miércoles, 17 de febrero de 2016

Variantes, cambios y una nueva imagen

La decisión de la AS Roma de destituir a Rudi García en detrimento de Spalletti, tras seis jornadas disputadas en la Serie A, no sólo está resultando positiva por el cambio de balance en los resultados obtenidos, minimizando la diferencia de puntos con respecto a los puestos de Champions League de seis a dos puntos. Además, la capacidad táctica que está exhibiendo el conjunto romano es uno de los principales motivos para aseverar que la Roma, en vísperas de enfrentarse al Real Madrid en la competición internacional, es un conjunto radicalmente opuesto al que actuaba con el técnico francés en el banquillo.

Tanto las distintas ubicaciones espaciales en las que se desempeñan varios jugadores como la fiabilidad con el esférico en posesión propia, establecen que los de Spalletti sean capaces de manejar diferentes registros futbolísticos. No en vano, distintos esquemas de juego y formaciones ha implantado el preparador italiano, con indiferencia del resultado conseguido. La idea que transmiten siempre es la misma y, sin ningún tipo de duda al respecto, la convicción que desprenden los futbolistas al realizar los automatismos y mecanismos implantados por Spalletti demuestra que los conceptos se ha asimilado con prontitud.

La Roma ha jugado y puede jugar tanto con defensa de tres centrales como de cuatro efectivos al uso. La inclusión de De Rossi en el centro del zaga, de manera fija y perenne, habilita una salida de balón más limpia, ya que la pareja (indiscutible) Rüdiger-Manolas no poseen unas aptitudes extremadamente sobresalientes en esa faceta del juego. No obstante, Spalletti ha utilizado esa formación incluso cuando el capitán no se encontraba disponible. De tal manera, en fase ofensiva el lateral izquierdo centraba su posición para ser el tercer hombre en la línea de atrás, dejando todo el sector derecho para el lateral (Maicon, Florenzi). Así, el lateral confluye como un efectivo más en la zona de tránsito del balón en primera instancia. Esto se complementa con la presencia de un extremo fijo en la banda izquierda (Stephan El Shaarawy), evitando que un mediocentro tenga que ubicarse escorado en ese sector. Esa 'asimetría' que se produce con el movimiento de ambos laterales, siempre realizado cuando Kuzmanovic es titular, se compensa con la figura del italiano, más centrado en tareas ofensivas que defensivas. Por el contrario, si Digne es el lateral que comienza el partido desde el comienzo, nunca se ha presenciado tal variante, siendo la defensa de cuatro jugadores la establecida.















Aún así, independientemente de quien actúe por ambas bandas, la presencia de los laterales o carrileros en campo contrario es constante. Especialmente es relevante en el sector derecho, ya que el jugador ofensivo que parte desde esa zona (Salah) no habita ahí la gran parte del tiempo. La libertad que concede Spalletti a los dos defensas es plena y cuando se proyectan en ataque juegan, incluso, realizando funciones de extremo. En ese contexto, Florenzi sale más favorecido en la comparativa personal con Maicon, ya que posee mayor recorrido y constancia física. A la diferencia establecida anteriormente con respecto a Kuzmanovic y Digne, hay que añadir la de la precisión en los centros al área. El francés es mínimamente superior, puede combinar en posiciones más centradas y se prodiga más en disparos lejanos desde fuera del área.
















En ese funcionamiento escalonado, la pieza clave es Pjanic. El bosnio retrasa su posición en exceso a la hora de sacar el balón jugado. Incluso, no es extraño contemplar que su ubicación está cerca de la de los defensas. Se coloca siempre detrás del jugador defensivo y físico, del mediocentro posicional, porque es el elegido para entrar en contacto con el balón tan prontamente sea posible. De ello dependen los intereses de la Roma en cuanto a transiciones generadas desde primera línea de exposición se refiere. Incluso se ha vislumbrado tal hecho jugando De Rossi en el centro del campo. La manija del equipo la lleva Pjanic, concedida por Spalletti. Precisamente con balón, manteniendo largas y elevadas posesiones, los italianos pueden crear desajustes en el Real Madrid, tanto por la timorata presión que realizan los de Zidane como por la inoperancia que experimentarían sin la posibilidad de atacar.
















