Una
de las cunas del fútbol, en su vertiente más internacional, se
ubica en el denominado Maracaná.
Ese estadio ya mítico en Río de Janeiro ha visto su cambio de
imagen como una oportunidad única para convertirse en el exponente
máximo de todo un país. Ése, precisamente, es el responsable de
una de las mayores canteras de jugadores que a lo largo de la
historia contemporánea han tenido lugar tanto en Sudamérica como en
Europa. Los rinconcitos en los que no aparece un brasileño formando
parte de un combinado profesional son tan insospechados como
reducidos. Y como imagen del próximo Mundial 2014 el simbolismo del
pueblo brasileiro se
exhibía en compañía. Sin erradicar la presencia de nadie. De nada.
La
Inglaterra de R. Hogdson, difícil de calificar en la idea matriz y
complicada de elogiar en el juego, era la encargada y privilegiada de
inaugurar el nuevo Maracaná.
Los locales, conocidos sin necesidad de presentación, encaraban el
partido con el conocimiento de la premura en la puesta a punto. En la
culminación del apartado físico que, posteriormente, habilita el
trabajo para la puesta en escena. Para la práctica. Siendo
primordial la distinción entre habilitación y ejecución, no
estando ambas implicadas y tan sólo relacionadas por la cercanía de
ambas fases. Encaraban el partido con la responsabilidad y exigencia
del que se sabe examinado al detalle. Y demandado con un claro
objetivo, casi único: conquistar la Copa Confederaciones
2013.
Por
la cercanía de mencionado torneo y por el reducido número de
partido exigentes que afrontará Brasil en su preparación para el
Mundial 2014 era interesante conocer los automatismos, de producirse,
existentes en el combinado más laureado históricamente. De tal
manera, y como ejercicio enriquecedor cognitivamente para encarar la
próxima cita, varios puntos se exponen como comunes a lo desplegado.
- Salida de balón
Inglaterra
planteó una línea de cinco futbolistas en el centro del campo. Sólo
W. Rooney se descolgaba para iniciar la presión, si bien la
separación era mínima y la conjunción en los movimientos era tan
evidente como productiva. Esa idea de R. Hogdson, tan arcaica como
arbitraria, supuso un grave problema para Brasil en la salida de
balón. Si bien es cierto que cuentan con dos centrales aptos en esta
faceta (David Luiz, Thiago Silva), lo ocurrido se cataloga como un
naufragio en la generación de juego desde primera línea de
posesión. Los recursos para intentar superar la línea defensiva
rival consistieron en: 1) Balón aéreo a uno de los laterales. 2)
Retroceso de uno de los mediocentros para liberar la subida, con
balón, de uno de los centrales.
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Línea 5 efectivos |
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Balón aéreo en salida de balón |
En
ningún momento Brasil encontró la fluidez y clarividencia necesaria
para afrontar la superación de este evento y, por consiguiente, las
combinaciones eran imprecisas e impredecibles. Pero, como síntoma
intrínseco, se evidencia la configuración del centro del campo.
Consiste en un doble pivote habilitado por, en esta ocasión,
Paulinho y Luiz Gustavo. Ninguno de los dos posee, como
característica óptima, una depurada visión de juego. Pero la
presencia de ambos es necesaria porque, según lo implantado por L.
F. Scolari, la inclusión de cuatro hombres en ataque es
innegociable. Sobre todo en la línea de tres inmediatamente después
del centro del campo. Esto es: Neymar, Oscar y Hulk con las variantes
de Lucas Moura y Bernard (en menor medida). Todo ese conglomerado de
efectivos ofensivos, que en cualquier momento pueden decidir un
partido, supone un doble pivote como el referido. Y unido al
planteamiento rival la salida de balón se resiente. En exceso.
Porque, en definitiva, se trata de las recepciones que tienen que
experimentar los delanteros.
- Exceso de presencia en zona central
Fue
permanente vislumbrar a varios jugadores de Brasil interactuar, o
intentarlo, por zonas centrales en campo rival. El máximo exponente
de ello fue Daniel Alves, con posesión de balón, habitar en áreas
de acción reservadas, en teoría, para centrales o mediocentros. La
escasez de apartados correctamente realizados en los requisitos de la
salida de balón generaban una recurrencia claramente
contraproducente. Precisamente cuando la generación de juego es
deficiente las subidas de los laterales tornan como decisivas.
Incluso imperiales. Filipe Luis sí supo interpretarlo de tal manera,
no siendo un suceso homogéneo en el costado contrario.
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Daniel Alves centrado |
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Conglomeración de jugadores de Brasil |
A
esto se le unían las diagonales de Oscar y Hulk a zonas centrales,
con la consiguiente presencia conjunta a la de Neymar y Fred. Los
recursos de Brasil para abrir campo y ensanchar las distancias entre
los defensas rivales se eliminaban por el propio despliegue local. Se
jugaba en pocos metros, en parcelas muy reducidas, y el contexto
favorecía a Inglaterra. De forma radical. La nulidad de variantes
planteadas por Brasil suponen un debe en el desarrollo de sus
principales virtudes. Quizás por mezclas de conceptos en las
características de cada uno. Incorrectos, como ha quedado
demostrado, y opacas.
- Neymar como figura central
Primeramente
es necesario que quede establecido el patrón de juego más efectivo
para Brasil en referencia a Neymar. Las opciones son: 1) Neymar
partiendo desde banda, jugando como extremo, y realizando diagonales
a parcelas centrales. 2) Neymar interactuando en estático en la
mediapunta.
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Neymar retrasado |
La
resolución de este debate es tan necesario para Brasil como para su
nuevo equipo, FC Barcelona. En clave nacional es evidente que va a
disfrutar de muchos minutos jugando como mediapunta, detrás del
delantero. O, lo que es lo mismo, lo que se ha referido como
“interactuando en
estático en la mediapunta”.
Ahora bien, esto genera que un jugador más adecuado a estos
requisitos, como lo es Oscar, tenga que desplazar su ubicación a la
banda. Esta colocación permite que Neymar se libere, en gran medida,
de tareas defensivas y que el despliegue físico de Oscar tapando la
subida del lateral contrario sea elevado. Tanto que su juego lo
resienta. Como nota novedosa cabe resaltar que en los últimos 24-20
minutos de la primera parte Neymar cambió su posición con Hulk,
pasando éste a ocupar la mediapunta y el primero la banda izquierda.
Oscar, el más apto de los tres para jugar detrás de Fred, no obtuvo
minutos en esa demarcación.
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Espacio generado en la mediapunta |
Ante
la falta de recepciones y nulidad de su equipo para aportar pases a ¾
de campo que superasen líneas de presión, Neymar optó por retrasar
su posición para entrar más en contacto con el balón. Obviamente
esto no supuso una mejora en la transición combinada de Brasil pero
sí favorecía a las tareas defensivas de Inglaterra. El espacio
generado por su merma de metros no era aprovechada por ningún
efectivo de Brasil y la actuación de M. Carrick y P. Jones, en ese
aspecto, era más favorable. Desubicado uno e inmovilizado otro el
paso del tiempo suponía la agonía para los locales. En escasas
jornadas comienzan pruebas reales. Sin margen de error. Con el
reclamo elevadísimo. Se conoce lo que se persigue, no el camino.
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