La temporada del Benfica no se puede catalogar como
excepcional. Ahora bien, el término desastre tampoco se adjunta en exceso a la
realidad imperante. Cierto es que en el último mes la situación en la Liga Zon
Sagres se ha modificado hasta tal punto de no ocupar ninguna de las dos
primeras posiciones, hábito que era rutina en los últimos años. Pero la
situación que existe en la máxima competición europea supone que la entidad
lusa viva momentos nuevos e ilusionantes en Europa. Su enfrentamiento ante el
Chelsea por un pase a las SemiFinales del torneo no se postula como un evento
radicalmente infranqueable. Todo lo contrario. Y la estrategia de Jorge Jesus,
llegado este momento, puede resultar ser decisiva. Para lo positivo y para lo
negativo.
El hecho de jugar la Vuelta de la eliminatoria en Inglaterra
puede ser un factor bastante condicionante. Así quedó demostrado con la participación
del Napoli y las dinámicas son totalmente opuestas entre ambos conjuntos. Pero
si existe un emparejamiento igualado en esta ronda es éste. Lisboa es
consciente de ello y parte de las opciones reales de clasificación residen en
la puesta en escena del combinado en feudo propio.
Se espera que el Chelsea de Di Matteo, impredecible sin
ninguna duda al respecto, juegue con un planteamiento puramente defensivo,
especulativo y nada arriesgado. La posesión del balón puede ser capital,
estando Witsel en el doble pivote junto a Javier García para combinar de manera
insistente con Nico Gaitán, especialista en asistencias; Aimar o Rodrigo, ambos
presentes en la zona de ¾ del terreno de juego; y Nolito o N. Oliveira,
compañeros de un Cardozo que sustenta con sus goles al equipo portugués (0.72
goles por partido de promedio).
En clara conjunción con ello, la defensa del Chelsea. David
Luiz vuelve al que fue su equipo con la duda de saber si jugará en el centro de
la zaga o en un lateral. Sus condiciones propician que los errores defensivos
en la marca y en la salida del balón vayan en clara consonancia
contraproducente para los intereses de su equipo, si bien ha sido decisivo en
varios encuentros de máxima exigencia y cuenta, actualmente, con el beneplácito
de su entrenador. Porque la figura de Terry se asemeja indiscutible, inamovible
y principalmente argumental. Es, junto a Lampard y Drogba, lo que sustenta a la
entidad de Londres. Demorando el cambio que se debe producir en el seno del
Chelsea, ya es recurrente afirmar que estamos ante la última oportunidad de
estos tres bastiones de conquistar Europa, ese cetro hegemónico que se les ha
resistido desde la llegada de Abramovich. Y a pesar de que lo conocido y prácticamente
obsoleto se tercia como lo presente y lo opcional, todo hace indicar que la
balanza se decantará para el extremo que más compacto sea y más versatilidad
sepa mostrar a lo largo de los 180 minutos de eliminatoria. Ése es el detalle
que quieren explotar los mencionados. Ahí es donde reside la principal
debilidad del Benfica. Ambos deberán saber manejarlo.
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