domingo, 22 de diciembre de 2013

sábado, 21 de diciembre de 2013

Decide el contexto

Claudio Ranieri maneja un proyecto en Monaco, el presente, cuyas expectativas y exigencias se definen como una de las mayores acontecidas en su carrera como técnico. El contexto, a estas alturas, es conocido por la opinión pública. Tras disputarse la primera mitad de la competición nacional se han producido cambios en el esquema que, lejos de postularse como menores, se consideran relevantes.

Comenzaba la misma con un dibujo de 4.2.3.1 en el cual James R. se situaba como mediapunta, detrás del R. Falcao. La razón era sencilla: alejar al colombiano de la banda y ubicarle cerca del principal argumento ofensivo del equipo. Así, dos extremos más acompañaban a la pareja en faceta ofensiva. Pero la irrupción de Rivière primero como pareja de ataque de R. Falcao y de Martial después como sustituto del mencionado provocaron que se consolidara la variación en cuestión.

James R. MP

Se pasaba a jugar, por tanto, en 4.3.1.2, siguiendo James R. como mediapunta y ganando presencia Obbadi en las disposiciones iniciales. Los principales damnificados, por tanto, eran los que antes actuaban como extremos. A saber, principalmente, Ocampos y J. Ferreira Carrasco. Ya no se jugaba con jugadores de este perfil ni situados de inicio en banda, siendo tarea de los laterales, nunca de manera conjunta, aportar en fase ofensiva en campo contrario.

Ocampos y JFC extremos

El buen estado de forma de Rivière y la aparición del joven Martial permitieron que esto se prolongara en el tiempo. Hasta la jornada 19, la que supone la finalización de Ligue1 en 2013. Con resultado adverso v Valenciennes Claudio Ranieri volvió a contar con los dos extremos. Y, curiosamente, fueron los dos delanteros que habían disfrutado de mayor protagonismo los elegidos para ser sustituidos. El esquema, implantado por las circunstancias, englobaba a cuatro jugadores de perfil atacante. Con activos en las bandas.

Lo que se implante a partir de 2014 es una incógnita. Opciones existen. Testadas y evaluadas. 

viernes, 20 de diciembre de 2013

Falta uno

No está siendo una temporada positiva para Porto. Al menos en los resultados cosechados hasta el momento. El nuevo entrenador, P. Fonseca, ya ha recibido críticas sobre su gestión y el juego desplegado por su combinado se ha censurado en más de una ocasión. Cierto es que la herencia recibida le aporta mayor responsabilidad y menor margen de error en sus maniobras. Por el recuerdo aún presente de André Villas-Boas y por los títulos obtenidos con V. Pereira.

La carencia de liderazgo en Liga Zon Sagres y la eliminación en fase de grupos en UEFA Champions League son los principales debes en su trayectoria. Pero si por algo se está caracterizando el juego del Porto es por la carencia de presencia de un jugador como acompañante de Fernando. En el esquema habitual de 4.2.3.1 las piezas varían en muy pocas ocasiones... salvo en la zona central. El único indiscutible es Fernando y a su lado han pasado opciones tan dispares como Herrera, Defour, Carlos Eduardo e incluso Josué.


Josué en zona central jugando como extremo

Con el mexicano la irregularidad torna como constante. Defour es el que cuenta con mayores actuaciones y Carlos Eduardo no ofrece garantías suficientes. Estando Lucho González ubicado en la mediapunta sin ninguna discusión posible al respecto, una cuarta vía se ha exhibido esta temporada. Josué ha actuado como extremo y como interior. Cuando lo ha hecho en la banda continuamente progresaba hacia zonas centrales, dejando la totalidad de la banda para el lateral. Esto provocaba que se aumentara la presencia de efectivos en ¾ de campo rival y en la totalidad del centro del campo.

Por lo tanto, a pesar de configurarse como un extremo más sus permutas establecían una asimetría en el dibujo táctico evidente. En ciertas ocasiones también ha jugado como interior, como acompañante de Fernando con mayor libertad para pisar área rival. Esta opción, quizás considerada más ofensiva, suponía que Licá, Quinero o R. Pereira estuvieran presentes en una banda. No obstante, y a falta de un partido para finalizar el año competitivo 2013, P. Fonseca no se ha decantado por un jugador en concreto para actuar en esta demarcación. Sensible por importante. Importante por decisiva. 

