El
segundo año de L. Blanc al frente del PSG está marcado, desde el
primer momento, por una situación compleja, estimulante y ambiciosa.
Esto es: mejorar los resultados cosechados de la temporada pasada. Y,
sin ninguna, duda ello pasa principalmente por la participación en
la UEFA Champions League. Porque la consecución de un nuevo título
nacional en Ligue 1 se da por realizado. Incluso antes de comenzar el
campeonato y de medir a los rivales. Porque, en el seno de la
entidad, no se considera que existan tales contrincantes capaces de
poner en duda la hegemonía que se está asentando desde París. Con
todo y con ello, una vez iniciado el mes de Noviembre la situación
no es tan idílica ni placentera como se podría esperar. Todo lo
contrario.
Si
bien es cierto que la clasificación para los Octavos de Final de la
máxima competición europea ya se ha conseguido a falta de dos
jornadas por disputarse, la aparición de un denominado “loco”
está provocando ciertas dudas en el PSG. Al menos en su directiva.
Porque ya no contemplan la clasificación desde el primer puesto y
porque, pase lo que pase en el primer duelo directo entre ambos
contendientes, O. Marseille seguirá siendo líder una jornada más.
Quizás por esto, unido a la condición de local en el primer
encuentro, otorgue mayor responsabilidad para los jugadores de L.
Blanc. El posible escenario de situarse a 7 puntos del OM provocaría
que se definiera el rival directo para ganar la Ligue1 en la
presente temporada y la merma de margen de error en las consiguientes
jornadas. Aun estando en la decimotercera jornada.
No
se espera que PSG cambie lo exhibido hasta el momento. Solo existe la
duda de la participación de Zlatan. Se asegura y se entiende como
presente pero la incógnita es saber la cuantía de los minutos que
tendrá en su primer partido tras una lesión que le ha tenido fuera
de disposición durante varias semanas. Y, por ello, la figura de J.
Pastore posee una importancia relevante. El jugador argentino ha
contemplado en la presente temporada una presencia mayoritaria en las
alineaciones de inicio y su juego ofrece diversas variantes al
combinado. A tal efecto L. Blanc lo dispone como mejor considera y su
continua movilidad y falta de ubicación fija provoca unos
automatismos en sus compañeros complejos pero efectivos.
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Pastore en zona central, Maxwell en banda |
Es
constante ver a Pastore actuar por zona central. Ya sea iniciando la
jugada como interior izquierdo o como extremo izquierdo. Su permuta
hacia zonas centrales siempre se produce porque es donde más cómodo
se encuentra. No obstante, se presentó internacionalmente como
mediapunta en Huracán y sus condiciones siempre se han visto
incrementadas cuando actúa detrás de un punta fijo. De manera
paralela provoca que el lateral izquierdo tenga mucho terreno por
delante para configurarse como un efectivo más en fase ofensiva. De
hecho, con posesión de balón actúa como extremo debido a su
elevada ubicación espacial.
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Pastore a la altura de Cavani |
Y
tal es su participación en zonas de ¾ de campo que, en ocasiones,
se sitúa a la misma altura que el delantero. Como conoce que la
banda izquierda está habitada en su totalidad por el lateral no
repara en incrementar su posición hacia zonas de área rival con y
sin balón. De hecho, se ha visto en varias ocasiones cómo adoptaba
funciones de puro delantero al tirar desmarques sin balón entre
centrales y a la espalda de los mismos. La nota contraproducente de
tal evento, obviamente, reside en un apartado defensivo y otro
ofensivo. Éste versa sobre la erradicación de un efectivo en la
zona central para aportar mayor fluidez a la circulación de balón.
Si bien los presentes entre Motta, Verratti, Cabaye y Matuidi pueden
conjugar de manera eficiente en contexto Ligue 1, la disposición
pasa entonces a un 4.2.4 o 3.4.3 (con subida de ambos laterales) que
provoca el segundo evento negativo. De producirse una pérdida de
balón el equipo concede mayúsculos espacios en ambas bandas o, al
menos, en una (la izquierda) y la protección en corto desde zona
central por parte del rival solo se puede contrarrestar con los dos
mediocentros que no han acudido a zonas tan elevadas.
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Pastore MC |
No
obstante, todo queda difuminado cuando Pastore es el encargado de
jugar más retrasado. Casi en funciones de mediocentro posicional.
Obviamente las tareas defensivas que se les atribuyen a Motta,
Verratti o Cabaye cuando actúan en esa demarcación no se le
transmiten al argentino. Su ubicación más retrasada se produce
cuando se quiere incluir al mencionado en la salida de balón. Cuando
se demanda un efectivo más en ese apartado. A tal efecto, el
mediocentro posicional se incrusta con los centrales para formar una
línea de tres efectivos y Pastore ocupa la zona central
inmediatamente después de esa línea. Ahí su función no es otra
que aportar clarividencia a la circulación y emplear su pase en
largo para buscar los desequilibrios en bandas con las subidas de los
laterales. Pero, por contra, no se le permite realizar posesiones
largas con balón en los pies por la presión rival ni desajustes
mediante acciones individuales de regate. Lo demandado varía 180
grados y es en este contexto donde el pase al primer toque se eleva
como requisito diferencial a la hora de efectuar lo requerido con
plenas garantías.
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Laterales como extremos |
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Lucas en zona central |
Debido
a que Lucas también habitúa a realizar desmarques y diagonales
hacia zona central la importancia de los laterales en campo contrario
torna como vital. El principal inconveniente para realizar esto
responde a las características del rival. Por producirse semejanzas
y por lo que puede exhibir al contraataque. Por tanto, se evidencia
como desconocido el dominador del balón en el duelo PSG v OM y se
establecen como esenciales dos apartados significativos. A saber:
quien consiga jugar acorde a su estilo tendrá una actuación
conocida y aprehendida y, a su vez, quien deba basar su faceta
ofensiva en los contragolpes tendrá que fijar su acierto en
porcentajes elevadísimos. Porque uno de los dos equipos va a virar
su estilo. indispensablemente.