sábado, 10 de abril de 2010

"Marca es el R. Madrid"

Entrevista al periodista José Miguélez, redactor jefe de deportes en el diario Público.
Pregunta. La primera pregunta es obligada. ¿De dónde le vino el interés por este oficio?
Respuesta. Yo creo que soy  periodista desde que nací, aunque parezca un tópico. No sé si fui primero periodista o aficionado al fútbol, pero desde que tengo uso de razón me recuerdo jugando, haciendo deporte; pero a su vez narrándolo. Yo me ponía a jugar a las chapas y a medida que jugaba narraba lo que ocurría. Me recuerdo narrando todo lo que hacía poniendo voz de locutor. Siempre me ha fascinado bastante el mundo del periodismo. Me empezó fascinando más el mundo del periodismo radiofónico y luego, en cambio, al leer todo lo relacionado con deportes… Me acuerdo que en la liga 80/81 me hice, con recortes de AS, mi propio seguimiento de aquella liga del Atlético de Madrid, que es la famosa liga de Cabeza que luego le quitaron de manera rara. Hice mis primeros pinitos escribiendo  mis sensaciones de aquello y desde muy pequeño tenía claro que quería ser periodista. Primero de radio y luego cuando llegue al periodismo me di cuenta de que es mucho más apasionante el periodismo escrito. De hecho yo no creo que supiera escribir muy bien cuando empecé y fue a partir de leer mucho y de entrar en El País donde empecé a coger gusto por la escritura. Y ahora, evidentemente, me quedo mucho más con el periodismo escrito que con el periodismo radiofónico.
P. Sin embargo practica más el radiofónico que el escrito.
R. No. De las 24 horas del día le dedico 14 al periodismo escrito y 2 al periodismo radiofónico.
P. Sin embargo, el periodismo que usted realiza radiofónicamente en El Tirachinas tiene mayor repercusión que el periodismo escrito.
R. Tiene más popularidad pero menos prestigio. El prestigio periodístico me lo he ganado en el periodismo escrito, en mis trece años en El País que creo que es donde cogí una reputación. De hecho, por mi reputación en El País es por lo que me llama la Cope para colaborar. Y luego he estado en Marca y ahora en Público. Creo que hago mejor el periodismo escrito que el periodismo radiofónico. Éste me relaja pero si es cierto que la popularidad te la da más la radio o la televisión.
P. Como método informativo, ¿cual le gusta más?
R. El periodismo escrito, sin duda. El periodismo radiofónico me entretiene más, me relaja, pero como modelo de periodismo elijo el escrito. Me quedo mucho más satisfecho con lo que escribo que con lo que hablo.
P. Interesante, porque para sentirse satisfecho o realizado por lo que escribe tiene que poseer una técnica de escritura bastante depurada. A mucha gente le ocurre justo lo contrario…
R. Creo que soy mucho más claro, directo y contundente, y que me explico mejor escribiendo que hablando; porque escribiendo te da tiempo a releer, al menos una vez y hablando al final tienes que improvisar ciertas técnicas del cuerpo al cuerpo. Tú puedes improvisar un discurso, pero la radio no es un discurso, sino que tienes que contar con lo que te va a contestar el Walter García de turno o con lo que te va a responder un presidente, y me siento más incómodo. Domino menos ese escenario que otra gente como pueda ser Abellán o Walter que son unos auténticos monstruos del lenguaje.
P. Y ello ha sido fruto  de la constancia, no porque ya de pequeño se destacara usted por la escritura, sino que tuvo que trabajar ese aspecto.
R. Sí. Hombre, creo que hay que tener algo que posiblemente yo lo tenía y no sabía que lo tenía, pero sí es cierto que yo no me recuerdo escribiendo bien desde pequeño, pero sí me recuerdo leyendo mucho y eso, evidentemente, sí te hace coger un hábito. Recuerdo mis primeros años en la agencia EFE y en el diario Ya y no me reconozco. Sin embargo, fue llegar al diario El País y ahí, a partir de estar con Segurola, se te enciende algo que de pronto se convierte en una inspiración. Es constancia pero a su vez es como una puerta que se abre y, de pronto, te das cuenta de que coges gusto por una forma de escribir concreta. Posiblemente lo que no tenía era un estilo y en El País cogí ese estilo.
P. En su etapa de estudiante de Periodismo, ¿cuál es el mejor recuerdo que guarda?
R. La verdad es que los mejores recuerdos que guardo como estudiante de Periodismo no tienen que ver con los estudios sino con el ambiente universitario, con una sensación de libertad que entonces no se tenía. Está más relacionado con la edad, posiblemente, que con los estudios universitarios. Mis primeras experiencias son cuando intentabas colaborar en nuevas revistas que salían… Mi primera entrevista de estudiante fue a Rubén Cano que, paradójicamente, era uno de mis ídolos de la infancia y cuando le entrevisté fue con esa faceta casi de fan y luego, con el tiempo, ha sido el único protagonista que me ha denunciado por una cosa que escribí en El País. Sobre todo es eso, recuerdo el compañerismo, la libertad, el estar descubriendo un mundo nuevo que apasionaba.