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Lo frágil advierte

No era asunto menor el B. München v Manchester City. A pesar de afrontar ambos equipos el choque final de la fase de grupos de UEFA Champions League con el pase a Octavos de Final asegurado, los condicionantes posteriores a la clasificación final eran de elevada importancia. Y trascendencia. Porque en el contexto reinante existe una gran diferencia entre ser partícipe del sorteo de emparejamientos como primer clasificado que como segundo. La tensión competitiva, por tanto, no se erradicaba. Estuvo patente. Incluso cuando el escenario era caótico para la entidad de Manchester.


El conjunto alemán comenzó como se esperaba. Dominando, combinando y atacando. Tanto que corría el minuto 14 de partido y el marcador ya reflejaba una diferencia de dos goles. Así, y con una previsión de futuro nada halagüeña para los intereses del equipo de M. Pellegrini, lo sucedido hasta el final del partido no se ajustó a la tónica reinante. Al menos la totalidad del segundo tiempo. Esos 45 minutos son los que deben preocupar en München. Son los que ofrecieron garantías al rival. Los que concedieron margen de maniobra.


Llegada libre de marca

El primer gol del Manchester City se produjo por un fallo en la marca de los defensas y los centrocampistas. Tanto Dante como Kroos y Thiago no poseen una marca fija en un centro lateral, permitiendo que D. Silva y P. Zabaleta estuvieran en área rival sin oposición alguna. Esto, que supuso reducir ventajas sin una presencia relevante en campo contrario ni ocasiones de gol generadas, derivó en una variante ofensiva. Con resultado a favor y sin ningún tipo de obligación J. Guardiola cambió el esquema. Habilitó a M. Götze más cerca de la portería rival, pasando a jugar en la mediapunta y siendo Thiago y Kroos los encargados de confeccionar un centro del campo con doble presencia en paralelo. Porque hasta ese momento era Thiago el mediocentro posicional, el que retrasaba su posición en la salida de balón para colocarse a la altura de los centrales, y las dos piezas restantes se configuraban como el primer apoyo en zona central.


4.2.3.1

Ante un gol encajado y un atisbo de mayor presencia en ataque del rival el técnico español decidió dar un tinte más ofensivo a su equipo. Hasta el minuto 55. Con la entrada de J. Martínez se volvió a la idea original, siendo éste el mediocentro posicional y Thiago y Kroos los interiores. Lo que aconteció instantes después fue el empate del Manchester City y un nuevo error en la marca tras jugada lateral (Navas siempre como factor común).


Llegada desde segunda línea

La falta de control en el segundo periodo y la sensación de fragilidad exhibida por la pareja Boateng – Dante supone un toque de atención bastante importante e interesante. Porque erradica la racha de victorias de B. München y porque se produce en la máxima competición europea inmediatamente antes de comenzar a disputarse las rondas eliminatorias.


Última derrota B. München (any competition) : 27.07.13 – B. Dortmund – SuperCup – 27 partidos

Última derrota B. München (UEFA Champions League): 13.03.13 – Arsenal – 10 partidos

domingo, 8 de diciembre de 2013

Sin el recuerdo de Holanda

El potencial de B. Leverkusen, tanto económico como deportivo, ha permitido que la entidad del oeste de Alemania se configure, en varias campañas, como un principal contender en la Bundesliga. En la presente temporada, la primera de S. Hyypiä como máximo responsable en el apartado táctico, está definiendo al B. Leverkusen como el único equipo capaz de cuestionar la supremacía del B. München. Pero la relación entre estos dos combinados no se ciñe al apartado competitivo sino que existe una relación de cesiones, rumbo München – Leverkusen, que se ha mantenido en esta nueva edición del campeonato nacional.

E. Can, 1994, es uno de los principales activos de la cantera del B. München. Una vez realizada la pretemporada bajo las órdenes de J. Guardiola se confirmó su estancia en B. Leverkusen. En un principio el escenario le situaba como acompañante del trío ofensivo Son – Kiessling – Sam. O partícipe del centro del campo, donde más ha actuado en su carrera deportiva.















De hecho, su escaparate principal se produjo en Holanda durante el Europeo U17 de 2011. Jugando como mediapunta, detrás del delantero S. Yesil (1995), actualmente en las categorías inferiores del Liverpool; su disparo lejano y zancada se postularon como las principales características más desarrolladas. Por ello,y a tenor de sus aptitudes, la zona central del terreno de juego parece ser en la que mejor se encuentra. Pero poco la transita últimamente.

La lesión de S. Boenisch ha provocado que E. Can sume, hasta el momento, cinco partidos seguidos como titular. En todos ellos ha desempeñado la función de lateral izquierdo. Sin ser zurdo además. Ésa es la zona que le cede S. Hyypiä, a tenor de no ser un jugador defensivo ni especialista en la marca individual. Como todo aquel que lleva el dorsal “10” a la espalda.

viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Una nueva etapa?

