Uno
de los partidos más exigentes que le quedaban al PSG en
Ligue1 era v Montpellier.
Si bien pocos dudan ya de su conquista en el campeonato nacional al
término del mismo, el enfrentamiento contra el vigente campeón le
suponía unos índices de compromiso altos. Por tres factores
principales: 1. Partido a disputarse ante Montpellier, rival
exigente. 2. Partido a disputarse tres días después de los
compromisos nacionales de sus jugadores. 3. Partido a disputarse en
la víspera de los Cuartos de Final de UEFA Champions League (v FC
Barcelona).
Todo
ello confeccionaba la cita en París como de obligada visión. Y el
equipo de C. Ancelotti, siguiendo el patrón instaurado desde hace
escasos meses, no varió su formación. Así, los automatismos se
mantenían y la actuación del combinado seguía las pautas
conocidas. Verratti era el primer argumento en la salida de balón,
siendo siempre la primera opción de los centrales con posesión de
balón propia. Y, tras producirse lo mencionado, se genera lo
realmente importante en el PSG.
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Recepción Verratti y colocación |
Las
opciones que vislumbra Verratti por delante de su posición poseen
unas ubicaciones muy distintas a las que dibujan de inicio. Esto es:
tanto Chantome como Pastore centran su posición de manera descarada
provocando que el 4.4.2 plasme un rombo en el centro del campo. O, lo
que por momentos era lo mismo, que el esquema fuera un 4.1.3.2. El hecho
de jugar sin extremos puros habilita esta situación que, no
obstante, no suele ser especialmente positiva para la generación de
juego.
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Chantome y Pastore se centran |
La
consecuencia directa de estos movimientos es la cesión de espacio en
las bandas a los laterales, siendo una referencia a manejar en la
paleta de desplazamientos posibles por parte de los mediocentros. G.
van der Wiel, jugador cuyas aptitudes explotan esta circunstancia,
era una constante en el carril diestro. Pero hasta Maxwell, no siendo
un lateral eminentemente ofensivo, se ubicaba en campo contrario,
superando la línea divisoria, cuando el PSG poseía el esférico.
Por tanto, Ancelotti disponía una acumulación en el centro del campo
de jugadores aptos para jugar en esos perímetros y una presencia de
laterales sin marca fija.
El
riesgo que esto conlleva es evidente. Y el Montpellier supo
descifrarlo. Cabella, que reaparecía tras lesión datando su último
partido del 09.02.13 (at Saint-Étienne), permutó en varias
ocasiones a la espalda de Verratti y Matuidi. En la mediapunta,
detrás del “9”, su presencia se hacía vital para los intereses
de los visitantes. Muchas de sus recepciones se producían con
espacio y tiempo para actuar. Circunstancia ésta que pone en
evidencia las carencias del PSG en la marca zonal y global. También fue posible por la inclusión de Belhanda en el doble pivote, hecho que el que edita no recuerda haber vislumbrado con anterioridad. Ha
sorprendido porque, de hecho, cuando al inicio de la temporada 2012 - 2013 coincidía
con Cabella uno de los dos jugaba en banda.
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Cabella |
El
planteamiento ante el FC Barcelona será radicalmente opuesto,
cediendo el balón y colocándose en campo propio muy cerca del área
propia. Pero la colocación en áreas centrales de los dos jugadores
llamados a jugar en banda puede ser un evento que se reproduzca de
nuevo. O, directamente, la inclusión de un mediocentro posicional
que no varíe su ubicación. Sea como fuere la movilidad es una nota
común en este PSG y, parece ser, para Ancelotti. Los resultados de
ello, sin embargo, no son idílicos.