Marcelo
Bielsa. Todo aquel que nombre o haga referencia a la presente
temporada de O. Marseille hace alusión al entrenador argentino. Sin
restricción ni olvido. El denominado “loco” está provocando una
situación inesperada en Ligue 1 y, claro está, lo está realizando
con su propio estilo. Comenzando la temporada con desacuerdos
públicos con el presidente y desengaños varios por la planificación
de la plantilla, Marcelo ha encontrado desde las primeras jornadas el
bloque que estima más compacto y le asegura más nivel. Y, como es
habitual en su actuación, lo está exprimiendo de manera perenne.
Tanto que los aficionados ya conocen el once titular de memoria y las
rotaciones son, a su vez, conocidas por regulares. El bloque, por
tanto, queda confeccionado por 14-15 jugadores a la espera de la
entrada paulatina de Doria en los planes de Marcelo. Esto, no
obstante, puede suponer un punto negativo para la participación en
el duelo más esperado hasta el momento de la presente temporada en
Ligue 1.
Si
bien para que se haya podido dar esta situación de regularidad en
las alineaciones han sido necesarias varias probaturas. De manera
inicial Marcelo comenzó con una defensa de tres efectivos fijos en
defensa y un solo mediocentro en zona central. Buscaba protegerse de
manera primaria en los choques iniciales pero el juego se resentía
sobremanera. La separación entre la defensa y la delantera era
demasiado amplia y el nexo de unión se estipulaba con una sola
figura: Imbula. Además, el propio jugador francés se veía
sobreexpuesto en repliegues y no era capaz, obviamente, de ocupar
posicionalmente todo el ancho de la zona central del terreno de
juego. Los espacios concedidos a su espalda eran un regalo para el
rival y la fragmentación del conjunto era contraproducente.
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Defensa de 3 |
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Espalda Imbula |
Junto
a ello, Imbula era incapaz de generar juego y conectar con sus
compañeros en fase ofensiva. Con tan solo la presión de un efectivo
rival cuando Imbula poseía el balón era suficiente para eliminar
líneas de actuación y pases hacia zonas más cercanas a los ¾ de
campo. El recurso, por tanto, se basaba en los balones aéreos o en
los duelos uno contra uno en bandas. Ni siquiera tal evento se veía
reforzado cunado Payet o Ayew retrasabna unos metros su posición
para ofrecerse como un activo más. O. Marseille poseía un problema
grave de circulación y combinación por la disposición y las
actuaciones de los jugadores más diferenciales de la plantilla se
veían reducidas considerablemente.
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Imbula MC |
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Nadie en zona central |
La
solución que encontró Marcelo no la obtuvo mediante la inclusión
de nuevos efectivos. Simplemente realizó un movimiento como si fuera
ajedrez. Esto es: adelantó la posición de Romao y le situó junto a
Imbula. De esta manera el dibujo pasaba a trazar un 4.2.3.1 y la
armonía con balón comenzaba a vislumbrarse. Esto ha provocado que
Imbula posea mayor capacidad para acudir a zonas de área rival sin
tener la fijación continua de los espacios concedidos a su espalda.
Porque si bien siguen produciéndose se ven minimizados por la
presencia de Romao de manera fija. De hecho, Imbula ha hecho gala de
su disparo desde fuera del área y le ha reportado a OM algún gol.
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Romao MC |
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4.2.3.1 |
Y
es en este contexto donde la participación de Ayew, Payet, Thauvin y
Gignac ha recibido un incremento considerable. Tanto que Payet y
Gignac han vuelto a la selección francesa y ya se considera al
cuarteto como uno de los más poderosos en Ligue 1. Si bien es Payet
el jugador que inicia desde la mediapunta, tanto Ayew como Thauvin
son capaces de interactuar en posiciones centrales contando con las
subidas de los laterales. La idea ofensiva de Marcelo permite tal
situación y la movilidad entre los cuatro jugadores ofensivos es
continua. El hecho de contar con dos mediocentros supone que las
coberturas a la espalda de los laterales se pueda realizar
manteniendo a un jugador en zona central y que la vasculación se
pueda realizar hacia un sector del terreno de juego contando con, al
menos, cuatro jugadores. Número escaso para defender situaciones de
elaboración rival pero se fija de manera intrínseca en la idea de
Marcelo.
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Thauvin MP |
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Ayew retrasado |
Pero
a pesar de contar con lo desplegado como fijo y continuo en el
tiempo, las probaturas iniciales en referencia a la defensa con tres
centrales se mantiene en el ideario como una posibilidad a
desarrollar en algunos momentos concretos de un partido. Así lo ha
evidenciado Marcelo en recientes fechas, en concreto en el partido
que mayor exigencia le supuso hasta el momento y que más se esperaba
para medir la capacidad del entramado de OM. En la visita al O. Lyon
se cosechó una de las primeras derrotas de la temporada y, en un
escenario de igualdad en el marcador pero nulidad en el juego, se vio
la variante de Marcelo para proteger a su equipo. Volvió a retrasar
la posición de un mediocentro con la consigna clara de minimizar los
riesgos en defensa. Los problemas, obviamente, volvieron a surgir en
la zona media y lo que no se podía evitar era una situación de
desacierto en la salida de balón.
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Defensa de 3 |
El
apartado ofensivo y lo demandado a los laterales puede confrontar con
la actuación del rival en el duelo PSG v OM. Y es que, como queda
estipulado en el análisis del equipo de L. Blanc, va a poseer una
importancia elemental qué equipo actuará en función a su idea. El
que no varíe puede que posea mayores opciones de triunfo al obligar
al rival a cambiar su pauta de acción. Aunque, por otro lado, ambos
equipos poseen argumento ofensivos muy potentes en transición. Con
espacios. Y quizás alguno prefiera este escenario. Quién sabe.
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