Si
por algo se caracterizaba el Oporto entrenado por André Villas-Boas
era por un sistema definido con el 4.3.3 como dibujo preferido. La
zona central, formada por tres jugadores de diversas características,
era el motor del conjunto y una de las parcelas más esenciales. A
pesar de configurarse como uno de los mejores técnicos jóvenes en
Europa con ese esquema, el técnico portugués tuvo que ver como
necesario variar esa concepción cuando arribó en Londres. No la
primera vez, en el Chelsea, donde sí mantuvo esta idea, escasa en el
tiempo; sino una vez confirmado como nuevo técnico del Tottenham.
La
temporada pasada el 4.2.3.1 era el esquema que mejor se acoplaba a la
plantilla, si bien tuvo variaciones en la colocación de algunos
jugadores tras el estallido definitivo de G. Bale. Que el jugador de
Wales pasara a jugar como mediapunta suponía que mediapuntas de
origen tuvieran que ver su colocación escorada a una banda. Pero el
nivel del jugador suplantaba esas posibles carencias con sus
actuaciones. Y AVB, por tanto, no variaba un ápice el dibujo y el
despliegue del equipo.
Con
el conocimiento de la marcha de G. Bale todo parece cambiar. Esto es
obvio si se atiende a la dependencia que se tenía sobre el mismo. Y
ello no era negativo, ni siquiera elegido, puesto que cuando se posee
a un activo de tal calidad es coherente que se produzca tal evento.
Así, las adquisiciones realizadas por el conjunto de Londres
(Tottenham, no Arsenal) han supuesto que, sigilosamente, AVB haya
podido ir implantado el cambio con el cual iba a sentirse más
cómodo. Es una vuelta a los orígenes, al esquema que le hizo reinar
en Portugal y Europa, produciéndose de manera clarividente ya en la
segunda jornada de la Premier League.
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Capoue - Paulinho - Dembele |
Los
tres jugadores que ocuparon la zona central fueron Capue, Paulinho y
Dembele. El primero como mediocentro y los dos posteriores como
interiores. De esta manera se ha podido ver al jugador brasileño
actuando en áreas más cercanas al área rival, aprovechando esa
llegada que ha exhibido en la selección brasileña. Es una de las
principales consecuencias que se derivan de este cambio de esquema,
así como la cesión absoluta en la primera fase de creación de
juego sobre los centrales y el mediocentro.
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Marcaje a Capoue |
Cuando
a Vertonghen le impedían ser el protagonista en este suceso y a
Capoue no le permitían realizar tal acción por un marcaje
individual la solución que se asemejaba como inmediata era que
Dawson aprovechara los espacios creados por tal emparejamiento.
Eliminados las dos primeras opciones de salida de balón el, quizás,
menos habilitado para ello era el encargado. Éste es un tema a
optimizar por parte del Tottenham ya que, precisamente por la
disposición táctica, tanto Paulinho como Dembele se ubicaban en
metros superiores a los de Capoue y no participaban en la salida.
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Llegada de Paulinho |
Otra
derivación de jugar con dos interiores es que los extremos no
permutan por sectores centrales con demasiada asiduidad. Están fijos
en sus correspondientes bandas y la función principal que se les
demanda es el desborde y el ensanchamiento del campo. Su adecuación
con los laterales torna como capital y supone que se disfruten de
hasta tres efectivos en una zona escorada del terreno de juego: el
extremo, el lateral y el interior de ese sector.
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Jugadores en banda fijos |
Es
evidente que AVB maneja las posibilidades que ofrece este dibujo
táctico por conocido y experimentado. La salida de G. Bale optimiza
que esto se produzca y jugadores como Holtby o Sigurdsson ya no
verán, en principio, su ubicación desplazada a una banda. Ya no
tendrán que actuar como extremos ya que la posición de interior les
puede ser ajustable por considerarse como mediapuntas y aptos con el
balón en posesión. No obstante, la primera opción parece ser el
trío Capoue – Paulinho – Dembele. Aportan físico, llegada,
recuperación y combinación. Probablemente sean capitales para este
Tottenham.