Alemania mantiene su paso firme en la fase de clasificación de cara al próximo Europeo de 2012. Tal es así que su victoria v Austria fue un tanto desmerecida debido a los méritos realizados por su rival y a la escasa aportación de los germanos. Hummels y Schmelzer fueron de la partida, representando al campeón B. Dortmund, de tal manera que gran parte de las miradas estaban sobre la figura del primero, capaz de sacar el balón desde la primera línea con criterio. No obstante, en la previa Löw llegó a afirmar que la capacidad de elaboración de juego del propio Hummels debía mejorar ya que en su club de origen se realizaba a través de balones aéreos. Cierto es que este recurso no se vio en exceso en el encuentro internacional y la polivalencia del jugador quedó plasmada en su rol de MC a través del cual jugó el segundo periodo tras la entrada de Badstuber. Se producía mayor toque de balón y capacidad de asociación con Özil, siendo una variante interesante pero pocodiferencial en el juego.
La falta de ritmo en Alemania, así como su nula creación de juego con fluidez, no era la tónica general en partidos anteriores. Aún así era capaz de doblegar a su rival y aprovechar el estado de forma de Mario Gómez. Fue evidente cómo la escasa aportación de Hummels en la primera fase de salida del balón y Özil en tres cuartos produjo ciertas precipitaciones en el juego. Ni Podolski ni Müller desbordaron con frecuencia por las bandas y la actividad en el medio del campo era escasa. Quizás influyera que Khedira y Kroos no eran capaces de aportar fluidez y, ni mucho menos, velocidad en combinaciones. En el 89’ Mario Gómez mantenía el pleno de victorias en la fase de clasificación para los germanos siendo un partido muy completo, en términos generales, de Austria. La posibilidad que existe, siendo una consecuencia directa de este partido, es que el próximo Martes, de ganar a Azerbaiyán, se obtenga la clasificación matemática para la Eurocopa.
En el combinado francés M’Vila fue suplente y Gourcuff no estaba ni en el banquillo. Por ello el centro del campo francés se basaba en la pareja A. Diarra y Diaby. Nasri retrasaba en exceso su posición y no existía ningún tipo de fluidez con la posesión del balón. Debutando en la Selección Sakho, su pareja en el eje de la zaga era Rami, aportando el primero marcaje y robustez y salida de balón con pases aéreos el segundo. Era interesante evaluar esa primera experiencia entre estos dos defensas e incomprensible la aparición de Abidal como LI titular, estando durante la totalidad del mismo en el banquillo Evra. Quizás una de las variantes que se puedan realizar en la defensa sea la de incorporar a Sakho en el LI cuando el estado de forma de Evra no sea óptimo y juntar a Koscielny con Rami, obteniendo salida de balón en la primera fase con un gran despliegue físico de Sagna y Evra o Sakho en bandas.
Pero de lo que se aprovecha, y mucho, Francia es de la participación de Benzema. Es el delantero titular para Blanc y la asistencia que realiza en el gol de su combinado define su lectura de juego. No en vano, es un delantero que, dentro del área, cede el balón al compañero que llega desde segunda línea libre de marca, siendo en este caso Malouda. La conformación del centro del campo fue el lastre que produjo la falta de fluidez en la circulación de balón, siendo los aspectos positivos el trabajo realizado por jugadores con gran despliegue físico. El déficit se tradujo en un mínimo nivel de solidez y lo cierto es que le falta mucho a Francia para ser una Selección que dispute rondas finales en torneos de máxima exigencia. Blanc cuenta con recursos suficientes y conceptos futbolísticos. Sin duda van de menos a más.
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