Con la salvedad de la ocupación novedosa de David Moyes en el banquillo del Manchester United, la entidad de Inglaterra apenas ha variado con respecto a los días en los que Sir Alex Ferguson comandaba todos los aspectos que incumbían a la misma. Por ello, tras escuchar una reflexión de Axel Torres en Planeta MI surgieron varios puntos interesantes de análisis. En concreto el elogio sin fisuras a la plantilla del ManU. Es una evidencia que el refuerzo, por parte de D. Moyes, ha sido mínimo, lo cual favorece a la continuidad de la idea, del estilo anterior. Preexistente.

Y repasando las principales características del mismo uno recuerda que el principal hecho positivo que se inculcaba a la plantilla era el denominado “gen competitivo” que ésta poseía por la influencia directa de Sir Alex Ferguson. Es decir, en infinidad de ocasiones se hacía referencia a tal concepto para explicar victorias sin brillo, sin fútbol. Victorias que suponían títulos y, sobre todo, campeonatos de Premier League.

Incluso J. Mourinho, a su llegada a Londres, estableció sin ningún tipo de duda al respecto que los ganadores anteriores de la edición inglesa no habían poseído ninguna brillantez ni un nivel elevado. Por tanto, y a tenor del despliegue del ManU en la presente temporada, me resulta chocante que Axel establezca a la entidad de Manchester en unos niveles tan valorativos positivamente. Porque no ha cambiado prácticamente nada.

De hecho, la que se postulaba como nota diferencial en el proyecto de D. Moyes (Fellaini) no sólo no aporta lo esperado sino que parece que no se le espera en un corto plazo de tiempo. Así, la pareja Carrick – Cleverley ya existía en el pasado y no se contemplaba con tanta exaltación. Es más, tan rebatible es la afirmación “Carrick gana campeonatos nacionales (Premier League)” de Axel como que el contexto de esos triunfos exhibe a contrincantes nada comparables a los actuales.

Que cuando J. Mourinho establece que existen 6-7 candidatos al título, a pesar de que sabemos que lo hace para restar presión a su combinado, evidencia la cantidad de equipos con aptitudes y recursos para copar los primeros puestos de la clasificación. Y si alguno falla, que no está siendo el caso, por el momento, se ubican en primera línea de exposición pública las conocidas “revelaciones”, si bien el proyecto del Southampton siempre ha poseído dos puntales necesarios para llegar a la situación actual. Esto es: capacidad de maniobra económica y estructuración en la confección de la plantilla.
Kagawa MP

Ello ha quedado evidenciado en el partido v Everton. Si bien D. Moyes introdujo ciertas variaciones por las ausencias en el combinado, lo cierto es que no se vislumbró una actuación sin fisuras. Welbeck pasó a jugar en la banda izquierda, dejando así la zona central detrás del delantero a Kagawa. En esa posición es donde más ha rendido el japonés en toda su carrera durante su estancia en Dortmund y donde se dio a conocer para la opinión pública internacional. En muy pocas ocasiones ha podido interactuar en esta demarcación porque la presencia de W. Rooney y R. Van Persie condiciona todo. Esta variación provocó dos principales repercusiones en el juego.


Welbeck en campo propio

Welbeck, durante gran parte de la primera parte, bajó excesivos metros para entrar en contacto con el balón. Tanto que en algunas ocasiones se le vio jugar en campo propio. El centro del campo lo conformaban Fellaini y Giggs, si bien volvieron a evidenciarse como la zona más problemática para Manchester United. Ninguno supo combinar con Kagawa y fue territorio del Everton gracias a la actuación de Barry y McCarthy sólo reforzada por Barkley en momentos puntuales del segundo periodo.


Espacios a la espalda

Ante la presión en bloque alto, elevada, que realizó el conjunto local, los espacios en la zona central fueron amplios. Fellaini, partícipe del mayor desgaste en esta tarea, avanzaba metros para intentar recuperar el balón cerca del área rival. El principal riesgo era dejar a Giggs como único representante de ManU en el centro del campo. Si Everton conseguía superar esa primera línea de presión ya contaba con espacios en un área capital de acción. No existía ninguna figura que pudiera realizar coberturas y tanto la transición defensiva como el equilibrio del equipo se resentía de manera evidente.