El otro nombre propio en el centro del campo de la Roma es Nainngolan. Habita en posiciones adelantadas, las propias a las de un mediapunta, pero no juega como tal. Si bien su aporte ofensivo es realmente elevado, aprovechando la llegada desde segunda línea libre de marca, resalta sobremanera su capacidad presionar al rival en campo contrario. Esta variante defensiva, que se realiza sin una presión con bloque alto por parte de la Roma, consiste en un marcaje al hombre al mediocentro rival encargado de generar la salida de balón. Ante el Real Madrid, la disyuntiva será si se centrará el foco en Kroos o Modric, ambos aptos y habituales en esas tareas.















En términos puramente ofensivos, si por algo se ha caracterizado la Roma con Spalletti es por la presencia fija de tres jugadores: Salah, Stephan El Shaarawy y Perotti. Siendo los dos últimos adiciones nuevas al plantel en el mercado de invierno, sus apariciones se cuentan como fijas en el equipo romano. La salida de Gervinho se ha visto subsanado por la llegada del extremo italiano. Siempre actúa por la banda izquierda, pegado a la cal, con la consigna clara de conformar desequilibrios en la zaga rival mediante regates y acciones individuales. Es lo que aporta un jugador tan desequilibrante en el uno contra uno, poseedor de una creatividad tan importante como notoria. Normalmente suele recibir un marcaje fijo del lateral rival, si bien es capaz de finalizar jugadas dentro del área, tras realizar diagonales hacia zonas centrales, con mayor precisión que Gervinho.
















Por su parte, Salah es la pieza pivotal del ataque de la Roma. El egipcio lo eclipsa todo partiendo desde la banda derecha. Y es remarcable tal hecho porque habita en posiciones centrales para estar en permanente contacto con el balón. Se ofrece, combina y fabrica desajustes en el equipo contrario. Cuando consigue transitar con balón entre los mediocentros y defensas rivales, la indecisión o salida del central provoca que la opción del lateral propio en la banda derecha disfrute de metros y espacios. A su vez, también posee las variantes de combinar con Nainngolan o Perotti en territorios más centrados e, incluso, filtrar pases a la espalda de la defensa rival para la entrada desde banda de Stephan. Todo ello es posible para Salah por su entendimiento del juego, factor diferencial para comprender su desempeño en zonas tan sensibles del terreno de juego.



Junto a él , la llegada de Perotti ha dado muchas variantes a Spalletti. Le ha utilizado en tres posiciones distintas del frente del ataque: por la izquierda, detrás del delantero, cuando juega Dzeko; y como delantero mismo, haciendo las funciones de falso 9. El factor común en todas esas demarcaciones es su participación en el juego. Posee un peso específico dentro del equipo, a pesar de ser un recién llegado, porque el entrenador italiano así lo considera. Su alto nivel y aptitud para realizar combinaciones sin fallo alguno son el gran aliciente y argumento para entender tal decisión.

















No obstante, lo negativo es que, en ocasiones, no existe la figura de un jugador en zona central fijando la ubicación de los centrales rivales. Esto se debe a la continua movilidad que aporta el argentino, algo que le demanda Spalletti, y que provoca que Salah y Nainngolan puedan aparecer sin una constante marca rival.




A la espera de vislumbrar y analizar el rendimiento que ofrece el equipo de Spalletti en la Champions League, el cambio realizado establece que las garantías para competir ante un equipo de mayor entidad y nivel sean fehacientes y palpables. “Queremos confirmación en el progreso que estamos haciendo y es el partido perfecto para entender si estamos en la buena dirección o no. No considero que haya ningún favorito, ambos equipos tienen un 50% de llegar a la siguiente ronda”, declaró Spalletti en la rueda de prensa previa al partido. “No me sorprendería si aún estamos en la competición después de esta eliminatoria”. Aviso para escépticos.

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