lunes, 11 de marzo de 2013

About the weekend


Tras gestionar de una manera óptima le regreso a las rondas finales de la UEFA Champions League, el B. Dortmund jugaba el derby ante el Schalke sin ningún tipo de presión en el campeonato por el título y con la seguridad de la realización adecuada en la competición europea. Ahora bien, ya es común que en los encuentros de Bundesliga el interrogante sobre qué versión de los chicos de J. Klopp se va a vislumbrar esté presente. Y, curiosamente, fue el equipo local quien, en la previa de su choque de Vuelta en UCL (v Galatasaray), supo aprovechar el mal funcionamiento del segundo clasificado.

Llegada segunda línea

El fichaje (cesión) de Bastos ha habilitado al Schalke la inclusión del mencionado en el “XI” en la banda izquierda y, como medida derivada de ello, la ubicación de Draxler en la mediapunta. Esto es posible por la salida en Enero de Holtby (Tottenham) y los resultados estipulan tales decisiones como complementarias, estructuradas y manejadas. Una circunstancia tan sencilla como la llegada desde segunda línea para buscar la libertad en el remate la supo maximizar el joven alemán para determinar el devenir del encuentro. Ese hecho, tan primitivo como originario en los planteamientos de los equipos que juegan con mediapunta, no fue estudiado por el B. Dortmund. Unido a la fragilidad mostrada en los laterales la conjunción se torna como decisiva. Para ambos.

Nuri MC

Con resultado adverso la variantes de J. Klopp fue previsible: entrada de Nuri Sahin para interactuar con Gündogan y, posteriormente, entrada de Leitner para interactuar con Nuri. En ambas ocasiones fue éste el encargado de ocupar posiciones de mediocentro más retrasado respecto a su pareja, siendo el primero en entrar en contacto con el balón y el responsable de la salida, en primera fase, del balón. En un contexto desfavorable y con el equipo rival ubicado en campo propio la capacidad del turco con el esférico se esperaba como positiva para el colectivo. La incógnita es saber si la concepción de estas parejas se realizará en posteriores ocasiones de inicio.


Cuando Brendan Rodgers quiere juntar a sus principales argumentos ofensivos el cambio de esquema es necesario. Así, el 4.2.3.1 implantado para jugar v Tottenham tenía tintes muy marcados hacia una idea: atacar y proponer. Ser superior a partir del balón y optimizar los recursos en fase ofensiva que son propios. Gerrard se situaba a la misma altura que L. Leiva y, a partir de ellos, cuatro jugadores con funciones de ataque: Downing y Coutinho extremos, L. Suárez en la mediapunta y Sturridge como referencia movible.

4.2.3.1 Liverpool

Todo lo contrario realizó André Villas-Boas. El hecho de contar con Livermore y Sigurdsson más la pareja conocida de Parker y Dembélé provocaba que la ubicación del último se dibujara en la banda derecha, la del islandés en la banda derecha y los restantes en el centro del campo. Así, se daba entrada a un centrocampista más (Livermore) y G. Bale partía, desde el inicio, desde el centro.

Centro del campo Tottenham

Este hecho, influenciado por su actual momento de forma, es el que han experimentado en algún momento de su carrera jugadores tan desequilibrantes de origen en banda como Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Luis Suárez, Götze, Müller... Mientras sus actuaciones sean decisivas las críticas hacia esta decisión serán menores. El que edita no considera que sea lo apropiado teniendo en cuenta las características del galés. Como recurso puntual puede ser, y es, positivo. Como pauta perenne carece de validez.


Que la Fiorentina es uno de los equipos que mejor juego despliega en Italia se le escapa a poca gente. Que su irregularidad es la gran losa para entender resultados más positivos también. A su vez, que la Lazio está siendo una de las revelaciones de la temporada no se puede considerar como un pensamiento exagerado. Nada más lejos de la realidad. Y ambos, cerrando la jornada en la Serie A, propusieron una cita un tanto atípica. En las últimas fechas Montella está optando por erradicar una de las situaciones que hacen reconocible a su entidad: la defensa con tres centrales. Así, la confeccionada por cuatro hombres con Cuadrado en posiciones adelantadas es común desde hace pocas jornadas y esto, obviamente, le reporta dos consecuencias directas.

Defensa de 4 hombres

A saber: mayor presencia en ataque y posición de jugadores de banda en fase ofensiva más cercana al área rival. Cierto es que con el 3.5.2 los jugadores que habitan en banda tienen un recorrido elevado y presencia en campo contrario pero con la imposición, de partida, de dos extremos (del 4.3.3) la compañía a Jovetic es más cercana a ¾ de campo rival. La seguridad defensiva en los laterales es mayor porque existe presencia permanente y el centro del campo se mantiene semejante. Sólo los resultados dictaminarán qué ofrece mayores réditos a la Fiorentina pero el hecho de saber manejar distintas situaciones define al equipo como completo.


Cuando se realizaba el análisis del O. Lyon en este espacio se expresaba lo siguiente:

Ante equipos que le plantean, de inicio, una manifiesta superioridad O. Lyon no posee ningún reparo en retroceder metros, ceder el balón y mantener las líneas defensivas muy juntas. No se quiere conceder espacios y, cómo se exhibe en la imagen, se agrupan hasta ¡SEIS! jugadores a la altura de la línea del área. Las opciones para el rival son escasas pero la situación les ubica muy cerca de la portería. Ésa, en cierta medida, es la cuestión: colocarse cerca del esférico propio (con las consecuencias que conlleva) para erradicar cualquier espacio o realizar una presión más adelantada. La tónica establece lo primero cuando el planteamiento es defensivo, cuando se considera al rival superior; y la segunda se produce en el resto de citas.”

Centro del campo O. Lyon

El contexto ubicaba la presencia del PSG como principal provocador de ello y, por ello, no se dibujaba la posibilidad de que algo parecido ocurriera ante otros equipos de Ligue1. La variación del 4.2.3.1 se produjo respecto al O. Marseille y la participación de tres jugadores en zona central fue impuesta por R. Garde. En ocasiones Malbranqe adelantaba metros su posición, haciendo la función de mediapunta, pero no era lo reiterativo. Sí se produjo tal evento con la entrada de Grenier en el segundo periodo pero el empate sin goles fue, en palabras de M. Cox, “A bad reflection of Ligue 1, and a bad result for Ligue 1.”



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