Tras
gestionar de una manera óptima le regreso a las rondas finales de la
UEFA Champions League, el B. Dortmund jugaba
el derby ante el Schalke sin
ningún tipo de presión en el campeonato por el título y con la
seguridad de la realización adecuada en la competición europea.
Ahora bien, ya es común que en los encuentros de Bundesliga el
interrogante sobre qué versión de los chicos
de J. Klopp se
va a vislumbrar esté presente. Y, curiosamente, fue el equipo local
quien, en la previa de su choque de Vuelta en UCL (v Galatasaray),
supo aprovechar el mal funcionamiento del segundo clasificado.
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Llegada segunda línea |
El
fichaje (cesión) de Bastos ha habilitado al Schalke la inclusión
del mencionado en el “XI” en la banda izquierda y, como medida
derivada de ello, la ubicación de Draxler en la mediapunta. Esto es
posible por la salida en Enero de Holtby (Tottenham) y los resultados
estipulan tales decisiones como complementarias, estructuradas y
manejadas. Una circunstancia tan sencilla como la llegada desde
segunda línea para buscar la libertad en el remate la supo maximizar
el joven alemán para determinar el devenir del encuentro. Ese hecho,
tan primitivo como originario en los planteamientos de los equipos
que juegan con mediapunta, no fue estudiado por el B. Dortmund. Unido
a la fragilidad mostrada en los laterales la conjunción se torna
como decisiva. Para ambos.
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Nuri MC |
Con
resultado adverso la variantes de J. Klopp fue previsible: entrada de
Nuri Sahin para interactuar con Gündogan y, posteriormente, entrada
de Leitner para interactuar con Nuri. En ambas ocasiones fue éste el
encargado de ocupar posiciones de mediocentro más retrasado respecto
a su pareja, siendo el primero en entrar en contacto con el balón y
el responsable de la salida, en primera fase, del balón. En un
contexto desfavorable y con el equipo rival ubicado en campo propio
la capacidad del turco con el esférico se esperaba como positiva
para el colectivo. La incógnita es saber si la concepción de estas
parejas se realizará en posteriores ocasiones de inicio.
Cuando
Brendan Rodgers quiere juntar a sus principales argumentos ofensivos
el cambio de esquema es necesario. Así, el 4.2.3.1 implantado para
jugar v Tottenham tenía
tintes muy marcados hacia una idea: atacar y proponer. Ser superior a
partir del balón y optimizar los recursos en fase ofensiva que son
propios. Gerrard se situaba a la misma altura que L. Leiva y, a
partir de ellos, cuatro jugadores con funciones de ataque: Downing y
Coutinho extremos, L. Suárez en la mediapunta y Sturridge como
referencia movible.
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4.2.3.1 Liverpool |
Todo
lo contrario realizó André Villas-Boas. El hecho de contar con
Livermore y Sigurdsson más la pareja conocida de Parker y Dembélé
provocaba que la ubicación del último se dibujara en la banda
derecha, la del islandés en la banda derecha y los restantes en el
centro del campo. Así, se daba entrada a un centrocampista más
(Livermore) y G. Bale partía, desde el inicio, desde el centro.
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Centro del campo Tottenham |
Este
hecho, influenciado por su actual momento de forma, es el que han
experimentado en algún momento de su carrera jugadores tan
desequilibrantes de origen en banda como Cristiano Ronaldo, Leo
Messi, Luis Suárez, Götze, Müller... Mientras sus actuaciones sean
decisivas las críticas hacia esta decisión serán menores. El que
edita no considera que sea lo apropiado teniendo en cuenta las
características del galés. Como recurso puntual puede ser, y es,
positivo. Como pauta perenne carece de validez.
Que
la Fiorentina es uno de los equipos que mejor juego despliega
en Italia se le escapa a poca gente. Que su irregularidad es la gran
losa para entender resultados más positivos también. A su vez, que
la Lazio está siendo una de las revelaciones de la temporada
no se puede considerar como un pensamiento exagerado. Nada más lejos
de la realidad. Y ambos, cerrando la jornada en la Serie A,
propusieron una cita un tanto atípica. En las últimas fechas
Montella está optando por erradicar una de las situaciones que hacen
reconocible a su entidad: la defensa con tres centrales. Así, la
confeccionada por cuatro hombres con Cuadrado en posiciones
adelantadas es común desde hace pocas jornadas y esto, obviamente,
le reporta dos consecuencias directas.
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Defensa de 4 hombres |
A
saber: mayor presencia en ataque y posición de jugadores de banda en
fase ofensiva más cercana al área rival. Cierto es que con el 3.5.2
los jugadores que habitan en banda tienen un recorrido elevado y
presencia en campo contrario pero con la imposición, de partida, de
dos extremos (del 4.3.3) la compañía a Jovetic es más cercana a ¾
de campo rival. La seguridad defensiva en los laterales es mayor
porque existe presencia permanente y el centro del campo se mantiene
semejante. Sólo los resultados dictaminarán qué ofrece mayores
réditos a la Fiorentina pero el hecho de saber manejar distintas
situaciones define al equipo como completo.
Cuando
se realizaba el análisis del O. Lyon en este espacio se
expresaba lo siguiente:
“Ante
equipos que le plantean, de inicio, una manifiesta superioridad O.
Lyon no posee ningún reparo en retroceder metros, ceder el balón y
mantener las líneas defensivas muy juntas. No se quiere conceder
espacios y, cómo se exhibe en la imagen, se agrupan hasta ¡SEIS!
jugadores a la altura de la línea del área. Las opciones para el
rival son escasas pero la situación les ubica muy cerca de la
portería. Ésa, en cierta medida, es la cuestión: colocarse cerca
del esférico propio (con las consecuencias que conlleva) para
erradicar cualquier espacio o realizar una presión más adelantada.
La tónica establece lo primero cuando el planteamiento es defensivo,
cuando se considera al rival superior; y la segunda se produce en el
resto de citas.”
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Centro del campo O. Lyon |
El
contexto ubicaba la presencia del PSG como principal provocador de
ello y, por ello, no se dibujaba la posibilidad de que algo parecido
ocurriera ante otros equipos de Ligue1. La variación del 4.2.3.1 se
produjo respecto al O.
Marseille y
la participación de tres jugadores en zona central fue impuesta por
R. Garde. En ocasiones Malbranqe adelantaba metros su posición,
haciendo la función de mediapunta, pero no era lo reiterativo. Sí
se produjo tal evento con la entrada de Grenier en el segundo periodo
pero el empate sin goles fue, en palabras de M. Cox, “A
bad reflection of Ligue 1, and a bad result for Ligue 1.”
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