En la temporada 2011/2012 de la Serie A, disputadas catorce
jornadas, la principal atracción que se evidencia cada fin de semana reside en
dos conjuntos que, atípicamente, poseen una implantación de valores inusuales
en el contexto italiano. Por ello, tanto Juventus como Roma son partícipes de
una ideología elogiada por unos y aclamada por otros. No obstante, y como
consecuencia derivada, el riesgo de sus planteamientos les supone una reducción
considerable en su margen de maniobra. Anyway,
el partido que cerraba la jornada en Italia, y disputado en la fecha del Lunes,
involucraba a los dos equipos más estimulantes cada fin de semana. Y ello es
destacable.
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Capacidad de actuación
Las ya sabidas bajas en el conjunto romano provocaban que,
ya en la previa del partido, las variantes fueran esperadas y los cambios se
produjesen con el riesgo presente de que la implantación de nuevas variantes
pudieran modificar el esquema que, en ciertos momentos puntuales, habían
otorgado óptimas críticas y exhibiciones dignas de elogio. Por ello lo esperado
se tornó en evidente y, de tal manera, la presencia de la Roma se veía
condicionada por distintas tesituras variables. A saber: 1) De Rossi era el
acompañante de Heinze en la zaga defensiva. 2) Totti volvió, en un partido
grande, a la titularidad y provocó que… 3) tanto Osvaldo como Lamela jugasen
escorados en las bandas, evento que fue predominante al inicio de la temporada
y tan malos resultados propició. 4) Viviani, jugador del equipo primavera, fue
el MC titular. Ahora bien, el tiempo de posesión real en todo el encuentro fue
producto de la Roma, teniendo como radical síntoma deficitario la salida de balón
desde primera línea de creación. Las pérdidas de balón, provocadas por intentar
sacar el balón previo toque y combinación desde la zaga defensiva, fueron
continuas y, sumado a la comparecencia testimonial de Pjanic, la transición en
la zona media del terreno de juego era un problema optimizado por el rival. Con
todo y con ello la imagen ofrecida mejoró de manera notoria el precedente más
inmediato (at Fiorentina) y la sensación de ser capaz de jugar en igualdad de
condiciones con el líder del campeonato es un detalle que refuerza la idea
implantada. O debería.
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Influencia incuestionada
Probablemente la figura de Conte sea la más influyente en el
panorama italiano. No sólo por lo que está implantando en lo que a conceptos
futbolísticos se refiere sino porque, de manera paralela, los resultados están
acompañando la idea vital desde el primer momento. Buena prueba de ello es la situación
que atraviesa la Juventus disputadas catorce jornadas, aún por alcanzar el ecuador
del torneo nacional. Obviamente la aparición como MC de Pirlo es un indicativo
idóneo para definir lo expuesto y, a su vez, un condicionante inmediato de lo
que supone contemplar los partidos del conjunto de Conte. Superada la
treintena, los detallitos que regala en cada encuentro se aúnan junto a la
efectividad de su juego, circunstancia óptima y estimulante. Habiendo jugado ya
ante equipos poderosos de la Serie A (Milan, Napoli, Inter) sorprendió en
cierta medida no vislumbrar ningún tipo de superioridad palpable respecto al
equipo romano. A pesar de ello la reacción que se produjo tras encajar el
primer gol expresa de manera clarividente la partición primordial de la
entidad: posesión fluida de balón, generación continua de ocasiones de gol,
ritmo superior a la media italiana, actitud ofensiva en todo momento. Quizás
para muchos no sean puntos resaltables, ni siquiera dignos de mención, pero la contextualización
del partido, entendiendo todo lo que conlleva la Serie A, evidencia la
capacidad de motivación que provocan partidos tan señalados, indicados con
anterioridad y superfluos comparables a grandes eventos. Senza dubbio: grande spettacolo.
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