1. Swansea
v Arsenal
Lo atractivo del encuentro residía en que jugaban dos
equipos con un alto porcentaje de posesión de balón. Tan alto que ellos dos se
colocan entre los nueve primeros de ¡EUROPA! en estos términos. Quizás para
algunos la estimulación que provoca el Swansea aumente a partir de ahora con la
participación, hasta final de temporada, de J. McEachran. Lo cierto es que el
trabajo que se lleva realizando en la entidad, ya incluso con Roberto Martínez
en el banquillo, define la ideología implantada en un club de Gales atípico. La
ocasión era propicia para aprovechar los empates de Tottenham y Liverpool:
existía la posibilidad de recortar dos puntos a los primeros en la lucha por la
clasificación para la UEFA Champions League y los mismos puntos a los segundos
para aumentar la ventaja respecto a las posiciones europeas. La derrota, en su
defecto, provoca que sea el Chelsea el encargado de aumentar las diferencias.
No puede existir ninguna excusa en el combinado de Wenger porque,
sencillamente, el Swansea fue mejor en un partido que recordó al disputado en
Alemania con motivo de la UEFA Champions League, at B. Dortmund. Ante un rival
que es superior con la posesión del balón el Arsenal defiende con los extremos
en la zona central para formar una línea de cinco hombres. Planteamiento
basado, exclusivamente, en la salida rápida tras recuperación. En esta ocasión,
obviamente, no fue satisfactorio.
1.1. Tottenham
v Wolves
El equipo de H. Redknapp es la sensación del momento en la
Premier League. Tras ganar la semana pasada su encuentro aplazado v Everton la situación era idílica y la
consecución de la competición nacional se postulaba como posible y real. Pues
bien, en el primer partido jugado tras igualar en la clasificación al
Manchester United el resultado no podía ser más nulo. Empate en White Hart Lane ante el decimoséptimo
clasificado y con todas las variantes y activos de la plantilla en el terreno
de juego. Porque ése es un detalle a tener muy en cuenta: el factor cansancio
mental y físico puede resultar determinante. Una de las características
principales que han de saber manejar en la entidad de Londres es la presión
mediática y la exigencia del entorno más inmediato. No siendo factores
habituales en unos jugadores que, en su mayoría, desconocen lo que supone
afrontar partidos de radical trascendencia cara a la consecución de un título,
la gestión de H. Redknapp versa sobre la motivación propia y la percepción de las habilidades del compañero. Los partidos ante rivales de la zona
alta de la clasificación determinarán, de manera definitiva, los objetivos
inmediatos. Obviamente, partidos como el del Sábado pueden hacer variar la idea
categórica, convirtiéndola en ilusoria.
2. O.
Marseille v Lille
Con la vuelta de la Ligue1 la jornada 20 deparaba el
denominado Grand Match. El equipo de
R. Garcia encaraba el choque tras la eliminación en Coupe de la Ligue at O. Lyon y sabiendo el resultado del Montpellier
y del PSG, los dos primeros clasificados. La presión aumentaba al considerar
que ambos ganaron sus respectivos encuentros y, por consiguiente, la
importancia de la victoria en el Vélodrome
aumentaba exponencialmente. Ahora bien, los locales están en continua
progresión, siendo su desarrollo continuo y causante de que en las últimas
cinco jornadas se hubieran conseguido 13 puntos. Ahí residía la clave de la
recuperación del O. Marseille: tras varios meses el equipo era regular y
eficiente. Y de tal manera se postularon en el terreno de juego: superioridad
máxima en todo momento sobre su rival y victoria merecida que les sitúa a tan
solo dos puntos de la tercera posición, la cual es apta para la UEFA Champions
League. Rémy fue la figura destacada, el artífice de dos goles y el jugador
sobre el cual una mirada estaba fijada con sumo interés. Ésa era la de H.
Redknapp, presente en el estadio, por lo que la rumorología sobre un posible
fichaje se eleva con argumentos. Cierto es que el Lille tenía numerosas bajas,
sobre todo en la zaga defensiva, pero el planteamiento y la imagen han sido
extremadamente pobres. La totalidad de puntos “salvados” por Landreau es muy
alta. Sintomático. El planteamiento ha sido meramente defensivo. Ilógico.
