Era el partido. Era todo lo que los aficionados al fútbol en
Manchester anhelaban. Era todo lo que los interrogantes establecidos en la
Premier League necesitaba para despejarlas y redefinirlas. Sin ningún tipo de duda
el choque entre Manchester United y Manchester City va a derivar excesivas
consecuencias. Y es que, a buena fe, lo vislumbrado esta tarde en Old Trafford
rinde homenaje perenne a su denominación más arraigada: theatre of dreams.
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Evans y su influencia directa
El detalle determinante con el que Alex Ferguson va a
remitir sus reticencias a la victoria del rival se basa en la expulsión (merecida)
de Evans al empezar la segunda parte del encuentro. Hasta el momento el resultado
era ajustado (0-1) y la capacidad de ambos para conseguir ganar el partido
estaba presente. Y es que no se puede realizar ningún tipo de análisis si no se
atiende a este hecho diferencial. Es lo que condiciona todo. Se trata del evento
que marca la pauta a seguir a lo largo de los siguientes 40 minutos de juego. Con
todo y con ello hay muchos debates generados y muchos interrogantes, si bien la
gran mayoría de los ya establecidos se han resuelto para teorizar sobre lo que
puede deparar los siguientes meses de competición. Obviamente, tras lo abultado
y vistoso del resultado, las derivaciones negativas serán permanentes en el
seno del Manchester United. De la capacidad de mantener tanto el nivel como la organización
demostrada al inicio de la temporada emanan las principales aportaciones
necesarias para minimizar lo acontecido.
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Balotelli. Silva.
Tan distintos y tan parecidos. Balotelli y Silva son dos de
los nombres propios de esta cita. Ha quedado demostrado, incluso para su propia
mentalidad, que el joven díscolo Mario Balotelli rebosa talento, posee unas características
innatas para el desarrollo del fútbol y, por consiguiente, puede ser uno de los
delanteros referencia en la próxima década. Pero los halagos no provienen tras
la actuación en tal partido señalado sino que desde el inicio de su carrera
profesional se vislumbraba un potencial fuera de lo normal. Ahora bien, la
incógnita planteada por el mismo jugador tras anotar su primer gol (Why always me?)
es un claro ejemplo de los aspectos más influyentes en su desarrollo y comprensión.
La falta de asesoramiento quizás, su inmadurez acorde a la edad, la situación
inusual que vive con tan corta experiencia… es difícil afirmar cuál es el mal
endémico que mina la consistencia y regularidad del ganador del premio Golden
Boy 2010. Si bien contrasta por completo con la otra figura a estudiar. David Silva,
probablemente el jugador más determinante en ¾ de campo existente en el
panorama internacional. Por todos es sabido su influencia directa sobre el
rendimiento del Manchester City pero es ante exhibiciones especiales y señaladas
como las de esta tarde cuando uno, de forma rotunda, insiste en mencionar la
incidencia de Silva. Maneja los tiempos con y sin balón como el mejor Andrés
(Iniesta) y el mejor Xavi (Hernández). Nadie se le asemeja. Quizás para algunos
exagere pero me baso en sus actuaciones. La jugada del segundo gol es una exhibición de su lectura de juego. Además,
aporta al colectivo anotando un gol definiendo ante David de Gea. Conjuntamente
regala a los aficionados un pase/asistencia desde su propio campo que otorga el
¡SEXTO! gol de su equipo. Los calificativos para el joven canario tienden a
extinguirse. Es, abusivamente, superior. Es TOP.
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Secuelas a vislumbrar
En apenas dos meses la entidad del Manchester United ha
experimentado la sensación de realizar una presentación espectacular v Arsenal en
feudo propio (8-2) y el estremecimiento tras encajar un rotundo correctivo v
Manchester City en feudo propio (1-6). Precisamente la figura del rival es lo
que más daño causa. La hegemonía implantada por Ferguson desde su llegada
parece tambalearse, si bien en Agosto consiguió recuperar territorio perdido al
cosechar una victoria de altura con una remontada recordada hoy día. Porque la
goleada admite connotaciones. La elevada cifra de goles encajados no se debe a
una mala actuación del portero, ni a un despropósito a lo largo de los 90
minutos de juego. El hecho de jugar con un hombre menos y no renunciar a
conseguir, al menos, un empate con 0-2 en el marcador ha decantado, en cierta
medida, que los espacios defensivos fueron mayores, que el rival consiguiera
varios goles al contraataque e, incluso, que con 0-3 en el minuto 82 se
otorgaran ínfimas esperanzas tras el gol(azo) de Fletcher. Las matizaciones son
oportunas y necesarias. Lo que no puede negarse es que el tan criticado Roberto
Mancini posee un grado de influencia sobre la situación reinante en Manchester
City. Puede que la contundencia y lo mostrado aporte nuevas vías de actuación en
el futuro cercano. Muchas preguntas han obtenido respuesta con este partido. Sin
embargo, otras muchas consultas se realizan derivadas de ellas mismas. Nunca antes
el fútbol tuvo un ejemplo tan clarividente de sus ingredientes: tensión, pasión,
espectáculo, transcendencia… categoría.
Artículo publicado en Fútbol Británico: http://futbolbritanico.com/2011/10/modern-history-writing/
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