lunes, 21 de enero de 2013

About the weekend


Aquel que sea un asiduo de este espacio encararía el O. Marseille v Montpellier con ciertas nociones sobre los locales. Lo expuesto hace escasos días evidenciaba algunos aspectos de juego del equipo de Baup y, poniendo en primer plano el pragmatismo del mismo, su posición en Ligue 1 se puede entender en mayor o menor medida. En el primer partido sin Remy, una vez confirmada su venta a QPR, se daba la situación de que podía ser, a su vez, el último de Yanga-Mbiwa con Montpellier. De confirmarse esta salida y la de Belhanda, por el cual se reciben y estudian ofertas en este mercado de invierno, aquel Montpellier campeón de Ligue 1 quedaría erradicado de manera directa. Sin ningún tipo de conexión sentimental y, ni mucho menos, futbolística. 

Acumulación de hombres y espacios en zona central

Como se esperaba, O. Marseille jugó con el mismo esquema y con Gignac como referencia, como "9". Esta continuidad en lo desplegado provocó que, lógicamente, se produjeran problemas en las combinaciones y acumulación de hombres en el perfil por el cual transita el balón. Como juegan sin mediocentros creativos, aptos con el balón, la estructura en transición a partir del esférico se rompe y generan muchos espacios en el centro del campo. Obligado Valbuena a retrasar su posición, en esta ocasión no se produjo tantas veces como fueron necesarias y la escasez de fluidez fue una nota imperante. 

Llegada segunda línea Montpellier












Llegada segunda línea OM

















Ambos equipos cayeron en el mismo error de marcaje en la llegada desde segunda línea de los rivales. Valbuena vive de ello, se nutre de ello e intenta optimizar en cada partido estas circunstancias. Montpellier, con el mismo esquema que su rival y con la figura del mediapunta en su equipo, también puede aprovechar estos desajustes. Pero la diferencia la marca la defensa propia y, como fue el caso, no surte efecto la potencialidad y acierto de los jugadores ofensivos si se permiten las mismas situaciones en el otro área. Deficiencias en la defensa que, unidas a fallos individuales, supusieron la victoria del equipo que saca más rendimiento a su pragmatismo. Al tercer clasificado de la competición nacional.



Hace poco más de un mes la FIGC hacía pública la sentencia en el denominado caso calcioscommesse. Y en lo referente a Napoli la sentencia provocaba una sanción de seis meses para Cannavaro y Grava junto al pago de una multa de 45.000€, así como la reducción de dos puntos a la entidad en Serie A. Pero, una vez presentada la reclamación, el nuevo fallo de la FIGC erradicaba lo estipulado con anterioridad. Esto suponía, por tanto, que Napoli se colocaba a sólo tres puntos en la clasificación de Juventus, el líder. 

Quizás por ello su encuentro at Fiorentina poseía, aún si cabe, más interés. Uno de los equipos que mejor juego realizada ante el ¿único? equipo capaz de poner en cuestión interrogativa la supremacía del club de Torino. Y, sin alteraciones en las alineaciones, las funciones definidas anteriormente se cumplían. Esto es: Fiorentina jugando con balón y Napoli esperando lanzar contraataques. A pesar de ello en varias ocasiones la presión de los visitantes sobre la salida rival se realizaba sobre los centrales, provocando graves problemas en la confección del juego. 

Presión Napoli y escasez de recursos en zona central

La conexión de la defensa con el centro del campo era nula y los espacios en zona central se conformaban como elevados para entender una buena transición primaria. El mediocentro de la Fiorentina no proporcionaba apoyos y la línea de tres centrales estaba marcada con cada jugador ofensivo rival. Los enlaces no se producían de manera fluida y, en cierta medida, los interiores no sabían leer esta situación a tenor de su elevada posición. 

