domingo, 25 de agosto de 2013

Sin Bale se juega distinto



Si por algo se caracterizaba el Oporto entrenado por André Villas-Boas era por un sistema definido con el 4.3.3 como dibujo preferido. La zona central, formada por tres jugadores de diversas características, era el motor del conjunto y una de las parcelas más esenciales. A pesar de configurarse como uno de los mejores técnicos jóvenes en Europa con ese esquema, el técnico portugués tuvo que ver como necesario variar esa concepción cuando arribó en Londres. No la primera vez, en el Chelsea, donde sí mantuvo esta idea, escasa en el tiempo; sino una vez confirmado como nuevo técnico del Tottenham.

La temporada pasada el 4.2.3.1 era el esquema que mejor se acoplaba a la plantilla, si bien tuvo variaciones en la colocación de algunos jugadores tras el estallido definitivo de G. Bale. Que el jugador de Wales pasara a jugar como mediapunta suponía que mediapuntas de origen tuvieran que ver su colocación escorada a una banda. Pero el nivel del jugador suplantaba esas posibles carencias con sus actuaciones. Y AVB, por tanto, no variaba un ápice el dibujo y el despliegue del equipo.

Con el conocimiento de la marcha de G. Bale todo parece cambiar. Esto es obvio si se atiende a la dependencia que se tenía sobre el mismo. Y ello no era negativo, ni siquiera elegido, puesto que cuando se posee a un activo de tal calidad es coherente que se produzca tal evento. Así, las adquisiciones realizadas por el conjunto de Londres (Tottenham, no Arsenal) han supuesto que, sigilosamente, AVB haya podido ir implantado el cambio con el cual iba a sentirse más cómodo. Es una vuelta a los orígenes, al esquema que le hizo reinar en Portugal y Europa, produciéndose de manera clarividente ya en la segunda jornada de la Premier League.

Capoue - Paulinho - Dembele


Los tres jugadores que ocuparon la zona central fueron Capue, Paulinho y Dembele. El primero como mediocentro y los dos posteriores como interiores. De esta manera se ha podido ver al jugador brasileño actuando en áreas más cercanas al área rival, aprovechando esa llegada que ha exhibido en la selección brasileña. Es una de las principales consecuencias que se derivan de este cambio de esquema, así como la cesión absoluta en la primera fase de creación de juego sobre los centrales y el mediocentro.

Marcaje a Capoue


Cuando a Vertonghen le impedían ser el protagonista en este suceso y a Capoue no le permitían realizar tal acción por un marcaje individual la solución que se asemejaba como inmediata era que Dawson aprovechara los espacios creados por tal emparejamiento. Eliminados las dos primeras opciones de salida de balón el, quizás, menos habilitado para ello era el encargado. Éste es un tema a optimizar por parte del Tottenham ya que, precisamente por la disposición táctica, tanto Paulinho como Dembele se ubicaban en metros superiores a los de Capoue y no participaban en la salida.

Llegada de Paulinho


Otra derivación de jugar con dos interiores es que los extremos no permutan por sectores centrales con demasiada asiduidad. Están fijos en sus correspondientes bandas y la función principal que se les demanda es el desborde y el ensanchamiento del campo. Su adecuación con los laterales torna como capital y supone que se disfruten de hasta tres efectivos en una zona escorada del terreno de juego: el extremo, el lateral y el interior de ese sector.

Jugadores en banda fijos


Es evidente que AVB maneja las posibilidades que ofrece este dibujo táctico por conocido y experimentado. La salida de G. Bale optimiza que esto se produzca y jugadores como Holtby o Sigurdsson ya no verán, en principio, su ubicación desplazada a una banda. Ya no tendrán que actuar como extremos ya que la posición de interior les puede ser ajustable por considerarse como mediapuntas y aptos con el balón en posesión. No obstante, la primera opción parece ser el trío Capoue – Paulinho – Dembele. Aportan físico, llegada, recuperación y combinación. Probablemente sean capitales para este Tottenham.

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