miércoles, 26 de junio de 2013

El contexto acuciante


La llegada de L. F. Scolari se definía, en su momento matriz, como un acontecimiento con un claro objetivo: llegar en las mejores condiciones posibles al Mundial 2014. Sin embargo, en ciertos sectores de la prensa brasileña la aparición del ya conocido entrenador de Passo Fundo hacía referencia a una inmediatez en cuanto a resultados. Se esperaba que el combinado más laureado del planeta comenzara a cosechar réditos óptimos, dejando en un segundo (o tercer) plano la manera de realización para su cosecha. Y bajo ese patrón Brasil se presenta, en Belo Horizonte, como una de las mejores cuatro selecciones de la presente ConfeCup.

El 4.2.3.1 con dos líneas definidas, la defensa y el ataque, quizás las importantes; es inamovible para L. F. Scolari. La primera de ellas es una de las más fiables y potentes del panorama futbolístico, si bien poseen a dos laterales de corte ofensivo con una proyección que supera los 40 metros y a un central reclamo de 42 millones de euros previos. Así, el país generador de jugadores ofensivos por excelencia se coloca en primera posición de exposición como un conjunto extremadamente fiable en defensa. Su vulneración, así como su escasa capacidad para conceder, son exponentes de esta nueva idea implantada. De este pragmatismo predominante.

Los integrantes en el ataque, definidos de manera previa y con la variación ya estipulada de antemano, hacen alusión a Hulk, Oscar, Neymar y Fred. Lucas Moura es el comodín de L. F. Scolari, el hombre que comienza sus actuaciones individuales una vez superados los 70 minutos de juego. Y, ante ello, ninguna réplica se argumenta como posible. Es con lo que se lleva actuando desde el comienzo del proyecto. Ahora bien, para la afición brasileña la presencia de Hulk resulta un tanto inadecuada.

"XI" de Brasil

Primeramente, tras jugar en tierra patria (Vitória), su existencia era desconocida. Actuaba en Serie B y no suponía un instrumento principal en las categorías inferiores de la canarinha. Su periplo por Japón, extensión de 4 años mediante (2005 – 2008), supuso la erradicación definitiva de su figura en Brasil. En la sociedad futbolera brasileña. Sin embargo, en FC Porto, Portugal, cuna de idioma similar, ya en Europa; tuvo lugar la eclosión del talento con la superioridad física. De la capacidad para desequilibrar y ser diferencial con la muestra de un cuidado muscular superfluo. La estancia, de 5 años (2008 – 2012), supuso su gran escaparate internacional. Su consagración como jugador perfil selección. Y ya siendo integrante de la misma recorrió kilómetros, lejos de su lugar de origen, lejos de su paraje idílico.

En este contexto, y debido al mismo, Lucas Moura es el menino predilecto de Brasil. Le conocen, ha sido estrella sin apenas contar una veintena de años y su conexión con Neymar siempre ha quedado patentada. En las horas previas al partido más importante de la (segunda) era L. F. Scolari no se atisban visos de cambio. Con todo lo que eso conlleva.

Porque en el centro del campo, línea que no se ha mencionado en ningún momento, no existe la presencia de jugadores adecuados. Lo cierto es que no necesitan tener confeccionado un centro del campo por el modelo de juego. La fluidez a lo largo de esa parcela es escasa, si bien las pautas están confeccionadas de manera clarividente. No obstante, es la zona donde más probaturas ha realizado L. F. Scolari y donde más hombres han transitado. La realidad establece que se necesitan sólo a dos protagonistas. Cifra que, escasa por concepto, es amplia por su complicación. En esta ConfeCup se ha visto a la dupla Luiz Gustavo – Paulinho como la inicial. De hecho sólo ha sido modificada en una cita, la última de la fase de clasificación, con la misma ya conseguida. Hernanes ha jugado todos los partidos, partiendo como titular solamente en mencionado evento. Su rol es semejante al de Lucas Moura y, por tanto, se puede hablar de un total de 14 jugadores como miembros de confianza de L. F. Scolari en la presente competición. Jô sería el último de ellos. Y tras la fulminante actuación de Fred en la faceta goleadora ante Italia no se esperan modificaciones. Curiosamente ello, la carencia de expectativa de cambio, es la nota habitual. Es lo que sí se espera. Para anclar el pragmatismo. Para vivir a través de ello.

