viernes, 6 de abril de 2012

Lágrimas. De sueños y añoranzas


En el Oblasny SportKomplex Metalist, en Kharkiv, un proyecto ha visto erradicado su periplo europeo. La sensación es agridulce porque, por una parte, haber llegado hasta los Cuartos de Final en la UEFA Europa League es un evento a destacar, propicio para continuar con la ascensión y el desarrollo de un club que hace escasos ocho años jugaba en la Persha Liga (Second Division). A su vez, la competición con el Sporting CP era adecuada para mantener opciones reales de disputar la penúltima ronda del torneo. No siendo así, este periplo europeo ha servido para que la opinión pública tenga conocimiento de jugadores tan estimulantes como Cleiton Xavier y Taison, Cristaldo y Sosa (entre otros). En la fría y melancólica Ucrania han finalizado los sueños de personas que no podían siquiera atisbar visos de realidad en bocetos lejanos. Utópicos. Lo bonito del escenario es que la próxima temporada Kharkiv volverá a vivir noches europeas. Los protagonistas, probablemente, serán diferentes. La esencia, en definitiva, estará presente. Latente.

"El nivel de decepción que obtengo tras el visionado de un partido es proporcional al grado de expectativas que poseo del mismo." Con esa premisa, siempre reinante en la concepción del que escribe, la visión exterior del ambiente reinante en Valencia se puede catalogar de desconcertante. La razón, clara y meridiana, reside en la actitud y la exigencia que imprime en cada temporada la afición y el entorno del conjunto valenciano. Por ello, y exclusivamente por ello, se han dinamitado proyectos y personalidades (tanto jugadores como entrenadores) que tenían una dirección lineal y continua hacia cotas de éxito palpables. Y, como todo proceso cíclico y repetitivo, el camino que se está recorriendo tiene como destino final un evento familiar. Pero, no obstante, los que van a dejar el club el próximo verano pensarán en la frase troncal de que "otros vendrán y bueno te harán." Esa premisa, curiosamente, también se ha producido con anterioridad en el seno de la entidad. Triste y autodestructivo, lo rescatable y elogiable se sitúa en los dos goles anotados en tan solo dos minutos tras el saque de dos corners. Jugadas de estrategia desde el mismo perfil realizadas con variantes distintas. Mismo rematador. Mismo resultado. Como en Almería, Unai Emery explota sus planteamientos estratégicos. Y eso es un concepto. Diferencial.

El ejemplo vitalicio

Si ya en los Octavos de Final la eliminatoria jugada entre Athletic de Bilbao y Manchester United fue una oda a la esencia del fútbol, los Cuartos de Final entre Athletic de Bilbao y Schalke 04 han conseguido igualar las sensaciones vividas. Aflorando sin ningún tipo de reparo continuas vibraciones emocionales, el espectáculo ha hecho mérito de lo que supone jugar a fútbol, de lo que supone entender el fútbol como medio de expresión. En estos dos casos ha sido artística. Fina y pulida. Y teniendo al conjunto de Bielsa como denominador común y protagonista absoluto, las figuras de R. Giggs y Raúl González Blanco se han elevado, definitiva y eternamente, a la categoría de mitos. Curiosamente, ello ha ido acompañado de un ritual romántico, necesario e insuperable, estipulado en aplausos bajo la lluvia y en noches frías y cerradas de 40.000 personas que muestran su orgullo por lo vislumbrado. Su satisfacción y realización personal por ser partícipes de algo que ya es historia contemporánea del fútbol incluso antes de haber finalizado el recorrido tan largo, sufrido y excelso de sus representantes. La capacidad de sentirse parte de un todo, cual ideología afincada en la concepción de totalidad, es una circunstancia que raras veces se presencian en este deporte. Así, su disfrute debe ser pausado y frenético, relajado y extenso...bohemio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario