domingo, 27 de octubre de 2013

El esteta

Cuando tiene lugar, en la Bundesliga, un choque entre Schalke y B. Dortmund (y viceversa) las expectativas se elevan hasta niveles máximos. Por lo que supone la rivalidad entre estas dos entidades y por la calidad de ambas plantillas. Es una constante. Ninguna variante, a lo largo de su ediciones, ha conseguido difuminar lo expresado y, por consiguiente, lo anhelado siempre ha tornado como presente.
















En la presente temporada, la que está viendo a un equipo de J. Klopp exhibirse sin Gündogan (lesión de larga duración), el personaje que brilla con propiedad irrefutable es Nuri Sahin. Esperado en diversos lugares y en distintos contextos, su vuelta la campaña anterior hacía presagiar, para los más optimistas, una reconversión en forma de evolución. Y así está siendo. La 2013/2014 está presenciando un fútbol acorde a lo que necesita su equipo y, junto a Bender, la consistencia en el centro del campo ya no se pone a debate. Incluso pocos esperan ya que, cuando vuelva el jugador turco, se erradique esta combinación.
















En Gelsenkirchen Nuri realizó un partido de difícil evaluación. Por lo elevado de ésta. Disfrutó, constantemente, de espacios en todo el espectro central del terreno de juego y, obviamente, aportó pases que siempre conllevaban beneficio para B. Dortmund. Superaba líneas de presión, enlazaba con jugadores ofensivos y, simplemente, provocaba superioridades con el balón. El detalle principal de los destinos de sus pases reside en que cuando llegaban a zona de ¾ la optimización, por parte de sus compañeros, era inmediata. 















Porque Nuri transfería el esférico hacia las zonas que sabía peligrosas para el rival. Diferenciales para su equipo. Y en una de las pocas llegadas al área rival que realizó acabó en gol. Mostrando su disparo desde fuera del área. Disfrutando de su aporte. De su juego.

jueves, 24 de octubre de 2013

El trabajo en el centro del campo


Con anterioridad se ha expresado que ni esta versión de la Juve es la de 2011/2012 o 2012/2013 ni este contexto de Serie A es el de épocas anteriores. Tan evidente como estimulante. Un buen ejemplo palmario de ello reside en la previa del partido a disputarse en Madrid. Ésta tuvo lugar en Florencia. Y no fue exactamente positiva para los intereses del conjunto de A. Conte.


Se ha puesto en primera línea de debate el juego desplegado por parte de la Juventus en la presente temporada. No recuerda al de hace escasos meses y la superioridad que exhibía en Italia se ha reducido considerablemente. Por ello, ¿se puede afirmar que estamos contemplando una versión inferior? No. ¿Se puede establecer que el equipo blanquinegro debe mejorar sus prestaciones? Sí. Entendiendo la diferencia entre ambas preguntas y las consecuencias de sendas respuestas se comienza a evidenciar lo que está aconteciendo. Tan natural como los ciclos futbolísticos en cada entidad.


Así, con ciertas dudas en el entorno y con necesidades imperiosas de comenzar a ganar partidos en UEFA Champions League, acudía la Juventus al Santiago Bernabéu. Con lo mencionado y sin jugadores importantes, además. A. Conte, consciente de la importancia de la cita, modificó lo desplegado hasta el momento para dibujar, por primera vez en la presente temporada, una defensa con cuatro hombres. De tal manera se erradicaba una de las señas de identidad del conjunto italiano a lo largo de los dos últimos años: defensa de tres centrales y dos carrileros. La medida, tomada en un contexto de máxima exigencia, era atrevida e interesante.


Defensa con cuatro efectivos

Lo que provocaba esto era que se pudiera incluir a un jugador más en el centro del campo. En total fueron cuatro. Cuatro mediocentros habituados a jugar en posiciones centradas. Ahora bien, dos de ellos tuvieron funciones muy cercanas a las bandas, sobre todo en fase defensiva. Marchisio habitó, de manera perenne, en banda derecha, tanto con balón como sin él. No es una posición donde realce sus características ni sus aptitudes brillen pero la búsqueda era propia a un derroche físico alto. Se buscaba taponar las conexiones entre Marcelo y Cristiano Ronaldo, así como minimizar las subidas al ataque del primero. Esa pareja rival era uno de los principales activos del rival y A. Conte, sabedor de tal hecho, optó por colocar a un jugador capaz de combinar con Pirlo y A. Vidal tras recuperación o en estático.