Falta de apoyos en zona central

Esto era una constante porque en transición ofensiva, y una vez conseguido superar la primera línea de presión, los interiores seguían en ubicaciones nada favorables para la continuidad del juego. Los espacios entre la defensa y el centro del campo eran amplios y, en el mismo centro del campo, seguían definiéndose como excesivamente inhabitables. Lo cual, por otra parte, favorecía la acción de los dos centrocampistas rivales, los cuales no se encontraban superados en número en ningún momento y cuya basculación lineal era suficiente para taponar posibles líneas de pase.

Pocos mediocentros, excesivos espacios

Pero, curiosamente, alto similar le ocurría a Napoli cuando poseía el esférico. El esquema de Mazzari erradica un número elevado de jugadores en la parcela central y cuando un rival realiza una presión ordenada sobre la salida de balón a los centrales y carrileras la separación entre líneas es tan notable que los tres hombres de ataque no consiguen recibir balones en condiciones óptimas para optimizar recursos ofensivos. En ambos equipos, por tanto, no se enlazaba de manera apropiada la transición de la jugada y el punto / déficit común era la nulidad de peso específico en dicha parcela del terreno de juego. Sólo la entrada de Insigne varió el esquema y la idea de Napoli al desplegar hasta a ¡CUATRO! hombres en ataque. Recurso, esta vez, tardío e insuficiente.



Las ausencias de Cassano y Milito provocaron la titularidad de Livaja. Y Zeman, por su parte, no repetía la defensa con tres centrales desplegada entre semana en su compromiso de Coppa ante Fiorentina. Sin ninguna novedad destacable en las formaciones, Stramaccioni optó por imprimir a sus bandas un corte ofensivo y físico con la inclusión conjunta de Pereira y Nagatomo. Quizás sean las más idóneas para el planteamiento actual del Inter pero lo cierto es que no han coincido tanto como se esperaba. 

Ahora bien, para el entrenador romano las ausencias fueron notables. "We were missing a few players up front and we felt their absence a bit." Su rival, la Roma, pudo contar con su tridente ofensivo más reconocible (Lamela, Totti, Osvaldo) y la capacidad goleadora se presuponía, por tanto, imperante. Pero el encuentro no dejó grandes momentos de juego y pocas salvedades se pueden realizar al respecto. Guarín sigue siendo el jugador que más capacidad física aporta y, una vez confirmada la venta de Wesley Sneijder al fútbol turco (Galatasaray) su presencia en ¾ de campo va a ser una constante. Posición que, por cierto, no ocupó en su etapa en Porto, donde se evidenció como uno de los mejores mediocentros posicionales del panorama europeo.

Las cifras de Sneijder en las últimas cuatro temporadas en Inter no son extremadamente positivas y, sin ningún resquicio a la duda, su salida sigue confirmando el cambio generacional que acontece en la entidad de Moratti. Sólo hace falta estudiar la plantilla que, no hace tanto tiempo, protagonizó la mejor campaña en la historia del club.


Con Walcott ya renovado se presentaba el Arsenal en Stamford Bridge. Con F. Torres en el "XI" por el enrachado Demba Ba encaraba el partido el Chelsea. Y la jornada de Domingo en la Premier League comenzaba su primera función en un (otro) día de inmejorable marco. La ausencia de Arteta se puede definir como imperial para los intereses del equipo de Wenger y, por ello, Diaby y Coquelin formaron la pareja de centrocampistas. Wilshere actuó más liberado de funciones defensivas, en la mediapunta, donde realizó su mejor partido de la presente temporada escasos días antes de la disputa del mismo (v Swansea). 

Fue él quien realizaba una presión muy elevada sobre Lampard, quien retrocedía metros con el balón o en busca de él pero evidenciando problemas en la salida de balón del Chelsea. Pero esto no fue extremadamente hiriente por dos razones: 1) Sólo Wilshere adelantaba metros para presionar y las opciones de pase en la primera fase de creación de juego estaban sin marca. 2) La diferencia a la hora de definir cara a portería de Giroud y Mata.