Por tanto, ¿por qué no me parece acertada la afirmación y elogio hacia ManU? Porque se trata de algo que ha variado mínimamente, y no se establece que nada por la evolución evidente que experimentan jugadores de corta edad. Porque sigue sin tener un ideal de juego definido. Porque sigue dependiendo del estado de forma y acierto de Wayne Rooney y Robin Van Persie. Porque ya no va a ser campeón con lo anterior por el nivel presente de sus rivales.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Ajedrez


En el partido de mayor importancia para el contexto de la Bundesliga se produjeron eventos nada habituales en tales citas. Variaciones y modificaciones sobre una idea original, en varias ocasiones, con una clara finalidad ambiciosa y ofensiva. Fueron los cambios de un lector de juego acorde a lo desplegado en el terreno de juego. Fueron variantes de partida. Jugando al ajedrez.

1. Javier Martínez como mediapunta




























2. Javier Martínez como mediocentro posicional
















3. Mario Götze como delantero centro




4. Javier Martínez como defensa central



5. Thiago como interior derecho



6. Lahm como lateral derecho


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Espacio y tiempo

En este espacio siempre se ha establecido que la relación entre espacio y tiempo dentro del terreno de juego es uno de los factores más determinantes existentes y hallados. Probablemente el que más. La máxima expresión ha quedado estipulada y, por ende, exhibida en una cita de máxima exigencia. Cuando Suecia necesitaba un gol para acudir al próximo Mundial 2014 concedió a espacios. A Cristiano Ronaldo. Conocen la resolución. O la intuyen.

1. Marcaje con lateral rival. Diagonal desde banda derecha hacia zona central



























2. Carrera desde campo propio en banda izquierda libre de marca














3. Diagonal desde banda izquierda libre de marca




sábado, 16 de noviembre de 2013

Guión complejo

Acudir a la última cita disponible para clasificarse al próximo Mundial 2014 no es, obviamente, un evento que desprenda seguridad y confianza. O sí. Porque el contexto para Francia no es el mismo que para Islandia. Y en esta tesitura, analizando lo que supone para cada equipo la situación actual, el ambiente se define a partir de la misma. Por ello, y teniendo en cuenta que restan 90 minutos para conseguir el objetivo primario, se exponen a continuación ciertos fallos que el que edita considera fundamentales a subsanar para vislumbrar un escenario inmediato en el cual, sin margen de error, Francia sea participante del máximo torneo internacional existente en el panorama futbolístico.


Sorprendió Deschamps dando entrada a Giroud por Benzema y a Nasri por Valbuena. Los dos suplentes, capitales en anteriores choques con Francia, no están a un nivel claramente inferior a los referidos y, sin ninguna duda al respecto, el preparador francés hizo prevalecer su intuición personal. Por ello atacar esta decisión, a posteriori, sería injusto. E innecesario. Al fin y al cabo Deschamps es el único, junto con su cuerpo técnico, que conoce perfectamente el despliegue de la totalidad de sus jugadores en los entrenamientos y horarios extradeportivos.


Nasri en campo propio

Así, partiendo de esa base, lo censurable sí se ubica en la función de Nasri. Por lo que llevó a cabo y por el concepto de lo que se quería llevar a cabo. En excesivos momentos del partido habitó en campo propio, pasando a ser un tercer centrocampista. Esto, con un esquema inicial de 4.2.3.1, no se buscaba. De hecho, de ser la idea original, Cabaye responde de una manera más adecuada a tal requisito y exigencia. Fue una constante común vislumbrar a Nasri junto a la pareja Matuidi – Pogba y al final, por consiguiente, Francia careció de presencia efectiva y efectista en la creación de juego y en la mediapunta.


Pogba de espaldas

El encargado de iniciar la jugada, contando con dos efectivos inmediatos para esa función, fue Pogba. Ha quedado demostrado en su club actual que tales funciones no le son propicias para desplegar todo el potencial que atesora y la posición de interior es la que mejor se adecua a su aptitud futbolística. Pero en la selección no existe esa demarcación al ingresar a un mediapunta y, por tanto, su capacidad para llegar a portería contraria se erradica y las tareas a desplegar varían. Algo similar le ocurre a su compañero Matuidi, quedando confeccionado un doble pivote inexperto en ese escenario y con nulidad cognitiva para desplegar su juego desde áreas tan retrasadas. Si ha existido un elemento común en Juventus y PSG, donde ambos realizan cada fin de semana actuaciones destacables, se dibuja con la figura de un MC posicional. Véase Verratti o T. Motta y Pirlo.


