Cuando en la página web de un club el artículo
correspondiente a la victoria de la entidad se titula The old Borussia is back la sensación reinante es de preocupación. Porque para implantar tal afirmación se
postula como paralela una situación previa de desconcierto y atípica. Lo cierto
es que la versión que se está vislumbrando del B. Dortmund en esta temporada
2011/2012 no se asemeja en exceso a la que enamoraba con anterioridad, tras la
cual se conquistó una Bundesliga añorada y esperada.
Como principal aliciente al arranque de esta nueva campaña
el conjunto alemán se encontraba con la disputa de la máxima competición europea,
UEFA Champions League, si bien su vinculación a un bombo inferior le auguraba
una fase de clasificación complicada y temida. Tal ha sido el caso que,
emparejado junto a Arsenal, o. Marseille y Olympiakos, suma un punto tras tres
partidos disputados. Escaso bagaje si atendemos a las expectativas generadas. Porque,
junto a Lille y Oporto, el equipo de Klopp era uno de los rivales más completos
y atractivos del panorama futbolístico. Habiéndose producido escasos retoques
en la confección de la plantilla y habiendo conseguido que sólo Sahin
abandonara la institución, el nivel se postulaba como adecuado para poder competir
junto a B. München. No es así, influenciado ello por el bajón producido en
Dortmund y por el desarrollo extraordinario en München.
Cierto es que se han exhibido varios partidos dignos de
elogio ( v Hamburgo, at O. Marseille, at Werder Bremen, v Köln) pero el
ambiente es difuso y complicado en esencia. Sin ninguna duda el escenario en UEFA
Champions League decepciona y se convierte en un lastre, hasta tal punto que la
tercera posición que otorga disputar los Dieciseisavos de Final de UEFA Europa
League está garantizada. Nadie en el seno de la entidad aboga por una clasificación
a los Octavos de Final y todo se centra en minimizar errores. Porque el
contexto en Bundesliga ha variado y es halagüeño. Situados en la segunda posición,
ve cómo B. München es insultantemente superior al resto de los conjuntos
alemanes con la salvedad de que sólo tres puntos les separan. Tras diez
jornadas disputadas los porcentajes numéricos son escasos (19 pts) mas las cuatro
victorias consecutivas en la competición doméstica favorecen a la recuperación y
el optimismo.
Quizás se exagere en cuanto al momento de forma. Tal vez se
maximicen las carencias ofrecidas hasta el momento. Lo que es cierto se basa en
que el juego y la inventiva de antaño no están presentes. Mientras, los últimos
resultados obtenidos salvan, en cierta medida, la gestión realizada (el crédito
de Klopp es elevadísimo) y establecen como vital la regularidad ya que, a
diferencia de la Bundesliga 2010/2011, el nivel entre los participantes es
bastante parejo (con la salvedad de B. München) y los fallos externos no se
producen. Existe un amplio margen de mejora para que La obra de Klopp evidencie un nuevo capítulo.