1. Arsenal
v Manchester City
Existían muchas dudas sobre cómo iba a afrontar uno de los
partidos más decisivos en el rush final
de la temporada el conjunto que a comienzo de temporada era el favorito
principal para conquistar la Premier League. Y, como viene siendo habitual,
asombró. Impactó y sorprendió. Pero por los aspectos negativos, mayores y
presentes sobre los demás aspectos. La distancia se sitúa en ocho puntos a
falta de seis jornadas y la sensación que transmite el Manchester City no hace
presagiar en una remontada heroica. Recordable. A pesar de ello, obviamente, el
discurso oficial no es derrotista: "It's
not mathematical, but it's very difficult now. In the end we didn't
win because they did better than us.” Además, hay que sumarle la
capacidad que exhibe el Manchester United para disputar encuentros de decisiva
importancia. Una de las claves para entender por qué cada uno está en las
posiciones actuales es, precisamente, esa circunstancia radical en la esencia
de un colectivo: ser un equipo. Se puede afirmar, sin ningún tipo de disputa
alguna, que el equipo de Roberto Mancini es una conjunción de jugadores de
primer nivel mundial futbolísticamente hablando, no sabiendo formar un
entramado humano tan potente como estrecho y emocional. Buen ejemplo de ello se
puede presenciar en la figura de Mario Balotelli. ya carente de todo protector
externo y público. El hecho de que el entrenador que ha confiado en él a lo
largo de varios años y en distintas etapas es un indicativo palmario de lo que
puede deparar tales actitudes: "I
always defend him because Mario is a good guy, but if he doesn't change in the
future I think he can lose all his talent and in one, two, three years he is
finished. If he doesn't understand this after two years,
I can do nothing. I hope for him that he can improve and can understand that he
can't continue to play like this for his future, for his talent. I am very
sorry for him for this."
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R. Mancini y M. Balotelli |
2. Scudetto renovado. Tras la eliminación
en la UEFA Champions League ante el FC Barcelona, y tras mostrar una imagen
digna de elogio e inesperada, el AC Milan ha visto cómo la semana se ha tornado
como negativa y contradictoria. La FIorentina, equipo que encaraba el viaje a San Siro con una distancia mínima sobre
el descenso, no sólo ha sido capaz de puntuar en el campo del que era líder
sino que Amauri, jugador de la Juventus hasta el pasado 25 de Enero, anotó un
gol en el minuto 88 que sirve para cambiar de raíz el escenario en la Serie A.
Con ello, el equipo de Conte salía a jugar en Palermo siendo consciente de la
oportunidad que poseían. Y a pesar de que el entrenador italiano es reincidente
en plasmar varios cambios de dudosa coherencia en los “XI” la situación es
idílica. La totalidad de las jornadas ya supera las 31 disputadas y la
imbatibilidad del conjunto juventino se mantiene. Eso impacta, manteniendo la
posibilidad de emular a aquel Arsenal del 2004.
En las restantes siete jornadas no se va a producir ningún
enfrentamiento directo entre ambos. La dependencia ahora de unos es relativa a
los resultados de los otros. Más allá de planteamientos y jugadores, lo
cardiaco parece instalarse en Italia.
3. Situación caótica en Berlín. Seis
partidos ganados de 29 disputados se antojan como excesivamente escasos para
ser partícipe de cualquier argumento futbolístico digno al que sustentarse
cuando a falta de cinco jornadas los puestos de salvación están a tres puntos.
Porque parecen pocos, incluso alcanzables, si no fuera por las sensaciones que
transmite el Hertha tanto en Berlín como en los desplazamientos por Alemania.
Uno analiza los partidos que quedan por jugar y se da cuenta de que en cuatro
de los cinco que existen sus rivales no solamente ser superiores, a priori,
sino que tienen objetivos en disputa, lo que supone ello para la motivación y
actitud con la que van a jugar. A
saber: v Freiburg (descenso), at B. Leverkusen (UEFA Europa
League), v Kaiserlautern (descenso), at Schalke (UEFA
Champions League), v Hoffenheim. El porcentaje de goles, a su vez, es
definitivo: 1.03 (30/29)goles por partido. Ok,
not bad. Pero el baremo se incrementa si se atiende a los números de goles
encajados: 1.79 goles por partido (50/29). El empate conseguido at B.
M’Gladbach es un buen comienzo para recuperar sensaciones y encarar la
finalidad de la Bundesliga con optimismo. No en vano encajaron un mes entero
perdiendo (6 partidos) entre Enero y Febrero y ahora, con el tercer entrenador
distinto, las circunstancias en las cuales confiar son escasas. Berlín celebra
libertad. Berlín añora superioridad.
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Kraft |
4. PSG v Montpellier
Probablemente a final de temporada D. Deschamps finalice su
trabajo como entrenador del O. Marseille. La rumorología apunta a ello y los
resultados de esta temporada lo refuerzan. Casi lo precipitan. La realidad es
que lo fuerza. Porque el juego tampoco acompaña y sólo la disputa de la UEFA
Champions League hasta los Cuartos de Final ha servido para mantener cierto
margen de maniobra. Eso y que todavía existe la posibilidad de conquistar un
título, por curioso que parezca. (Coupe de la Ligue). El disputar competición europea
el próximo año no se va a producir vía Ligue1, y la derrota at PSG incentiva
tal evento. El O. Marseille no conoce la victoria desde el pasado 29 de Enero
(at Rennes) y las ocho jornadas que aún restan por disputarse se tornan como
excesivas. Innecesarias y agónicas. Y si algo ha tenido en común con el PSG ha
sido en el aspecto táctico. Ambos equipos plantearon jugar sin un delantero
referencia, con jugadores de continuo movimiento y variabilidad en ataque. Y el
combinado de París, con Hoarau y Gameiro en el banquillo, consiguió ganar
mediante un gol de un defensa. Paradoja pues, sin debate alguno admisible, la
parte ofensiva es la más completa y potente de la entidad. Y Carlo Ancelotti, consciente
de lo que supondría no ganar la Ligue1, vive continuamente como un
fonambulista, al borde de la caída y con una cantidad de incertidumbre en el
cuerpo difícilmente cuantificable. El Montpellier, digno candidato a coronar el
campeonato nacional, y principal relevación de la temporada, continúa sumando
sus compromisos por victorias. Ahora bien, el calendario es tan exigente que
los cambios en la clasificación se postulan como posibles. Casi futuribles. Y
ganar at Lille dentro de tres semanas se antoja vital. Con una complejidad
enorme. En Montpellier sueñan. Con fundamentos.
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