P. ¿Y el futuro del periodismo español cómo lo ve?
R. Mal, bastante negro. Se están perdiendo valores y principios esenciales del periodismo. En concreto, creo que el periodismo deportivo ha muerto, y lo sostengo desde hace mucho tiempo, es un periodismo demasiado interesado, demasiado sometido a la bufanda y a los colores y muy condicionado por los intereses. Y en el periodismo en general no se están respetando las reglas básicas del periodismo, se han perdido y son las que tienen que ver con la ética, la decencia; y estamos yendo a un momento muy difícil. Ahora, son los estudiantes los que tienen que rescatarlo.
P. Para usted, ¿el problema reside en el actual sistema de enseñanza?
R. No. Sinceramente creo que el periodismo no se enseña, se aprende. Las generaciones que salen no están saliendo demasiado buenas porque no lo han pasado mal, porque las nuevas tecnologías les ayudan demasiado a tener la noticia sin salir de casa. Son unas generaciones muy cómodas y entonces no se atreven, por ahora, a pelear y a combatir con ese estado en el cual está el periodismo.  Creo que no tiene que ver con la enseñanza. Es salir a la calle y empezar. Yo, desde luego, he aprendido mucho de mucha gente pero no recuerdo que nadie me enseñara que esto fuera así o así. Después de ver mucho tú aprendes e intentas seleccionar lo que es bueno y lo que es malo.
P. ¿Qué opina sobre el vacío que existe entre que un recién titulado sale de la Universidad y recibe trabajo o le dan su primera oportunidad para ser periodista?
R. Es el principal problema con el que se encuentra ahora mismo el estudiante de periodismo. Para mí la solución, como consejo que daría yo al estudiante de periodismo, es que no deje llegar ese vacío, es decir, que mientras que estudia ya intente incorporarse, en las condiciones que sea, al trabajo; que llame a todas las puertas del mundo para conseguir trabajar, que tenga un blog, que empiece a hacer prácticas de lo que está estudiando. Lo más importante sí es meter la cabeza en un sitio y ahí hay tres fórmulas: o bien tener contactos, que no son malos, que en la vida todo son contactos y que si uno tiene contactos tiene que aprovechar como sea para meter la cabeza; otra es la formación, a veces se consigue con un buen expediente académico abrir puertas; y otra es el carácter, y es lo que más hay que utilizar, la perseverancia… Y para eso a veces toca aceptar condiciones laborales iniciales casi insoportables pero que hay que soportar y luego una vez,  mediante el carácter, demostrar que se es el mejor.
P. Mucha gente tiene la idea de que usted es uno de los “mejores periodistas deportivos” que hay en España debido a su escritura.
R. Creo que son frases muy hechas. Sí es cierto que uno lo dijo una vez y ya la coletilla se me ha quedado y vivo bien con esa coletilla. No sé si fue Segurola o quién lo dijo pero tú tienes esa etiqueta y ya vives de esa etiqueta instalada sin que la gente se repare mucho a pensar si es verdad o no es verdad. No sé. No tengo la vanidad suficiente como para considerarme un periodista demasiado admirado.
P. Sin embargo, usted ganó el Premio Nacional de Periodismo de la Liga de Fútbol Profesional en 2002.
R. Sí. De ese reportaje sí estoy bastante orgulloso. Fue un reportaje con Raúl. Fui el primer periodista que escribió de Raúl en su época de juveniles en el Atlético de Madrid y me acuerdo que cuando todos hablaban de una generación del Atlético que consiguió meter muchos goles yo vi que el bueno era Raúl. Además me llevé muy bien con él. Me pareció un chaval con una historia por dentro realmente llamativa y luego, al cabo de 10 años, se me ocurrió juntar a todos aquellos chavales con los que yo había convivido para esos reportajes y fue algo muy impresionante para mí. Veías cómo había cambiado esa gente, cómo había cambiado Raúl, las sensaciones que producía ese reencuentro. La verdad es que fue un reportaje que vivirlo ya fue una experiencia fabulosa y luego creo que sí supe transmitirlo en papel. De ese reportaje estoy muy orgulloso.
P. Usted empezó como profesional del periodismo en la agencia EFE, luego recaló en Onda Madrid, escribió en el ya desaparecido diario Ya y posteriormente, en 1990 formó parte del diario El País, donde trabajó durante 13 años (2003). ¿Cuánto cree usted que le marcó vivir una etapa tan larga en un mismo periódico?
