El
principal problema de R. Hogdson no es extremadamente
contraproducente. No si se hace alusión a lo negativo de la
plantilla o juego. Hace referencia a la gestión del talento que ha
sido capaz reunir Inglaterra para la cita mundialista a disputarse en
Brasil. Es elevado en número y calidad. Es altamente estimulante de
cara a confeccionar un grupo capaz de dominar en cualquier situación
y contexto. Pero ello, obviamente, se ha de producir a raíz de
implantar una idea futbolística fija. Perenne. Invariable. A partir
de la cual desarrollar a la generación reinante. Y esto,
precisamente, no se postula como una de las acciones a realizar por
el preparador inglés a corto plazo. Resultadismo mediante.
Durante
los tres partidos que ha disputado la selección en su preparación
para el Mundial ha sido común vislumbrar cambios de piezas en
función de los acompañantes. Esto es: la versatilidad de varias
figuras y la complementariedad entre ellas permite al combinado
amplias opciones dentro de la paleta fijada. Tanto en forma como en
acción. Es destacable en la actuación de los centrocampistas. Se
presentan dos parejas: Hendo – Steven (presumiblemente titular) y
Wilshere – Frank. La primera se ubica a la misma altura y con una
rigidez sorprendente. Ninguna de las piezas avanza metros de manera
clara para acompañar la fase ofensiva y su función principal se
centra en superar líneas de presión con pases dirigidos a la zona
de ¾ de campo, así como no perder la posición y no conceder
espacios a la espalda.
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Hendo y Steven alineados |
Radicalmente
opuesto es el funcionamiento de la segunda citada. Conocido es por la
opinión pública que ambos jugadores son aptos para jugar en
posiciones más adelantadas y llegar al área rival. Sobre todo
Frank. La gran mayoría de sus goles se han producido por disparos
desde fuera del área y por llegadas a territorio rival desde segunda
línea libre de marca. Esta característica se permite explotar pero
resulta curioso contemplar una diferencia tan amplia entre dos
parejas de centrocampistas que, a priori, deberían realizar
funciones similares. Ni siquiera se ha testado una configuración
mixta entre los cuatro protagonistas para equilibrar las capacidades
ofensivas y defensivas de cada uno.
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Wayne en banda izquierda |
La
temporada de Lallana, Sterling y Barkley ha sido, simplemente,
superlativa. No obstante, se prevé que las venideras sean más
completas. Por el crecimiento natural de sus posibilidades y por el
transcurso adherido a un futbolista de corta edad. Son tres nombres
con los que cuenta R. Hogdson pero, de manera titular, no formarán
conjuntamente. Siendo Wayne y Sturridge indiscutibles, y contando con
la baja indefinida temporalmente de Oxlade, probablemente dos de
ellos pueden ser de la partida inicial. Y dependiendo de quién o
quiénes sean la ubicación espacial varía.
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Sterling MP |
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Sterling banda izquierda |
Barkley
es el que condiciona la posiciones de sus compañeros. Hasta de
Wayne. Así de influyente es su presencia. Porque cuando ha jugado
siempre ha partido desde la mediapunta, desde su radio de acción
idóneo, provocando que el jugador mejor pagado de Inglaterra se
desplace a la banda izquierda. Sterling también ha contabilizado
minutos en zona central pero compartiendo espacios con Barkley
también se ha desplazado a banda. A la izquierda. Lallana siempre ha
jugado en banda derecha, si bien las diagonales hacia el centro son
una constante por su capacidad para combinar y retener el balón en
posesión propia.
En
principio, la elección de los acompañantes de Wayne y Sturridge y
su consiguiente ubicación es la única duda para Roy a escasos
momentos de comenzar su participación en la cita de Brasil. Ello
contando con que la pareja procedente de Liverpool (Hendo – Steven)
sea la elegida. El cuarteto Glen – Cahill – Jagielka – Baines
no se discute de ninguna manera. Y, lógicamente, son los jóvenes
los culpables de la indecisión reinante en fase ofensiva. Son el
futuro de Inglaterra. Asomando ya como presente.
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