jueves, 18 de noviembre de 2010

Inglaterra 1-2 Francia


Las bajas significativas de Inglaterra marcaron la previa de un partido que poseía como principal atractivo el debut de Andy Carrol y de Henderson por parte de los ingleses y la conexión entre Gourcoff-Nasri-Benzema en el combinado bleu. De tal manera, la primera parte de los franceses fue un claro ejemplo de lo que pueden ofrecer a Europa bajo el mando de Blanc: juventud, dinamismo y velocidad. Las transiciones francesas consistieron en toques rápidos y dirigidos hacia la referencia atacante (Benzema) que no paró de movilizar sus recursos con la intención de descolocar a una defensa inválida ante las internadas de Valbuena. Una jugada combinativa y al primer toque abrió el marcador, definiendo con la zurda ante el recuerdo de Ronaldo para muchos de los presentes. Inglaterra mientras seguía buscándose en el terreno de juego. En la reanudación, contraataque y definición desde la segunda línea de un Valbuena que fue decisivo en la banda con diagonales hacia la zona central del terreno de juego. Partido visto para sentencia y maquillaje del resultado gracias a un gol tardío de Peter Crouch a la salida de un córner.

- Estrategia de Capello
La incapacidad de Fabio Capello para buscar variantes a la hora de erradicar la superioridad del contrario fue lo más destacado y la nota negativa del choque internacional. Ninguna variedad ni ningún recurso, planificación lineal de un equipo con un esquema sistemático e invariable (4-2-3-1) con la referencia de Andy Carroll para superar líneas de presión a partir del balonazo al área rival. Cuando se trata del único recurso futbolístico (como lo fue ayer) para una selección de la categoría de Inglaterra, y al jugar dicho encuentro en tierras locales (Nuevo Wembley); el crédito del encargado de marcar la diferencia en la pizarra queda totalmente obsoleto y caduco. Ya no vale hacer una fase de clasificación brillante, lo importante es dar la talla en las citas importantes oficiales y conmemorativas.
- Francia ve atisbos de esperanza
Nuevos jugadores, nueva filosofía y nuevos métodos de entrenamiento y psicología. La llegada de Laurent Blanc al banquillo francés fue la única buena noticia del pasado Mundial de Sudáfrica, en el cual el terremoto galo ocasionó repercusiones políticas. Su discurso de renovación, juventud y disciplina se conformó como el principal argumento para confiar en la metodología de un entrenador que conquistó títulos con su pasado club (Girondins de Bourdeos). La firme decisión de que los internacionales mundialistas no vuelvan a vestir la camiseta gala se ha visto modificada al incluir a jugadores como Abidal, Malouda, Sagna… mas su discurso no varía y profesionales como Anelka, Henry, Toulalan; nunca son de la partida no entrando, ni siquiera, en las convocatorias. Su presencia ha finalizado y los argumentos franceses residen en promesas como Nasri, Benzema, Gourcuff, Clichy. Ellos son los encargados de volver a colocar a Francia en la élite mundial y sumar puntos FIFA de cara a una ascensión en el ranking. Su posición actual, definida en el 21º lugar, refleja que a día de hoy no hablamos de un candidato real a títulos ni de un combinado de categoría superior. El objetivo está marcado, la progresión continúa y su juego sustenta las demostraciones. Los grandes siempre regresan.

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