R. Todo. No sé si por vivir una etapa tan larga o porque de verdad lo que viví me impresionó mucho. Aunque suena a tópico, yo me hice periodista y persona en El País. El periodista que soy y la persona que soy se construyó en mis trece años en El País. Le tuve una admiración casi fanática a lo que vivía, posiblemente vivía dentro de una burbuja en la que me creía que estaba viviendo el periodismo de verdad, el real; pero luego, una vez fuera, me ha decepcionado mucho El País y me fui decepcionado por algo idílico en lo que creía. Pero esos trece años, sin duda, me marcaron profesional y personalmente.
P. ¿Qué hay de cierto en que durante esa etapa usted recibió presiones de José Ramón de la Morena por lo que usted pudiera escribir sobre él?
R. Pues todo de cierto. Tampoco escribía mucho de él pero si de alguna historia yo he recibido presiones fue por una entrevista que le hice a de la Morena que él creía que iba a ser una entrevista zalamera porque estábamos en el mismo grupo, pero yo no sé hacer entrevistas zalameras. Mis entrevistas no sé si son buenas o malas pero siempre les pongo un punto casi impertinente de preguntas impertinentes hacia el entrevistado. Eso por lo que escribí de él, y luego tuve otro incidente que fue con una entrevista que hicimos Diego Torres y yo a Vieri en la que Vieri de pronto despotricó contra Antic como no se recuerda y el titular era: “Antic es un pobre hombre y una mala persona”. Aquello provocó su salida del Atlético de Madrid y me acuerdo que me llamó de la Morena por la tarde y me dijo: “Hombre, amigo, ¿me podrías pasar la cinta de la entrevista?”, y yo le dije: “No, a Vieri le aseguré que esa entrevista sólo era para prensa, que la grababa para tener el testimonio y no te la puedo dar”. Y me acuerdo que me colgó automáticamente. Y luego mi salida de El País tuvo mucho que ver con de la Morena porque forzó a la casa a que me obligaran a dejar la Cope porque Abellán le había insultado en un programa de radio. De alguna manera quiso darle una patada a Abellán en mi culo y a mí me decepcionó que El País me pidiera eso, sobre todo porque el comportamiento que había tenido Abellán con de la Morena era reprobable pero el que había tenido en ese episodio de la Morena con Abellán y con compañeros de la Cope era todavía mucho más reprobable. Me pareció una humillación excesiva que El País, después de trece años de lealtad y fidelidad absoluta me exigiera, por un capricho de de la Morena, el tener que dejar la Cope. Y entonces al final lo que hice fue irme de El País.
P. Posteriormente se incorporó al diario Marca como redactor jefe hasta febrero de 2005, fecha en la cual la dirección corría a cargo de Elías Israel.
R. Efectivamente me llama Elías Israel, que ya me había hecho una oferta previa para ser subdirector de Marca, y yo exigía un blindaje en el contrato, pero al irme de El País mis condiciones ya no podían ser tan fuertes y acepté llegar como redactor jefe sin blindaje. Y así me fue, que al año me despidieron.
P. ¿Qué opina sobre los despidos que Manuel Saucedo realizó y que tuvieron cierta repercusión como el de Enrique Marín, el de Javier Gómez Matallanas o el suyo propio?
R. Yo creo que fue, más allá de por lo que a mí me salpicara, una de las decisiones más surrealistas, nefastas y estúpidas que ha tomado un periódico casi en la historia del periodismo. Casi de pronto Marca, que tenía un capital profesional brutal, y por los caprichos del nuevo director, que no se qué pretendía conseguir; le quitó mucha munición a Marca y se la puso en bandeja a la competencia. De hecho, ninguno de los periodistas que fuimos despedidos entonces tuvo ningún problema en encontrar trabajo. Al revés, lo encontró en la competencia.
P. ¿No cree que a la larga, los que fueron despedidos, salieron ganando?
R. Sí. Sin duda. No es mi caso porque yo sólo llevaba un año y no tuve ninguna fractura emocional porque la mía fue dejar El País, pero sé que esa gente que fue despedida como Enrique Marín, Javier Gómez Matallanas, incluso el propio Elías, aunque no fue despedido pero le ofrecieron seguir por detrás y él por dignidad se fue; para ellos Marca sí era su vida, habían trabajado con la camiseta de Marca puesta y fue un golpe emocional demasiado duro. Evidentemente, su carrera profesional ha ido a mejor. En todos los casos además.
P. El diario Marca siempre ha sido la referencia nacional, e incluso internacional. Actualmente está bajo la dirección de Eduardo Inda, ¿cómo ve la política editorial que le ha dado?