miércoles, 19 de junio de 2013

Lo importante es el modelo


"Que la producción de jugadores con un nivel elevado en categorías inferiores y, por tanto, con una proyección diferencial es evidente que nunca ha sido pauta común en el fútbol español. Pero ese evento no implica que lo que se está gestando desde hace ya más de un lustro se deba a algo inexplicable. Ése es el matiz principal. Porque, más allá de las generaciones que surgan en cada época, lo importante, y a tratar de establecerse como imperante, es el modelo. La estructura en la base para poder desarrollar, posteriormente, un concepto futbolístico. Obviamente esto se va a ver más o menos maximizado por la calidad de los protagonistas. Quizás el aporte de jugadores sea algo cíclico, se desconozco. La idea y el trabajo deben ser perennes. Y a partir de ello a competir."

lunes, 10 de junio de 2013

All the Roman' men




Pago por contratación de entrenador al club correspondiente:
  • Jose Mourinho – FC Porto – 1.7 millones de libras
  • André Villas-Boas – FC Porto – 13.3 millones de libras
Es necesario añadir las cifras de despido de los integrantes del cuerpo técnico de cada entrenador. Datos económicos desconocidos.

sábado, 8 de junio de 2013

El aporte del triángulo


En el fútbol actual, ése que está condicionado por valores de asociación y conquista de lo anhelado mediante unos planteamientos atractivos y a partir del balón, la configuración del centro del campo es decisiva. Sobre todo para según qué combinados cuyas características pueden desarrollarse con estas ideas de juego. En esa vertiente se ubica, o al menos está inmersa en el trayecto, una de las selecciones que más opiniones y atención posee. Bélgica, confeccionada por la presencia de jugadores pertenecientes a varias generaciones distintas de camadas de efectivos, suscita interés desde que comenzara a aunar todos estos recursos altamente estimulantes. Y siempre, ante la inexistencia de éxitos o consecución de objetivos marcados, se hacía referencia al entrenador. A la carencia del mismo por su desempeño y a la necesidad de uno que fuera capaz de maximizar el potencial de los noveles y establecer el rendimiento adecuado de los perennes.

La situación de Bélgica en la fase de clasificación para el próximo Mundial de Brasil en 2014 es idílica. Más tras la disputa de la última jornada, ésa que le sitúa líder de su grupo con una diferencia de tres puntos sobre su principal rival para conseguir la plaza directa. Porque, año mediante para la disputa de la cita en el país sudamericano, ya tiene asegurada su presencia en una hipotética ronda de repesca. Aunque, obviamente, se busca manejar la renta obtenida. Para culminar lo ansiado. Lo exigible.

Es común, por las características de varios jugadores del plantel (término muy sudamericano éste), ver a dos jugadores ensanchando el campo actuando como extremos. Los que se ubican en estas parcelas lo son y su juego se identifica con el desborde, la profundidad y la capacidad para manejar los fuera-dentro según lo demanda el encuentro. Pero, no exenta de calidad y de activos con la misma, Bélgica posee jugadores de elevado nivel en varias posiciones. En ocasiones duplicando el puesto. Ocurre en el centro del campo, ese terreno del territorio decisivo que determina el planteamiento del combinado. O al menos la intención existente.

Triángulo en el centro del campo

La formación de triángulos sectorizada con componentes de tres hombres torna como una faceta ya conocida en los análisis futbolísticos. Estos, los primeros, se dan por la interacción que efectúan varios jugadores en una misma zona de actuación. Se divide la totalidad del campo en tres vertientes principales: dos para cada banda y una central. En esta última, y haciendo referencia a la pareja Witsel-Fellaini, se engloban los referidos y Chadli. Por supuesto, no ha lugar a dudas, los protagonistas varían en función del contexto de cada cita. La razón, evidente. Ya expresada: “Bélgica posee jugadores de elevado nivel en varias posiciones.”