Balón aéreo Koscielny

Ante esa carencia, y contando con un sólo defensa central con fiabilidad en la salida de balón, la responsabilidad recaía sobre Koscielny. La falta de apoyos una línea inmediatamente después de su posición y la elevada presión, por momentos, de Ucrania provocó que: 1) Avanzara metros con el balón en posesión sin encontrar destinatarios libres de marca. 2) Se recurriera, en exceso, a balones aéreos. En tal cometido el jugador francés no supo sacar rendimiento a su lectura de juego y la transición de Francia se vio resentida.


Remy centrado en zona central

Bien conocidos por la opinión pública son los automatismos que realiza Ribery en banda izquierda. Ello no significa que sea un jugador previsible o que los defensas consigan minimizar su producción. Todo lo contrario está quedando exhibido. Pero la posición de Remy en la banda contraria, como extremo derecho, se vio inutilizada durante la totalidad del encuentro. Lejos de ensanchar el campo y buscar enfrentamientos directos contra el lateral rival Remy optó por configurarse como un efectivo más en el centro del campo ante la carencia en la salida de balón. Centrado y retrasado jugó durante muchos minutos, dejando todo el carril diestro para Debuchy. Idea en origen que no resulta descabellada por el aporte del referido en ataque. No obstante, el hecho de contar con Konoplyanka como atacante rival en el mismo sector provocó que las subidas de Debuchy no fueran una constante y, así, quedó eliminada una de las bazas de Francia.



El juego, en su totalidad y contexto, no fue tan ínfimo como para acudir a feudo propio con una desventaja tan complicada de revertir. Ésa es la nota positiva. La realidad refleja un guión complejo. Factible.

domingo, 27 de octubre de 2013

El esteta

Cuando tiene lugar, en la Bundesliga, un choque entre Schalke y B. Dortmund (y viceversa) las expectativas se elevan hasta niveles máximos. Por lo que supone la rivalidad entre estas dos entidades y por la calidad de ambas plantillas. Es una constante. Ninguna variante, a lo largo de su ediciones, ha conseguido difuminar lo expresado y, por consiguiente, lo anhelado siempre ha tornado como presente.
















En la presente temporada, la que está viendo a un equipo de J. Klopp exhibirse sin Gündogan (lesión de larga duración), el personaje que brilla con propiedad irrefutable es Nuri Sahin. Esperado en diversos lugares y en distintos contextos, su vuelta la campaña anterior hacía presagiar, para los más optimistas, una reconversión en forma de evolución. Y así está siendo. La 2013/2014 está presenciando un fútbol acorde a lo que necesita su equipo y, junto a Bender, la consistencia en el centro del campo ya no se pone a debate. Incluso pocos esperan ya que, cuando vuelva el jugador turco, se erradique esta combinación.
















En Gelsenkirchen Nuri realizó un partido de difícil evaluación. Por lo elevado de ésta. Disfrutó, constantemente, de espacios en todo el espectro central del terreno de juego y, obviamente, aportó pases que siempre conllevaban beneficio para B. Dortmund. Superaba líneas de presión, enlazaba con jugadores ofensivos y, simplemente, provocaba superioridades con el balón. El detalle principal de los destinos de sus pases reside en que cuando llegaban a zona de ¾ la optimización, por parte de sus compañeros, era inmediata. 















Porque Nuri transfería el esférico hacia las zonas que sabía peligrosas para el rival. Diferenciales para su equipo. Y en una de las pocas llegadas al área rival que realizó acabó en gol. Mostrando su disparo desde fuera del área. Disfrutando de su aporte. De su juego.

jueves, 24 de octubre de 2013

El trabajo en el centro del campo


Con anterioridad se ha expresado que ni esta versión de la Juve es la de 2011/2012 o 2012/2013 ni este contexto de Serie A es el de épocas anteriores. Tan evidente como estimulante. Un buen ejemplo palmario de ello reside en la previa del partido a disputarse en Madrid. Ésta tuvo lugar en Florencia. Y no fue exactamente positiva para los intereses del conjunto de A. Conte.


Se ha puesto en primera línea de debate el juego desplegado por parte de la Juventus en la presente temporada. No recuerda al de hace escasos meses y la superioridad que exhibía en Italia se ha reducido considerablemente. Por ello, ¿se puede afirmar que estamos contemplando una versión inferior? No. ¿Se puede establecer que el equipo blanquinegro debe mejorar sus prestaciones? Sí. Entendiendo la diferencia entre ambas preguntas y las consecuencias de sendas respuestas se comienza a evidenciar lo que está aconteciendo. Tan natural como los ciclos futbolísticos en cada entidad.