Marchisio en banda derecha

En la otra banda la movilidad de Pogba y Tévez fue constante. Ambos se repartían las veces de taponar esas parcelas, teniendo el argentino mayor libertad para adelantar metros y situarse detrás del delantero, F. Llorente. Por momentos se le veía en banda izquierda de partida y en ocasiones se centraba. Ahora bien, en fase defensiva siempre se encargaba de transitar por esa zona para ofrecer apoyos al lateral izquierdo. De hecho no era raro verle situado entre Di María y Arbeloa. Su despliegue fue tal que F. Llorente encontró en él al compañero con el cual realizar más pases y esa indefinición en el puesto formalizaba incógnitas en la zaga rival. Por no saber ésta si Arbeloa debía seguirle hacia el centro o ser Pepe el que le marcara, teniendo que fijarse S. Ramos, por tanto, con el delantero español.


Tévez en banda izquierda
Tévez centrado





























Uno de los puntos más interesantes del armazón que propuso A. Conte se ubicó en la segunda línea de presión. Cuando la Juventus juega con un 5.4.1 en fase defensiva los mediocentros no tienden a ir a cubrir la salida de balón de los mediocentros rivales cuando superan la divisoria central. Pero al escalonarse en un 4.5.1 se aumenta el número de efectivos en la parcela media y, por tanto, existe la posibilidad de que uno de ellos rompa esa linealidad para presionar al poseedor del balón. Si se trataba de Khedira o Illarra (perfil zurdo) el encargado era Pogba. A su vez, si Modric o Illarra (perfil diestro) mantenían el balón como propio era A. Vidal el asignado para presionar. Esto era posible por la posición de Tévez en la banda izquierda y por la solidez que se mantenía con una doble línea de cuatro jugadores detrás del mediocentro que presionaba.


Salida del mediocentro

Con la expulsión de Chiellini al comienzo de la segunda parte, y con un marcador desfavorable, la medida del preparador italiano se basó, en primera instancia, en dar entrada a Asamoah por Pirlo. Con ello se transitaba con un 4.4.1 confeccionado en el centro del campo por cuatro jugadores físicos y técnicos. Asamoah se mantuvo en esa línea hasta que la segunda variante de A. Conte se produjo. Giovinco pasaba a ubicarse donde antes lo hacía Asamoah y éste retrocedía metros para jugar como lateral izquierdo. El bloque se mantenía con presión baja, ya sin la opción de descolgar a un mediocentro para presionar la salida del rival, y con Tévez en una llanera extensa y llena de obstáculos.


Ubicación de Asamoah
Ubicación de Giovinco





























F. Llorente ha sido titular en los últimos dos partidos de su equipo. Han sido ante dos rivales altamente potentes y, de manera paralela, su actuación ha tenido dos eventos que se pueden postular como comunes. El primero, acorde a sus características físicas, se ha basado en la recepción de balones aéreos. Ganador en un alto porcentaje de ellos, su equipo ha sido capaz de superar líneas de presión con esta acción tan rudimentaria. El segundo evento destacado está en clara consonancia con el expuesto. Tras esa recepción la primera opción siempre era el pase al jugador que se ubicaba escasos metros detrás de él. Ha sido Tévez en ambos partidos, el cual buscaba la espalda de los mediocentros rivales. Estas dos acciones tenían como clara finalidad varios apartados: 1) Avance de metros sin combinaciones mediante. 2) Provocar la salida del central de su zona de confort. 3) Habilitar la maximización de espacios generados a Tévez. Si ésta es la idea de A. Conte con F. Llorente cuando actúe en el terreno de juego se sabrá con el paso de los partidos. Lo que sí ha quedado claro es que parece agradarle esta opción. 

lunes, 14 de octubre de 2013

Tabárez ha virado


En el mundo del fútbol siempre es capital entender el contexto del encuentro para conocer su posible desarrollo, planteamiento por parte de cada equipo y actitud desde el inicio. No obstante, este factor se definía como imprescindible en el Ecuador v Uruguay por tratarse del partido que iba a confeccionar, de manera directa, cuál de los dos jugaría la repesca para acudir al próximo Mundial de 2014. Bien es cierto que tras la conclusión del mismo restaría una cita por producirse pero a tenor de la distancia entre ambos y los rivales venideros el choque entre ambos era esencialmente necesario de victoria.