La funcionalidad de estos tres hombres se vio, en todo momento, sujeta al triángulo de actuación. Si en las técnicas de iluminación para grabación audiovisual se establece el “triángulo básico de iluminación” como condicionante invariable para su correcta realización, en la ejecución de la idea futbolística los triángulos que se dibujan obtienen una función similarmente relevante. Así, mientras uno de los dos componentes del doble pivote adelantaba metros para realizar presión sobre la salida de balón rival, el mediapunta (Chadli) se colocaba junto al centrocampista oponente para erradicarle como opción de pase y apoyo. Mientras, el otro centrocampista del doble pivote taponaba las parcelas que pudieran habitar los jugadores del sector donde transcurría la acción.

Volcado el juego sobre un sector, y con doble marca individual y una zonal, el triángulo se erigía como un sustento fundamental. El único recurso para el equipo rival consistía en el retroceso del mediapunta o delantero para intentar configurarse como un apoyo en la salida. Bélgica, consciente de tal variante, habilitaba la toma de decisión racional e individual del defensa central correspondiente. De acompañar esta merma de metros (subida para el defensa central) las parejas se mantenían. En este contexto sólo dos condicionantes habilitarían la fluidez en el juego del contrincante. A saber: 1) Error de algún jugador de Bélgica en la marca. 2) Recurso a definirse como diferencial de algún jugador rival que supere líneas de presión y habilite espacios.

Y ante esto último no se concibe herramienta óptima para su disminución. Porque se escapa de lo táctico. Por intangible e inesperado. Por especial.

domingo, 2 de junio de 2013

Sin ideas ni recursos


Una de las cunas del fútbol, en su vertiente más internacional, se ubica en el denominado Maracaná. Ese estadio ya mítico en Río de Janeiro ha visto su cambio de imagen como una oportunidad única para convertirse en el exponente máximo de todo un país. Ése, precisamente, es el responsable de una de las mayores canteras de jugadores que a lo largo de la historia contemporánea han tenido lugar tanto en Sudamérica como en Europa. Los rinconcitos en los que no aparece un brasileño formando parte de un combinado profesional son tan insospechados como reducidos. Y como imagen del próximo Mundial 2014 el simbolismo del pueblo brasileiro se exhibía en compañía. Sin erradicar la presencia de nadie. De nada.

La Inglaterra de R. Hogdson, difícil de calificar en la idea matriz y complicada de elogiar en el juego, era la encargada y privilegiada de inaugurar el nuevo Maracaná. Los locales, conocidos sin necesidad de presentación, encaraban el partido con el conocimiento de la premura en la puesta a punto. En la culminación del apartado físico que, posteriormente, habilita el trabajo para la puesta en escena. Para la práctica. Siendo primordial la distinción entre habilitación y ejecución, no estando ambas implicadas y tan sólo relacionadas por la cercanía de ambas fases. Encaraban el partido con la responsabilidad y exigencia del que se sabe examinado al detalle. Y demandado con un claro objetivo, casi único: conquistar la Copa Confederaciones 2013.

Por la cercanía de mencionado torneo y por el reducido número de partido exigentes que afrontará Brasil en su preparación para el Mundial 2014 era interesante conocer los automatismos, de producirse, existentes en el combinado más laureado históricamente. De tal manera, y como ejercicio enriquecedor cognitivamente para encarar la próxima cita, varios puntos se exponen como comunes a lo desplegado.
  1. Salida de balón
Inglaterra planteó una línea de cinco futbolistas en el centro del campo. Sólo W. Rooney se descolgaba para iniciar la presión, si bien la separación era mínima y la conjunción en los movimientos era tan evidente como productiva. Esa idea de R. Hogdson, tan arcaica como arbitraria, supuso un grave problema para Brasil en la salida de balón. Si bien es cierto que cuentan con dos centrales aptos en esta faceta (David Luiz, Thiago Silva), lo ocurrido se cataloga como un naufragio en la generación de juego desde primera línea de posesión. Los recursos para intentar superar la línea defensiva rival consistieron en: 1) Balón aéreo a uno de los laterales. 2) Retroceso de uno de los mediocentros para liberar la subida, con balón, de uno de los centrales.

