martes, 3 de septiembre de 2013

Dos esquemas trazados


Si por algo se caracterizó la llegada de L. Blanc al banquillo del PSG fue por una carencia de variación en el esquema de juego y en el desarrollo del mismo. Los nuevos fichajes, llamados a mejorar el “XI” y aumentar las opciones de la plantilla, no poseían roles diferentes a los demandados en lo predispuesto por C. Ancelotti con anterioridad. Así, sólo el aumento de nivel se postulaba como evidente, dejando en la parcela táctica una duda a desarrollar: cómo funcionaría el equipo una vez Cavani fuera titular. En las primeras jornadas todo era idéntico, incluso los protagonistas, y la transición, por tanto, casi se minimizaba al máximo.

Pero dos empates en las dos primeras jornadas bastaron para que se viera algo nuevo. El Girondins que conquistó la Ligue1 con el técnico francés se desplegaba a partir de un 4.2.3.1 con Gourcuff como centro de todo el peso ofensivo y creativo. La figura del mediapunta en el combinado parisino no existe, si bien Zlatan siempre ha actuado en esas zonas de influencia con anterioridad y en el presente. No obstante, el 4.4.2 rígido con T. Motta – Matuidi en el centro del campo se postulaba como escaso a la hora de conectar con los jugadores ofensivos. Era una de las principales críticas que se realizaban por parte de la prensa y uno de los factores que aprovechaban sus rivales.

4.3.3


Con motivo de la visita a Nantes, en la tercera jornada de competición, se vislumbró la variante. 4.3.3 con Pastore y Matuidi como interiores y T. Motta mediocentro posicional. Se modificaba por completo la estructura. La idea de juego incluso. La pregunta, por tanto, se trasladaba a la posición de Cavani, puesto que pensar en escorar a una banda a Zlatan se descarta de inmediato. Por tratarse del personaje en cuestión y por lo escaso que puede aportar. Con ello, L. Blanc ya innovaba. Cambiaba lo visto muchos meses seguidos y, definitivamente, incrementaba las opciones tácticas de su equipo.

Salida de balón por parte de Pastore


Por momentos se ve a Cavani ocupar la banda derecha y a Lavezzi la izquierda. El segundo no ve mermado su potencial ni nivel de juego. El primero, curiosamente, tampoco. Ello es posible a las continuas recepciones de Zlatan cerca del círculo central, dejando un espacio a su espalda aprovechado por el delantero uruguayo atacado mediante diagonales. Y, posteriormente, los espacios dejados en banda al realizar tal acción son aprovechados por el lateral (G. van der Wiel en las últimas fechas).

Zlatan en posiciones retrasadas


Zlatan cerca del círculo central



























Con este cambio de esquema los laterales cobran una importancia capital. Es una de las características del dibujo 4.3.3 porque los extremos suelen tender a realizar diagonales hacia zonas centrales. Así, se juntan con la subida de los interiores y el delantero centro, dejando amplios metros de recorrido en banda. Contar con laterales en cada banda capaces de realizar un esfuerzo físico potente para actuar como extremos en fase ofensiva y cerrar en fase defensiva es primordial. De tal manera se ensancha el campo hasta límites insospechados para la zaga rival, que ve cómo en zona central se acumulan efectivos de manera continua.

Cavani en banda izquierda


Lo llamativo de lo expuesto puede residir en el escaso protagonismo de Verratti, siendo curioso porque, probablemente, la posición donde mejor expone sus virtudes sea en la de mediocentro posicional. A su vez, Rabiot está siendo la primera opción de sustitución a la hora de añadir un jugador en el centro del campo, siempre actuando como interior. No obstante, la fórmula del 4.4.2 con Zlatan como pareja de Cavani, o unos metros más retrasado, no se ha erradicado en absoluto. De tal manera, PSG conjuga y maneja dos sistemas distintos que pueden resultar decisivos a lo largo de la temporada. Ahora los equipos ya no saben con qué sistema actuará su oponente, si bien es cierto que la opción elegida para defender suele ser una doble línea de cinco hombres. Y ahí, en ese contexto de reducción de espacios, PSG posee su principal problema. Hasta el momento.

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