Así, con ciertas dudas en el entorno y con necesidades imperiosas de comenzar a ganar partidos en UEFA Champions League, acudía la Juventus al Santiago Bernabéu. Con lo mencionado y sin jugadores importantes, además. A. Conte, consciente de la importancia de la cita, modificó lo desplegado hasta el momento para dibujar, por primera vez en la presente temporada, una defensa con cuatro hombres. De tal manera se erradicaba una de las señas de identidad del conjunto italiano a lo largo de los dos últimos años: defensa de tres centrales y dos carrileros. La medida, tomada en un contexto de máxima exigencia, era atrevida e interesante.


Defensa con cuatro efectivos

Lo que provocaba esto era que se pudiera incluir a un jugador más en el centro del campo. En total fueron cuatro. Cuatro mediocentros habituados a jugar en posiciones centradas. Ahora bien, dos de ellos tuvieron funciones muy cercanas a las bandas, sobre todo en fase defensiva. Marchisio habitó, de manera perenne, en banda derecha, tanto con balón como sin él. No es una posición donde realce sus características ni sus aptitudes brillen pero la búsqueda era propia a un derroche físico alto. Se buscaba taponar las conexiones entre Marcelo y Cristiano Ronaldo, así como minimizar las subidas al ataque del primero. Esa pareja rival era uno de los principales activos del rival y A. Conte, sabedor de tal hecho, optó por colocar a un jugador capaz de combinar con Pirlo y A. Vidal tras recuperación o en estático.


Marchisio en banda derecha

En la otra banda la movilidad de Pogba y Tévez fue constante. Ambos se repartían las veces de taponar esas parcelas, teniendo el argentino mayor libertad para adelantar metros y situarse detrás del delantero, F. Llorente. Por momentos se le veía en banda izquierda de partida y en ocasiones se centraba. Ahora bien, en fase defensiva siempre se encargaba de transitar por esa zona para ofrecer apoyos al lateral izquierdo. De hecho no era raro verle situado entre Di María y Arbeloa. Su despliegue fue tal que F. Llorente encontró en él al compañero con el cual realizar más pases y esa indefinición en el puesto formalizaba incógnitas en la zaga rival. Por no saber ésta si Arbeloa debía seguirle hacia el centro o ser Pepe el que le marcara, teniendo que fijarse S. Ramos, por tanto, con el delantero español.


Tévez en banda izquierda
Tévez centrado





























Uno de los puntos más interesantes del armazón que propuso A. Conte se ubicó en la segunda línea de presión. Cuando la Juventus juega con un 5.4.1 en fase defensiva los mediocentros no tienden a ir a cubrir la salida de balón de los mediocentros rivales cuando superan la divisoria central. Pero al escalonarse en un 4.5.1 se aumenta el número de efectivos en la parcela media y, por tanto, existe la posibilidad de que uno de ellos rompa esa linealidad para presionar al poseedor del balón. Si se trataba de Khedira o Illarra (perfil zurdo) el encargado era Pogba. A su vez, si Modric o Illarra (perfil diestro) mantenían el balón como propio era A. Vidal el asignado para presionar. Esto era posible por la posición de Tévez en la banda izquierda y por la solidez que se mantenía con una doble línea de cuatro jugadores detrás del mediocentro que presionaba.


Salida del mediocentro

Con la expulsión de Chiellini al comienzo de la segunda parte, y con un marcador desfavorable, la medida del preparador italiano se basó, en primera instancia, en dar entrada a Asamoah por Pirlo. Con ello se transitaba con un 4.4.1 confeccionado en el centro del campo por cuatro jugadores físicos y técnicos. Asamoah se mantuvo en esa línea hasta que la segunda variante de A. Conte se produjo. Giovinco pasaba a ubicarse donde antes lo hacía Asamoah y éste retrocedía metros para jugar como lateral izquierdo. El bloque se mantenía con presión baja, ya sin la opción de descolgar a un mediocentro para presionar la salida del rival, y con Tévez en una llanera extensa y llena de obstáculos.


