el periodismo deportivo y en un año se ha convertido en el periodista del que más se habla.
P. ¿No se queja usted también de que para ver una noticia de un equipo madrileño que no sea el R. Madrid o de otro deporte incluso haya que irse hasta la página 12, 14, 16?
R. Él ha hecho una apuesta clara por lo que es el R. Madrid. Marca es el R. Madrid. Yo no lo haría así, pero incluso nosotros nos tenemos que adaptar a que no hay otra cosa ahora mismo en el deporte que no sea R. Madrid o Barcelona. No se consume otra cosa. Creo que sí es tarea del periodista pelear por esa bipolaridad absoluta de la información, por eso decía que en parte el periodismo deportivo ha muerto, porque nos hemos rendido y entonces como ahora mandan los intereses comerciales es evidente que si Marca quiere vender tiene que conquistar al lector madridista, y es lo que está pretendiendo. Puede que le lastime algo en el sector barcelonista pero hay que reconocer que España es así: o es madridista o es antimadridista.
P. Usted dice que no lo plantearía de esa manera…
R. Yo no haría el Marca así. Pero reconozco que mi Marca quizás no fuera tan rentable.
P. Pero, ¿no sería así por principios éticos de querer informar a todo el mundo y dar la última hora al lector de Huesca sobre su equipo o porque usted no es afín a la ideología del R. Madrid?
R. No, no. Más allá de mi ideología hacia el R. Madrid o camiseta, aunque yo en este oficio no tengo camiseta pese a que se me atribuye; tampoco lo digo por ganarme al lector de Huesca porque tenga la información de Huesca, porque posiblemente yo tampoco diera información de Huesca. No es una cuestión de ética, es según yo concibo el periodismo. La noticia no tiene que tener un color, es decir, no es noticia lo que salga del R. Madrid y deja de serla lo que no tenga que ver con el R. Madrid. Creo que para hacer un buen periódico hay que poner siempre las mejores noticias, las más atractivas, que por su propio peso la mayoría de las veces serian del R. Madrid o del Barcelona. Evidentemente, lo que yo haría sería que la mejor noticia fuera la que abriera un periódico. Es mucho más fácil hacerlo en un periódico de información general que en un periódico deportivo. También lo digo porque es evidente que hay portadas que no venden en cuanto no aparece el R. Madrid, y es así. Pero si en un periódico informativo general no conseguimos vencer esa tentación de hacer bipolar la información, y te hablo del caso de Público; pese a mi criterio, más o menos la línea general es que lo que más vende es R. Madrid y Barcelona. En Barcelona hay que abrir con el Barcelona y en Madrid con el R. Madrid. Creo que en Madrid conseguimos esquivarlo algo más pero no es el periodismo que yo he aprendido, es el periodismo que nos ha tocado vivir y cuesta mucho salirse de esa idea porque pareces marciano si te la saltas.
P. Anteriormente ha expresado la afirmación de que Marca es el R. Madrid…
R. El objetivo de Marca es el R. Madrid.
P. ¿No cree que se busca un control exclusivo o casi abusivo de tener una influencia muy importante sobre el R. Madrid y de todo lo que ello conlleva?
R. El periodismo, en general, posiblemente el periodismo mal entendido; busca poder. Es cierto que, generalmente, el periodista no acaba de saber guardar la distancia suficiente con el asunto del que informa y trata de influir, a veces de manera excesiva, en ese asunto. Marca, As, y en general todo el periodismo; pretende tener el control sobre el R. Madrid. Recuperar el mango de la sartén que últimamente lo tenían los clubes, y en concreto el R. Madrid lo ha conseguido tener. Incluso me atrevería a decir que tiene el mango de varias sartenes del periodismo, y Marca, con métodos dudosos si quieres, está consiguiendo que no esté claro quien lleva el mango ahora mismo

miércoles, 7 de abril de 2010

Cuando un aspirante se siente realizado


Hoy he tenido el placer de poder entrevistar a una personalidad pública. Hasta ahí todo sería bastante positivo, armonioso para mi intelecto, pero todo ello se multiplica al haber poseído el lujo de compartir conversación con un profesional del fútbol español, un periodista español que, para algunos es calificado como "uno de los mejores periodistas español que mejor redacta".
Para mí ha sido una experiencia que no podré valorar hasta que lo vislumbre desde una perspectiva más lejana, pero si es bueno en su profesión, en el cara a cara gana enteros. Amigable, cercano... Él ejemplifica varios valores olvidados en el periodismo deportivo y así lo reflejan sus diversas argumentaciones.
Somos muchos los que comenzamos, con ilusión, el deseo de poder ser profesionales de ello; y si algo fortifica y estimula para ello son momentos como el vivido. La entrevista será publicada, previo permiso concedido, en este mismo blog a lo largo de la semana. No tengo palabras de agradecimiento por el trato recibido y por la oportunidad prestada. Sin lugar a dudas, José Miguelez, director de deportes del diario Público; me ha marcado como persona y como profesional. Si llego a alcanzar el sueño de ser periodista deportivo profesional, no les quepa ninguna vacilación de que este señor será (si no lo es ya) mi principal y único referente.
José Miguelez, un crack.