R. Peligrosa. Peligrosa pero al tiempo atractiva. Ha roto con lo que era Marca, el Marca tradicional, pero a su vez ha conseguido despertar el periodismo, un periodismo que estaba muerto. De una manera muy particular, muy peligrosa, “terrorista”, haciendo demasiado ruido; pero es cierto que ha conseguido que no se hable de otra cosa en el periodismo deportivo que no sea Marca. Sí es cierto que ha conseguido, posiblemente, más fobias que filias y que haya lectores muy puristas que no les guste esa línea. Tal vez no era necesario que cambiara una línea cuando, en teoría, ya era el número uno, pero es evidente que ha conseguido que todo dios hable de Marca. Otra cosa es que no es el periodismo que yo haría. Yo tengo otro estilo, pero le reconozco un mérito a lo que ha hecho Inda. Sobre todo en lo personal, porque creo que era alguien a quien no conocía absolutamente nadie en el periodismo deportivo y en un año se ha convertido en el periodista del que más se habla.
P. ¿No se queja usted también de que para ver una noticia de un equipo madrileño que no sea el R. Madrid o de otro deporte incluso haya que irse hasta la página 12, 14, 16?
R. Él ha hecho una apuesta clara por lo que es el R. Madrid. Marca es el R. Madrid. Yo no lo haría así, pero incluso nosotros nos tenemos que adaptar a que no hay otra cosa ahora mismo en el deporte que no sea R. Madrid o Barcelona. No se consume otra cosa. Creo que sí es tarea del periodista pelear por esa bipolaridad absoluta de la información, por eso decía que en parte el periodismo deportivo ha muerto, porque nos hemos rendido y entonces como ahora mandan los intereses comerciales es evidente que si Marca quiere vender tiene que conquistar al lector madridista, y es lo que está pretendiendo. Puede que le lastime algo en el sector barcelonista pero hay que reconocer que España es así: o es madridista o es antimadridista.
P. Usted dice que no lo plantearía de esa manera…
R. Yo no haría el Marca así. Pero reconozco que mi Marca quizás no fuera tan rentable.
P. Pero, ¿no sería así por principios éticos de querer informar a todo el mundo y dar la última hora al lector de Huesca sobre su equipo o porque usted no es afín a la ideología del R. Madrid?
R. No, no. Más allá de mi ideología hacia el R. Madrid o camiseta, aunque yo en este oficio no tengo camiseta pese a que se me atribuye; tampoco lo digo por ganarme al lector de Huesca porque tenga la información de Huesca, porque posiblemente yo tampoco diera información de Huesca. No es una cuestión de ética, es según yo concibo el periodismo. La noticia no tiene que tener un color, es decir, no es noticia lo que salga del R. Madrid y deja de serla lo que no tenga que ver con el R. Madrid. Creo que para hacer un buen periódico hay que poner siempre las mejores noticias, las más atractivas, que por su propio peso la mayoría de las veces serian del R. Madrid o del Barcelona. Evidentemente, lo que yo haría sería que la mejor noticia fuera la que abriera un periódico. Es mucho más fácil hacerlo en un periódico de información general que en un periódico deportivo. También lo digo porque es evidente que hay portadas que no venden en cuanto no aparece el R. Madrid, y es así. Pero si en un periódico informativo general no conseguimos vencer esa tentación de hacer bipolar la información, y te hablo del caso de Público; pese a mi criterio, más o menos la línea general es que lo que más vende es R. Madrid y Barcelona. En Barcelona hay que abrir con el Barcelona y en Madrid con el R. Madrid. Creo que en Madrid conseguimos esquivarlo algo más pero no es el periodismo que yo he aprendido, es el periodismo que nos ha tocado vivir y cuesta mucho salirse de esa idea porque pareces marciano si te la saltas.
P. Anteriormente ha expresado la afirmación de que Marca es el R. Madrid…
R. El objetivo de Marca es el R. Madrid.
P. ¿No cree que se busca un control exclusivo o casi abusivo de tener una influencia muy importante sobre el R. Madrid y de todo lo que ello conlleva?
R. El periodismo, en general, posiblemente el periodismo mal entendido; busca poder. Es cierto que, generalmente, el periodista no acaba de saber guardar la distancia suficiente con el asunto del que informa y trata de influir, a veces de manera excesiva, en ese asunto. Marca, As, y en general todo el periodismo; pretende tener el control sobre el R. Madrid. Recuperar el mango de la sartén que últimamente lo tenían los clubes, y en concreto el R. Madrid lo ha conseguido tener. Incluso me atrevería a decir que tiene el mango de varias sartenes del periodismo, y Marca, con métodos dudosos si quieres, está consiguiendo que no esté claro quien lleva el mango ahora mismo

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