Por ello, y siendo Uruguay la que partía desde una posición inferior respecto a Ecuador, se esperaba al combinado de O. Tabárez con pasión típicamente uruguaya, garra e identidad propia. A pesar de jugar en Ecuador. Todo lo contrario. Lo planteado por el técnico todavía se sigue intentando de descifrar, entender las razones que llevaron a transitar por el campo con esa actitud y, obviamente, conceptualizar la idea que se buscaba realizar. No ya entender ésta sino conceptualizarla, ser consciente de lo que se pedía.


9 jugadores en campo propio

Eran los encargados de atacar, de buscar al rival, de llevar la iniciativa... de ganar. Y O. Tabárez implantó a tres centrales para dibujar un 5.3.2 con el cual Cavani y L. Suárez eran los encargados de rescatar algo en un naufragio augurado. La presión no era, obviamente, en bloque alto. Todo lo contrario. Los dos delanteros habitaban en campo rival cuando se producía la fase inicial de Ecuador pero su aporte defensivo de presión no era mayúsculo.


Balón aéreo

Parapetados en campo propio, con una línea de 5 hombres y otra de 3 muy cerca de área rival, las distancias entre estos 8 jugadores y los dos delanteros era claramente muy elevada. Las recepciones, por tanto, o se producían tras balón aéreo, que no pase aéreo, a merced de la inspiración de los mencionados ante una superioridad de rivales; o tras pase raso desde el medio del campo del jugador más adelantado. Toda una odisea la proliferación de balones y toda una quimera la realización de jugadas ofensivas en transición. No importaba, por la disposición y el trato del balón, lo más mínimo la capacidad ofensiva. Y esto, por rotundo que pueda resultar, se produce contando en tu equipo con, probablemente, dos de los cinco mejores delanteros en el panorama internacional ahora mismo.


Distancia hasta los delanteros

Cuando alguno de los carrileros optaba por avanzar metros y tratar de configurarse como un efectivo más de apoyo el resultado era negativo. La velocidad con que esto se producía era escasa, ínfima, y la colocación rival en campo propio suponía que mantenían ventajas numéricas sobre los pocos activos rivales. Uruguay no atacaba y cuando lo intentaba hacer con alguien más que Cavani y L. Suárez era ante un combinado que ya tenía definidas dos líneas de defensa.


Subida del carrilero

Recibir a Argentina ya es un mero trámite. Con casi total seguridad Uruguay jugará la repesca para acudir al próximo Mundial de Brasil. Su rival sería Jordania. De producirse su victoria hablaríamos de 6 equipos sudamericanos en un torneo que se disputa en uno de los templos futbolísticos de esa región. Pero O. Tabárez ha virado. En exceso. Y en esta ocasión sin argumento.

sábado, 12 de octubre de 2013

Lo que ha aportado A. Januzaj


La gran sensación en la jornada 7 de la Premier League se produjo en Sunderland. Con la primera aparición en la alineación titular del Manchester United de un chico nacido en 1995. A. Januzaj ha desencadenado grandes debates sobre la cantidad de minutos que merece en la primera plantilla del equipo de D. Moyes y, más globalmente, sobre en qué selección será una figura integrante ya que existe la posibilidad de, al menos, optar a ser convocado por más de tres selecciones.

Sin embargo, lo realmente interesante se ubica en su actuación a nivel colectivo e individual, más allá de los dos goles que supusieron la victoria de su equipo. Por ello, y de manera centralizada, en este espacio se estudia lo que supuso su presencia en Sunderland y ciertas pautas de su juego.