2.1. PSG
v Toulouse
El estreno de Carlo Ancelotti en el equipo de París se
produjo con anterioridad, mas la mística del contexto postulaba que el técnico
italiano afrontaba su primer partido en Ligue1 y, además, en el Parc des Princes. Las peticiones de
éxito se dan por supuestas, siendo su perfil el indicado, acorde a la opinión
de Leonardo, para dirigir un proyecto que toma visos de despilfarro económico.
Desde el primer momento se vieron aportaciones que no eran habituales en la
época de Kombouaré y, quizás por ello, el rival no opuso excesiva resistencia. Impactante
fue presenciar la suplencia de Gameiro, siendo Ménez el encargado de jugar con
un rol de continuo movimiento entre la zaga defensiva y los laterales rivales.
Fruto de esa permanente movilidad Pastore anotó un gol y, debido a este síntoma
expuesto, podemos esperar una optimización de los espacios con jugadores de
banda habilitados para combinar en zonas intermedias. Cierto es que la
herencia, en Ligue1, que se ha encontrado Carlo es bastante positiva. El
liderato ya era propio con Kombouaré en el banquillo pero, tras una jornada
mediante, la ventaja respecto al Lille ha aumentado. Obviamente, se debe más
a demérito del Lille que a mérito del PSG. Por el momento el Montpellier
aguanta el ritmo de victorias y puntuaje. ¿Será un rival serio para el PSG o,
simplemente, no encontrará oposición alguna?
3. AC
Milan v Inter
Derby della Madonnina.
Con la figura de Tévez de fondo. Por su indecisión y su apatía para volver a
jugar al fútbol. Afrontaba el partido el Inter habiendo conseguido cinco
victorias seguidas y con una sensación de confianza elevadísima. Porque esta situación
era impensable tras la marcha de Gasperini y porque tanto Forlán como Sneijder
han estado lesionados durante buena parte de los últimos meses. Con todo y con
ello, y a pesar de que el Milan era líder y la Juventus había empatado, existía
cierta convicción en que el Inter pudiera conseguir un resultado positivo. Quizás
el pragmatismo que ha implantado Ranieri ayude a ello. Lo cierto es que el
partido ha derivado en esa perspectiva y la sexta victoria consecutiva en Serie
A provoca que sólo sean ¡SEIS! los puntos que separen al Inter del liderato. El
mal menor para los de Allegri es ver cómo la Juventus no fue capaz de ganar en
feudo propio y, de tal manera, las distancias no se incrementan en exceso. Decisiones
como las de colocar a Emanuelson de trequartista
no benefician al colectivo. Aún así el Milan fue superior en varias fases del
partido, cotizando la totalidad de un 66% de posesión de balón. He ahí una razón
principal del por qué Ranieri planteó un esquema defensivo: la incapacidad del
rival en la zona central es evidente, la capacidad de ruptura en ¾ de campo con
el holandés es efímera. La Serie A engloba a seis equipos en seis puntos por la
lucha del Scudetto. Meraviglioso.
4. Oporto
v Rio Ave
Aparentemente puede que no sea un partido excesivamente
llamativo para la opinión pública pero lo que se decidía en este partido superaba
la estética del cartel. Jugaba el Oporto de V. Pereira ante su afición con la
obligación de conseguir otra victoria que, en este caso, le hiciera no aumentar
la desventaja respecto al Benfica. Porque el principal rival para ganar la Liga Zon Sagres había jugado su
compromiso liguero con anterioridad y la victoria se había producido con una
diferencia en el marcador considerable. Muchas dudas se ciernen sobre la figura
del técnico portugués, estando el equipo debilitado si lo comparamos con la
temporada pasada. Ciertas decisiones se critican de forma abierta, existiendo
el debate sin ningún tipo de censura. Y probablemente esto no sea beneficioso
para el colectivo pero menos lo es la retirada de Hulk a los 32 minutos de
juego por molestias físicas. La zona en la que actúa es, debido exclusivamente
a la salida de Radamel Falcao, un asunto que no termina de solucionar
fiablemente V. Pereira. Porque colocar al superdotado brasileño en la punta del
ataque supone variar la posición donde jugó la temporada pasada y rindió a su
mejor nivel en toda su carrera. Ni Kleber ni Walter terminan de entusiasmar y
la figura de James Rodríguez se erige como adyacente y peculiarmente
imprescindible. En esta ocasión sus dos goles mantienen la diferencia con el
Benfica, entusiasman tanto como los minutos disputados por Iturbe y definen la
responsabilidad del Oporto para con la progresión del colectivo. Sólo así la
plantilla de Jorge Jesus no podrá campeonar tras temporadas en el ostracismo.
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