viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Una nueva etapa?

Con la salvedad de la ocupación novedosa de David Moyes en el banquillo del Manchester United, la entidad de Inglaterra apenas ha variado con respecto a los días en los que Sir Alex Ferguson comandaba todos los aspectos que incumbían a la misma. Por ello, tras escuchar una reflexión de Axel Torres en Planeta MI surgieron varios puntos interesantes de análisis. En concreto el elogio sin fisuras a la plantilla del ManU. Es una evidencia que el refuerzo, por parte de D. Moyes, ha sido mínimo, lo cual favorece a la continuidad de la idea, del estilo anterior. Preexistente.

Y repasando las principales características del mismo uno recuerda que el principal hecho positivo que se inculcaba a la plantilla era el denominado “gen competitivo” que ésta poseía por la influencia directa de Sir Alex Ferguson. Es decir, en infinidad de ocasiones se hacía referencia a tal concepto para explicar victorias sin brillo, sin fútbol. Victorias que suponían títulos y, sobre todo, campeonatos de Premier League.

Incluso J. Mourinho, a su llegada a Londres, estableció sin ningún tipo de duda al respecto que los ganadores anteriores de la edición inglesa no habían poseído ninguna brillantez ni un nivel elevado. Por tanto, y a tenor del despliegue del ManU en la presente temporada, me resulta chocante que Axel establezca a la entidad de Manchester en unos niveles tan valorativos positivamente. Porque no ha cambiado prácticamente nada.

De hecho, la que se postulaba como nota diferencial en el proyecto de D. Moyes (Fellaini) no sólo no aporta lo esperado sino que parece que no se le espera en un corto plazo de tiempo. Así, la pareja Carrick – Cleverley ya existía en el pasado y no se contemplaba con tanta exaltación. Es más, tan rebatible es la afirmación “Carrick gana campeonatos nacionales (Premier League)” de Axel como que el contexto de esos triunfos exhibe a contrincantes nada comparables a los actuales.

Que cuando J. Mourinho establece que existen 6-7 candidatos al título, a pesar de que sabemos que lo hace para restar presión a su combinado, evidencia la cantidad de equipos con aptitudes y recursos para copar los primeros puestos de la clasificación. Y si alguno falla, que no está siendo el caso, por el momento, se ubican en primera línea de exposición pública las conocidas “revelaciones”, si bien el proyecto del Southampton siempre ha poseído dos puntales necesarios para llegar a la situación actual. Esto es: capacidad de maniobra económica y estructuración en la confección de la plantilla.
Kagawa MP

Ello ha quedado evidenciado en el partido v Everton. Si bien D. Moyes introdujo ciertas variaciones por las ausencias en el combinado, lo cierto es que no se vislumbró una actuación sin fisuras. Welbeck pasó a jugar en la banda izquierda, dejando así la zona central detrás del delantero a Kagawa. En esa posición es donde más ha rendido el japonés en toda su carrera durante su estancia en Dortmund y donde se dio a conocer para la opinión pública internacional. En muy pocas ocasiones ha podido interactuar en esta demarcación porque la presencia de W. Rooney y R. Van Persie condiciona todo. Esta variación provocó dos principales repercusiones en el juego.


Welbeck en campo propio

Welbeck, durante gran parte de la primera parte, bajó excesivos metros para entrar en contacto con el balón. Tanto que en algunas ocasiones se le vio jugar en campo propio. El centro del campo lo conformaban Fellaini y Giggs, si bien volvieron a evidenciarse como la zona más problemática para Manchester United. Ninguno supo combinar con Kagawa y fue territorio del Everton gracias a la actuación de Barry y McCarthy sólo reforzada por Barkley en momentos puntuales del segundo periodo.


Espacios a la espalda

Ante la presión en bloque alto, elevada, que realizó el conjunto local, los espacios en la zona central fueron amplios. Fellaini, partícipe del mayor desgaste en esta tarea, avanzaba metros para intentar recuperar el balón cerca del área rival. El principal riesgo era dejar a Giggs como único representante de ManU en el centro del campo. Si Everton conseguía superar esa primera línea de presión ya contaba con espacios en un área capital de acción. No existía ninguna figura que pudiera realizar coberturas y tanto la transición defensiva como el equilibrio del equipo se resentía de manera evidente.

Por tanto, ¿por qué no me parece acertada la afirmación y elogio hacia ManU? Porque se trata de algo que ha variado mínimamente, y no se establece que nada por la evolución evidente que experimentan jugadores de corta edad. Porque sigue sin tener un ideal de juego definido. Porque sigue dependiendo del estado de forma y acierto de Wayne Rooney y Robin Van Persie. Porque ya no va a ser campeón con lo anterior por el nivel presente de sus rivales.

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