A. Januzaj siempre parte desde la banda izquierda, como extremo izquierdo, en el esquema de 4.2.3.1 de D. Moyes. Jugador zurdo, los registros que se manejan del joven jugador en categorías inferiores de la entidad de Manchester aportan que su participación siempre se realizaba desde la media punta. Por tanto, hablamos de un jugador con capacidad de visión de juego, toma de decisiones en ¾ de campo y llegada desde segunda línea. Curiosamente, o no, estas cualidades se vislumbraron en Sunderland, si bien su ubicación cambió de inicio y en transición.


AJ en banda derecha
AJ en zona central





























Su movilidad es constante, no es un extremo que espere el balón pegado a la banda y, por ende, fue constante verle transitar por posiciones centrales. Incluso, en ocasiones, cambió de banda con su compañero Nani, exhibiendo que cuando juega en banda derecha su principal recurso es el recorte hacia el centro para orientar el balón hacia su pierna predilecta (izquierda). Una vez realizado tal recurso, muy característico de jugadores zurdo cerrados que actúan en banda derecha (Robben y Bale son los casos más explicativos) posee la opción de prolongar el balón a la subida del lateral para buscar un centro al área o realizar un disparo con su pierna izquierda.


Disparo con pierna izquierda
Disparo con pierna derecha





























De hecho llamó especialmente la atención su facilidad y rapidez para disparar a portería. Desde casi cualquier posición. Además fue llamativo por tratarse de un acto de responsabilidad en un jugador sin background en la élite deportiva y sin ningún tipo de galón en la plantilla. Desde fuera del área tras recorte, ya sea con pierna izquierda o pierna derecha; desde fuera del área en un área de acción bastante alejada del área rival o dentro del área al primer toque. No duda en estas acciones y, junto a la imprevisibilidad y rapidez en la ejecución, gana décimas de segundo que suponen decisivas.


Disparo lejano
Disparo dentro del área





























Quizás esto se pueda definir como un toque individualista en una figura muy temprana pero lo cierto es que no posee una carencia en el disparo desde fuera del área. De ahí su tendencia a intentar maximizar esta faceta del juego tan poco recurrente en el juego del Manchester United.


Una de las principales ventajas de las que dispuso A. Januzaj en Sunderland por su movilidad fue la llegada desde segunda línea libre de marca. Influenciado por la inoperancia rival y la escasa atención que se le proporcionaba cuando abandonaba la banda izquierda, el aporte fue máximo. Su pasado como mediapunta favorece a tal efecto porque conoce cómo moverse entre los centrocampistas rivales para buscar la espalda y los espacios habilitados.


Llegada desde segunda línea

De hecho cuando comienza la jugada en su banda siempre encara al lateral con la capacidad para prolongar al compañero que se incorpora desde la defensa o tirar la diagonal hacia ubicaciones centrales. En esta parcela se encuentran los mediocentros rivales a los que sabe cómo ganar los espacios en ¾ colocándose sin balón o en posesión. Su mapa de movimiento le sitúa en la franja que queda justamente entre los centrales y los mediocentros. De manera consciente se produce este evento.


Transición defensiva en el centro del campo

Pero lo que mejor define al jugador es su aporte defensivo. Puede ser más acertado o menos pero no se trata de un futbolista egoísta en el esfuerzo. Como todo extremo posee tareas defensivas de apoyo al lateral propio para cerrar la banda. Lejos de escatimar energías para exhibirse en ataque A. Januzaj se destacó por varias acciones en el centro del campo o, incluso, en campo propio que suponían coberturas a las subidas de Evra. No es un jugador especialista en facetas defensivas con altos índices de recuperaciones de balón pero realiza actuaciones de presión y apoyo al colectivo. Su recorrido por banda se expande y complementa de manera armónica.


Transición defensiva en campo propio

Es tremendamente pronto para evaluar a un jugador nacido en 1995, si bien su impacto ha sido realmente elevado. Sin ser un extremo puro aporta una serie de variantes al juego del Manchester United que en Sunderland resultaron interesantes y trascendentes. La continuidad como titular está pendiente de revisión y su impacto en el colectivo puede ir incrementando a lo largo de la temporada. Esta gestión, sin ninguna duda al respecto, es un punto más donde D. Moyes debe demostrar un tacto máximo. En una temporada que está requiriendo, desde el inicio, un tacto supremo.