El punto que no admite ningún tipo de objeción es que el
Chelsea de la temporada 2011/2012 está en incesante desarrollo. O lo que es lo
mismo, el Chelsea de Villas-Boas está en una línea de continuo progreso. Y, en
la competición fetiche para el dueño de la entidad (Roman Abramovich), se ha
presenciado una variante interesante y esperanzadora. Tras tres jornadas de competición
en la fase de grupos el Chelsea es el líder de su Grupo, permanece imbatido y
la autoridad de su juego ante los rivales asignados es halagüeña. Tres meses de
competición y la situación no es negativa. Es más, los aspectos a resaltar
predominan sobre las críticas. Y eso, para un cuerpo técnico que acaba de
implantar sus identidades, no suele ser habitual.
- Oriol Romeu
Muchos dudan de su capacidad para mejorar a este equipo por
su edad. Otros increpan su aportación a raíz de su calidad. Cómo no, existen
voces que se muestran reticentes a dar excesivos minutos a un pivote
intranscendental. Mas todo ello sirve para, paradójicamente, reforzar la figura
de Oriol Romeu, petición expresa del técnico portugués a su llegada a Londres. Este
futbolista posee una cualidad muy difícil de poseer en el futbol contemporáneo:
todos los automatismos de la filosofía de juego del FC Barcelona. Su club de
origen, el que le ha formado desde la infancia, es la representación cuasi-perfecta
del fútbol de toque, asociación y estético. El detalle de exhibir el número “6”
en la camiseta ya es significativo. Y es que el internacional Sub-21 por España
ha disputado dos partidos partiendo desde la titularidad: v Fulham en Carling
Cup y v Genk en UEFA Champions League. Han sido suficientes para demostrar lo
que aporta como pivote puro, lo que genera en esa posición y lo que ha
implantado su aparición: por primera vez el Chelsea ha jugado, en fase
ofensiva, con tres defensas posicionales. Su inclusión en la zaga defensiva con
la posesión del balón en propiedad es un indicativo claro de la aprehensión
realizada en Barcelona, y siendo un aspecto perfectamente interiorizado
Villas-Boas concedió esa libertad táctica para aprovechar esta circunstancia perteneciente
al único jugador cuya concepción está manipulada hasta niveles altísimos. A su
vez Meireles actuó de interior, en una posición más adelantada y con un
permanente contacto con el balón. El evento representado por vez primera en
Londres es digno de mención. Puede que haya sido el precedente idóneo para la
nueva concepción futbolística en los blues.
- Lo compacto. Lo necesario
El que el equipo, en su totalidad, plasme en el terreno de
juego lo entrenado con anterioridad es el objetivo de todo entrenador. Cierto es
que cada vez más se reconoce al Chelsea por un estilo de juego definido y una concepción
propia a todos los jugadores de la plantilla. El rival no posee el nivel como
para valorar, en su justa medida, el anterior apartado mencionado y, por
consiguiente, no se puede calificar en el grado exacto la incidencia provocada
y la brillantez exhibida. A pesar de ello la realización en sí misma ya es un
motivo de satisfacción en el seno del Chelsea. El estado de unión, de colocación
y de automatismos es definible. Lo necesario en este sentido es seguir
apostando y mejorando todo lo relacionado con lo compacto, con lo impenetrable.
Probablemente la idea generalizada se base en la repercusión inmediata del
óptimo estado de forma reinante. Es un apartado a valorar. El proyecto,
obviamente, va a más.
Artículo publicado en Fútbol Británico: http://futbolbritanico.com/2011/10/lo-definible/
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