Como consecuencia directa del primer puntos se vio un lenguaje corporal del protagonista muy preocupante para cualquier aficionado del Arsenal. Esa frustración, repetida de manera continua en el tiempo, era fruto del planteamiento complejo en su comprensión de Wenger. Repliegue en campo propio y cesión de balón. Pocas veces se ha visto al Arsenal jugar con porcentajes de balón tan bajos. Y para un equipo que se entiende a partir del mismo es algo semejante a un suicidio deportivo.

El cambio una vez iniciada la segunda parte fue radical. Y dos cambios sirven para evidenciarlo: 1) Ramsey como mediocentro con Diaby y Wilshere adelantados. 2) Bertrand en lugar de Oscar para optimizar las contras, para imprimir velocidad al equipo. Porque el Chelsea se dedicó a eso en los segundos 45 minutos. La superioridad de los visitantes fue tan inmensa que uno se preguntaba cómo era posible vislumbrar dos actuaciones tan dispares en su ejecución y actitud. Y el técnico francés, como no podía ser de otra manera, fue consciente de ello: We didn’t play well in the first half. In the second half we came out with a different spirit, a different attitude and were much more dangerous and dominated the whole second half.”



Ahora mismo se puede clasificar a los espectadores de la Premier League en dos categorías: los que quieren que Manchester United pierda puntos para que la competición no pierda emoción ni se sentencie de manera prematura y los que, quizás por su afiliación o simpatía a tal entidad, esperan que la racha de victorias y superioridad siga vigente. Lo cierto es que en su visita a White Hart Lane la actitud fue propia a la conquista del empate, a la no concesión de oportunidades al rival.

Jones entró en el centro del campo como pareja de Carrick rompiendo lo establecido hasta el momento al desplazar a Cleverley a una banda. Welbeck, habitante de la otra, veía cómo Kagawa se situaba detrás de Robin van Persie. Y sí, no aparece en la confección inicial. Rooney fue suplente. El perfil izquierdo en el que se movía Cleverley no le proporcionaba presencia y, por tanto, incidencia en el juego. Se cambió con Welbeck durante la primera parte pero el resultado, previsible, fue idéntico.

Totalidad de hombres en campo propio 

Con motivo de la "Africa Cup of Nations" Adebayor no va a estar disponible en las siguientes citas de Tottenham. Su ausencia es importante debido a que André Villas-Boas, desde el pasado mes de Noviembre, ha optado por jugar de inicio con él y Defoe, erradicando la figura del mediapunta. Es interesante ver esa evolución en el esquema y en la confección de la plantilla porque se encuentran datos de interés. Son dos esquemas conocidos que permiten al Tottenham actuar según el contexto. En esta ocasión tocó el que incluye a Dempsey detrás de Defoe y el dominio fue total. Abismal. Brutal. Posible por el planteamiento del ManU antes mencionado y por la actuación de David de Gea. Su compatriota en el otro área, para Ferguson, no hizo nada especial. Por tratarse de habitual, no de simple: "Robin did what he has been doing all season and got another gola for us."



Un Ajax v Feyenoord siempre es atractivo. Por su esencia. Por lo que supone. Pero en esta edición, desgraciadamente, en 40 minutos un joven de 18 años lo resolvió de manera directa. Sin capacidad de réplica. V. Fischer es, desde la temporada pasada, uno de los jugadores que más se mima en Amsterdam. Son conscientes de su potencial y de lo que puede suponer este danés para el próximo lustro de la entidad. 

Fallo en marca y fijación de fuera de juego

Extremo, preferentemente en el costado izquierdo, su presencia en las alineaciones de F. de Boer se están convirtiendo en una constante. Ya suma ocho con diez apariciones en Eredivisie pero lo que aporta al equipo pesa más que su DNI. Ayer, ayudado en el primer gol por el lateral rival, fue el protagonista absoluto. De producirse las ventas de Eriksen y Alderweireld el próximo verano será la referencia del Ajax. Sin haber cumplido la veintena de años. Como es habitual en Amsterdam.


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