Saberse digno de la soledad

La frustración, las lágrimas, surgen y afloran porque no se ha sido capaz de jugar el partido más importante de la competición como venía siendo habitual. Expresando esas pautas de juego que tan reconocibles y elogiables son. Es a partir de ello que la tolerancia de la derrota se realiza de una manera más tardía. La aceptación de la misma se postula como difusa, irreal. Y, cómo no, la estabilidad emocional se resquebraja. Hasta límites insospechados.

Marcelo Bielsa

Simplificar un evento de tanta importancia como la Final de la UEFA Europa League a la fragilidad emocional del colectivo visitante sería excesivamente erróneo. Pero no lo es describirlo como una de las pautas más influyentes y como uno de los eventos menos manejados por inesperados e impredecibles. Sea como fuere, el final de la historia europea es cruel. Por lo exhibido durante nueve meses y por la calidad humana floreciente. Ahora bien, el fútbol no entiende de justicia. Ni de poesía. Ni de romanticismo.

Este deporte es muy sencillo porque gana el que saca menos veces desde el centro del campo. Este deporte, a su vez, es tan complejo porque la inoperancia y la difusión intelectual que se ha producido no era propia de los protagonistas. Los factores externos, la aparición y comparecencia de una figura cuyo hábitat es lo diferencial, las emociones contrapuestas. Los elogios, obviamente, ya son propiedad de personajes que no los merecen. Los focos, sin duda, iluminan escenarios efímeros. No inmerecidos... efímeros.

"Lo importante es el tránsito, la dignidad con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo."

Es en la derrota donde más se aprende, postulan algunos. Es en momentos de lágrimas, de nostalgia, de rabia y de impotencia; donde se demuestra la categoría. Esa personalidad para encajar lo incomprensible. Quizás lo injusto. Esos interrogantes sin respuesta momentánea sobre qué deparará el futuro.

Sentimientos que genera el fútbol. Tan separados por ideas que determinan ideales. El éxito se interioriza de una forma óptima con compañeros comunes en esa faceta. La soledad... "la soledad en el fútbol es una de las sensaciones que transmite mayor romanticismo." Y el orgullo de saberse digno del evento. De la ocasión. De la tristeza.