jueves, 7 de octubre de 2010

Más tarde que pronto


Hay jugadores que ante una caída responden con furia y ganas de superación, pero todo indica que éste no es el caso de Pedro León, jugador de la primera plantilla del Real Madrid que vio como sus presencias tanto en las convocatorias como en los terrenos de juego se han visto reducidas considerablemente tras un desencuentro con su actual entrenador, José Mourinho. Bien es sabido por todos que las reprimendas en público por parte del mismo tienen un único fin: aumentar la confianza de sus jugadores en ellos mismos a través de unas ganas de superación y trabajo extra. Por el contrario, no siempre da el resultado esperado.
El ser y sentirse un jugador importante en un club de entidad menor fue una de las claves para el gran rendimiento acaecido por el jugador en su estancia en Getafe. Sabedor de sus cualidades, la confianza transmitida tanto por el cuerpo técnico como por la entidad refuerzan la autoestima personal que cada uno posee hasta límites de mejora profesional y aumento del nivel de juego. Los automatismos son difíciles de cambiar, las sensaciones influyen negativamente en ciertos aspectos y por ello se dan situaciones de un claro bajón anímico.
Lo único cierto es que el encargado de resolver esta situación es el propio jugador, mas si su actitud es de desesperanza y tristeza todo apunta a un cambio de aires. Cabe resaltar que su fichaje no fue una petición expresa del entrenador aunque contó con su visto bueno. La irrupción del joven Di María y el esquema con el cual plantea los partidos José prevalecen sobre las condiciones futbolísticas y físicas del murciano. Ver su capacidad de mejora y trabajo tras estos hechos son una buena mara de medición sobre su potencial y valía futbolística. Muchos ya argumentan que no es un jugador de equipo grande, muchos ya le buscan una salida pacífica.

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