Ubicación de Asamoah
Ubicación de Giovinco





























F. Llorente ha sido titular en los últimos dos partidos de su equipo. Han sido ante dos rivales altamente potentes y, de manera paralela, su actuación ha tenido dos eventos que se pueden postular como comunes. El primero, acorde a sus características físicas, se ha basado en la recepción de balones aéreos. Ganador en un alto porcentaje de ellos, su equipo ha sido capaz de superar líneas de presión con esta acción tan rudimentaria. El segundo evento destacado está en clara consonancia con el expuesto. Tras esa recepción la primera opción siempre era el pase al jugador que se ubicaba escasos metros detrás de él. Ha sido Tévez en ambos partidos, el cual buscaba la espalda de los mediocentros rivales. Estas dos acciones tenían como clara finalidad varios apartados: 1) Avance de metros sin combinaciones mediante. 2) Provocar la salida del central de su zona de confort. 3) Habilitar la maximización de espacios generados a Tévez. Si ésta es la idea de A. Conte con F. Llorente cuando actúe en el terreno de juego se sabrá con el paso de los partidos. Lo que sí ha quedado claro es que parece agradarle esta opción. 

lunes, 14 de octubre de 2013

Tabárez ha virado


En el mundo del fútbol siempre es capital entender el contexto del encuentro para conocer su posible desarrollo, planteamiento por parte de cada equipo y actitud desde el inicio. No obstante, este factor se definía como imprescindible en el Ecuador v Uruguay por tratarse del partido que iba a confeccionar, de manera directa, cuál de los dos jugaría la repesca para acudir al próximo Mundial de 2014. Bien es cierto que tras la conclusión del mismo restaría una cita por producirse pero a tenor de la distancia entre ambos y los rivales venideros el choque entre ambos era esencialmente necesario de victoria.


Por ello, y siendo Uruguay la que partía desde una posición inferior respecto a Ecuador, se esperaba al combinado de O. Tabárez con pasión típicamente uruguaya, garra e identidad propia. A pesar de jugar en Ecuador. Todo lo contrario. Lo planteado por el técnico todavía se sigue intentando de descifrar, entender las razones que llevaron a transitar por el campo con esa actitud y, obviamente, conceptualizar la idea que se buscaba realizar. No ya entender ésta sino conceptualizarla, ser consciente de lo que se pedía.


9 jugadores en campo propio

Eran los encargados de atacar, de buscar al rival, de llevar la iniciativa... de ganar. Y O. Tabárez implantó a tres centrales para dibujar un 5.3.2 con el cual Cavani y L. Suárez eran los encargados de rescatar algo en un naufragio augurado. La presión no era, obviamente, en bloque alto. Todo lo contrario. Los dos delanteros habitaban en campo rival cuando se producía la fase inicial de Ecuador pero su aporte defensivo de presión no era mayúsculo.


Balón aéreo

Parapetados en campo propio, con una línea de 5 hombres y otra de 3 muy cerca de área rival, las distancias entre estos 8 jugadores y los dos delanteros era claramente muy elevada. Las recepciones, por tanto, o se producían tras balón aéreo, que no pase aéreo, a merced de la inspiración de los mencionados ante una superioridad de rivales; o tras pase raso desde el medio del campo del jugador más adelantado. Toda una odisea la proliferación de balones y toda una quimera la realización de jugadas ofensivas en transición. No importaba, por la disposición y el trato del balón, lo más mínimo la capacidad ofensiva. Y esto, por rotundo que pueda resultar, se produce contando en tu equipo con, probablemente, dos de los cinco mejores delanteros en el panorama internacional ahora mismo.


Distancia hasta los delanteros

Cuando alguno de los carrileros optaba por avanzar metros y tratar de configurarse como un efectivo más de apoyo el resultado era negativo. La velocidad con que esto se producía era escasa, ínfima, y la colocación rival en campo propio suponía que mantenían ventajas numéricas sobre los pocos activos rivales. Uruguay no atacaba y cuando lo intentaba hacer con alguien más que Cavani y L. Suárez era ante un combinado que ya tenía definidas dos líneas de defensa.


Subida del carrilero

Recibir a Argentina ya es un mero trámite. Con casi total seguridad Uruguay jugará la repesca para acudir al próximo Mundial de Brasil. Su rival sería Jordania. De producirse su victoria hablaríamos de 6 equipos sudamericanos en un torneo que se disputa en uno de los templos futbolísticos de esa región. Pero O. Tabárez ha virado. En exceso. Y en esta ocasión sin argumento.

sábado, 12 de octubre de 2013

Lo que ha aportado A. Januzaj


La gran sensación en la jornada 7 de la Premier League se produjo en Sunderland. Con la primera aparición en la alineación titular del Manchester United de un chico nacido en 1995. A. Januzaj ha desencadenado grandes debates sobre la cantidad de minutos que merece en la primera plantilla del equipo de D. Moyes y, más globalmente, sobre en qué selección será una figura integrante ya que existe la posibilidad de, al menos, optar a ser convocado por más de tres selecciones.

Sin embargo, lo realmente interesante se ubica en su actuación a nivel colectivo e individual, más allá de los dos goles que supusieron la victoria de su equipo. Por ello, y de manera centralizada, en este espacio se estudia lo que supuso su presencia en Sunderland y ciertas pautas de su juego.


A. Januzaj siempre parte desde la banda izquierda, como extremo izquierdo, en el esquema de 4.2.3.1 de D. Moyes. Jugador zurdo, los registros que se manejan del joven jugador en categorías inferiores de la entidad de Manchester aportan que su participación siempre se realizaba desde la media punta. Por tanto, hablamos de un jugador con capacidad de visión de juego, toma de decisiones en ¾ de campo y llegada desde segunda línea. Curiosamente, o no, estas cualidades se vislumbraron en Sunderland, si bien su ubicación cambió de inicio y en transición.


AJ en banda derecha
AJ en zona central





























Su movilidad es constante, no es un extremo que espere el balón pegado a la banda y, por ende, fue constante verle transitar por posiciones centrales. Incluso, en ocasiones, cambió de banda con su compañero Nani, exhibiendo que cuando juega en banda derecha su principal recurso es el recorte hacia el centro para orientar el balón hacia su pierna predilecta (izquierda). Una vez realizado tal recurso, muy característico de jugadores zurdo cerrados que actúan en banda derecha (Robben y Bale son los casos más explicativos) posee la opción de prolongar el balón a la subida del lateral para buscar un centro al área o realizar un disparo con su pierna izquierda.


Disparo con pierna izquierda
Disparo con pierna derecha





























De hecho llamó especialmente la atención su facilidad y rapidez para disparar a portería. Desde casi cualquier posición. Además fue llamativo por tratarse de un acto de responsabilidad en un jugador sin background en la élite deportiva y sin ningún tipo de galón en la plantilla. Desde fuera del área tras recorte, ya sea con pierna izquierda o pierna derecha; desde fuera del área en un área de acción bastante alejada del área rival o dentro del área al primer toque. No duda en estas acciones y, junto a la imprevisibilidad y rapidez en la ejecución, gana décimas de segundo que suponen decisivas.


Disparo lejano
Disparo dentro del área





























Quizás esto se pueda definir como un toque individualista en una figura muy temprana pero lo cierto es que no posee una carencia en el disparo desde fuera del área. De ahí su tendencia a intentar maximizar esta faceta del juego tan poco recurrente en el juego del Manchester United.


Una de las principales ventajas de las que dispuso A. Januzaj en Sunderland por su movilidad fue la llegada desde segunda línea libre de marca. Influenciado por la inoperancia rival y la escasa atención que se le proporcionaba cuando abandonaba la banda izquierda, el aporte fue máximo. Su pasado como mediapunta favorece a tal efecto porque conoce cómo moverse entre los centrocampistas rivales para buscar la espalda y los espacios habilitados.


Llegada desde segunda línea

De hecho cuando comienza la jugada en su banda siempre encara al lateral con la capacidad para prolongar al compañero que se incorpora desde la defensa o tirar la diagonal hacia ubicaciones centrales. En esta parcela se encuentran los mediocentros rivales a los que sabe cómo ganar los espacios en ¾ colocándose sin balón o en posesión. Su mapa de movimiento le sitúa en la franja que queda justamente entre los centrales y los mediocentros. De manera consciente se produce este evento.


Transición defensiva en el centro del campo

Pero lo que mejor define al jugador es su aporte defensivo. Puede ser más acertado o menos pero no se trata de un futbolista egoísta en el esfuerzo. Como todo extremo posee tareas defensivas de apoyo al lateral propio para cerrar la banda. Lejos de escatimar energías para exhibirse en ataque A. Januzaj se destacó por varias acciones en el centro del campo o, incluso, en campo propio que suponían coberturas a las subidas de Evra. No es un jugador especialista en facetas defensivas con altos índices de recuperaciones de balón pero realiza actuaciones de presión y apoyo al colectivo. Su recorrido por banda se expande y complementa de manera armónica.


Transición defensiva en campo propio

Es tremendamente pronto para evaluar a un jugador nacido en 1995, si bien su impacto ha sido realmente elevado. Sin ser un extremo puro aporta una serie de variantes al juego del Manchester United que en Sunderland resultaron interesantes y trascendentes. La continuidad como titular está pendiente de revisión y su impacto en el colectivo puede ir incrementando a lo largo de la temporada. Esta gestión, sin ninguna duda al respecto, es un punto más donde D. Moyes debe demostrar un tacto máximo. En una temporada que está requiriendo, desde el inicio, un tacto supremo.