El
duelo entre los dos equipos de Manchester se presentaba con la
carencia de un aliciente capital. Con la ausencia de un ingrediente
diferencial. Y el producto, aunque mínimamente, se resentía. No
obstante, para definir el sabor final se debía testar, quizás
degustar, para finalmente juzgar. Y en esa situación reinante el
contexto torna como presente. Porque no se puede entender el
desarrollo de la Premier League sin
contextualizar todo lo ocurrido en la última década. Por necesario
e ilustrador.
Hay
que remontarse a la temporada 1994 – 1995 para encontrar al último
campeón de la competición nacional que no esté en el grupo europeo
formado por Manchester United, Manchester City, Chelsea, Arsenal y
Liverpool. Un total de ¡DIECISIETE! ediciones se han disputado desde
aquel momento y de los mencionados sólo cuatro han conseguido
campeonar. Esto es: Manchester United en 10 ocasiones, Arsenal en
tres, Chelsea en tres y Manchester City en una.
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Relación campeones Premier League desde 1994 |
Además,
es necesario realizar la siguiente puntualización: los dos últimos
expuestos han visto posible tal logro por la entrada/llegada de
capital extranjero y privado a sus entidades. O, lo que es lo mismo,
han experimentado un cambio radical sólo posible por un fenómeno
contemporáneo, de cercana introducción. Y junto a los otros dos
restantes se ubica el Liverpool, subcampeón en dos temporadas. Más
allá de lo expuesto no se vislumbra ningún atisbo de variante. Por
tanto, cuando se colocan exigencias y se demandan sus consiguientes
resultados es arbitrario producirlo en referencia a lo vivido. A lo
presente.
Las
demandas de Roberto Mancini sobre el tiempo que necesita una entidad
para configurarse como potente y referente en el panorama
internacional no poseen, por tanto, tanto descrédito como se le
vincularon en un primer momento. Porque, sencillamente, la situación
del ManCity no se puede comparar con la reinante en Paris (PSG). Sin
embargo, lo que a unos se le exige a otros se le presupone. Y en esa
disyuntiva, cuando no se produce ni un evento ni otro, las
diferencias vuelven a escenificar que el status quo se puede
variar en un periodo de tiempo corto. Para prolongar se necesitan
otros requisitos. Otras cualidades. De ahí la complejidad del
objetivo.
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