Línea 5 efectivos

Balón aéreo en salida de balón




























En ningún momento Brasil encontró la fluidez y clarividencia necesaria para afrontar la superación de este evento y, por consiguiente, las combinaciones eran imprecisas e impredecibles. Pero, como síntoma intrínseco, se evidencia la configuración del centro del campo. Consiste en un doble pivote habilitado por, en esta ocasión, Paulinho y Luiz Gustavo. Ninguno de los dos posee, como característica óptima, una depurada visión de juego. Pero la presencia de ambos es necesaria porque, según lo implantado por L. F. Scolari, la inclusión de cuatro hombres en ataque es innegociable. Sobre todo en la línea de tres inmediatamente después del centro del campo. Esto es: Neymar, Oscar y Hulk con las variantes de Lucas Moura y Bernard (en menor medida). Todo ese conglomerado de efectivos ofensivos, que en cualquier momento pueden decidir un partido, supone un doble pivote como el referido. Y unido al planteamiento rival la salida de balón se resiente. En exceso. Porque, en definitiva, se trata de las recepciones que tienen que experimentar los delanteros.
  1. Exceso de presencia en zona central
Fue permanente vislumbrar a varios jugadores de Brasil interactuar, o intentarlo, por zonas centrales en campo rival. El máximo exponente de ello fue Daniel Alves, con posesión de balón, habitar en áreas de acción reservadas, en teoría, para centrales o mediocentros. La escasez de apartados correctamente realizados en los requisitos de la salida de balón generaban una recurrencia claramente contraproducente. Precisamente cuando la generación de juego es deficiente las subidas de los laterales tornan como decisivas. Incluso imperiales. Filipe Luis sí supo interpretarlo de tal manera, no siendo un suceso homogéneo en el costado contrario.

Daniel Alves centrado


Conglomeración de jugadores de Brasil



























A esto se le unían las diagonales de Oscar y Hulk a zonas centrales, con la consiguiente presencia conjunta a la de Neymar y Fred. Los recursos de Brasil para abrir campo y ensanchar las distancias entre los defensas rivales se eliminaban por el propio despliegue local. Se jugaba en pocos metros, en parcelas muy reducidas, y el contexto favorecía a Inglaterra. De forma radical. La nulidad de variantes planteadas por Brasil suponen un debe en el desarrollo de sus principales virtudes. Quizás por mezclas de conceptos en las características de cada uno. Incorrectos, como ha quedado demostrado, y opacas.
  1. Neymar como figura central
Primeramente es necesario que quede establecido el patrón de juego más efectivo para Brasil en referencia a Neymar. Las opciones son: 1) Neymar partiendo desde banda, jugando como extremo, y realizando diagonales a parcelas centrales. 2) Neymar interactuando en estático en la mediapunta.

Neymar retrasado

La resolución de este debate es tan necesario para Brasil como para su nuevo equipo, FC Barcelona. En clave nacional es evidente que va a disfrutar de muchos minutos jugando como mediapunta, detrás del delantero. O, lo que es lo mismo, lo que se ha referido como “interactuando en estático en la mediapunta”. Ahora bien, esto genera que un jugador más adecuado a estos requisitos, como lo es Oscar, tenga que desplazar su ubicación a la banda. Esta colocación permite que Neymar se libere, en gran medida, de tareas defensivas y que el despliegue físico de Oscar tapando la subida del lateral contrario sea elevado. Tanto que su juego lo resienta. Como nota novedosa cabe resaltar que en los últimos 24-20 minutos de la primera parte Neymar cambió su posición con Hulk, pasando éste a ocupar la mediapunta y el primero la banda izquierda. Oscar, el más apto de los tres para jugar detrás de Fred, no obtuvo minutos en esa demarcación.

Espacio generado en la mediapunta

Ante la falta de recepciones y nulidad de su equipo para aportar pases a ¾ de campo que superasen líneas de presión, Neymar optó por retrasar su posición para entrar más en contacto con el balón. Obviamente esto no supuso una mejora en la transición combinada de Brasil pero sí favorecía a las tareas defensivas de Inglaterra. El espacio generado por su merma de metros no era aprovechada por ningún efectivo de Brasil y la actuación de M. Carrick y P. Jones, en ese aspecto, era más favorable. Desubicado uno e inmovilizado otro el paso del tiempo suponía la agonía para los locales. En escasas jornadas comienzan pruebas reales. Sin margen de error. Con el reclamo elevadísimo. Se conoce lo que se persigue, no el camino.