jueves, 12 de julio de 2012

Establecido lo postulado


Era un partido esperado. Las expectativas, por tanto, tenían altos índices. Los protagonistas, finalmente, ofrecieron un espectáculo digno de unas SemiFinales. Tanto España como Francia se postulaban, tras finalizar la fase de grupos, como las dos principales selecciones candidatas al triunfo final. Por ello, para algunos, el partido se producía con antelación en el tiempo. Lo cierto es que pocas sorpresas hubo por ambos combinados y lo esperado en la previa resultó ser real.

Los corners, esa faceta que España no domina en exceso por natura en sus vertientes, volvió a servir para mostrar la principal debilidad de un equipo sólido con posesiones de balón amplias. Profundas y amplias. En un primer momento Francia trató de minimizar los índices de posesión del rival y en otros se buscó un ofrecimiento al toque… pero en horizontal. La presión en bloque medio con dos líneas de cuatro hombres fue vital para entender la contención realizada en facetas defensivas. Por el contrario, en ataque se exhibieron las variantes de arrastres a primer palo para remate en segundo y los arrastres por número para remate por engaño. Era un punto estudiado en este espacio. Ha sido un factor interesante.  

España ha demostrado tener una gran iniciativa y paciencia al encontrase con un resultado adverso, sabiendo modificar tal situación y mostrando superioridad respecto al rival en varios momentos puntuales. Porque el partido ha sido nivelado y ambas selecciones han podido pasar a la Final. El físico de unos, imponente y decisivo, y la técnica de los otros, diferencial al final; han confluido en un tránsito de ocasiones y desajustes defensivos en sendos bandos. Y si las miradas se fijaban en Pogba, figura indiscutible de esta generación, no se han visto dañadas. Su presencia es tan importante como su toma de decisiones. Cierto es que juega en un contexto bastante favorable para su condiciones y características pero junto a Campaña ha sido el mejor mediocentro del torneo. No por ser esperado tiene que dejar de ser elogiable. Porque situaciones contradictorias se pueden producir, como que Umtiti falle en la marca y provoque, directamente, un gol. Anyway, su participación ha sido positiva, si bien hablamos de un jugador que ha disputado más de una docena de partidos en la Ligue1 (O. Lyon).

Kepa, protagonista del partido

Deulofeu, por su parte, sigue encarando este tipo de torneos con la suficiencia del que se sabe importante. Esencial. Pero su continuo individualismo genera actos negativos para su grupo y la toma correcta de decisiones en momentos decisivos sigue siendo una faceta a desarrollar. A maximizar. En muchos momentos del partido su presencia era incluso efímera. Casi terciaria. Todo lo contrario que O. Torres, consciente del entorno y de lo que podía aportar al colectivo teniendo en cuenta precisamente eso. Ante un centro del campo poblado y con marcas al hombre férreas y físicas, su aporte se basó en ganar líneas de presión con pases en largo sin error. Algo que se debe valorar porque la complejidad del acto es elevada y su nivel de ejecución altísima. Pero España se está caracterízando por generar jugadores técnicos, aptos con el balón, en un número elevado. Así Denis Suárez ha sido una pieza clave para entender la actividad de España en la prórroga. Su juego, cultivado junto a Silva en tierras inglesas, evidencia que o la gestión de los ojeadores en los informes de jugadores fuera del territorio nacional es nefasta o la gestión del cuerpo técnico para con este jugador es deficitaria. 

Las variantes han sido muy amplias, destacando P. Alcácer y el propio Denis Suárez, siendo ello un factor bastante diferente al presentado por Francia. Se mantenía el bloque hasta minutos finales del partido, con la consiguiente carga física que ello supone, y la capacidad de reacción parecía irreal. No obstante al perdedor de este partido ya se le podía definir, incluso antes de terminar los 120 minutos de juego, como lo que era: un combinado superior al resto de semejante nivel que su contrincante. Ahí ha residido el factor a tener en cuenta: al sólo poder ganar una selección la conclusión del evento ha servido para evidenciar lo postulado. Ninguna era inferior a su homónima. Ningún rival era superior a ellas.

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