Tanto el propio Roberto Mancini como el dueño del club, Sheikh
Mansour, han expresado en las últimas fechas los objetivos reales de la
entidad. Y, a tenor de lo expresado, la sensación es ambigua y arraigada a un
ambiente de negatividad y eufemismos. Ambos anteponen la competición nacional,
la Premier League, sobre cualquier competición a disputar. De tal manera la
confianza sobre el cuerpo técnico es absoluta: "Sometimes I meet City
supporters who criticize the work of the manager. In my opinion, his plans are on the right path.
We need to reflect upon where the club has been and what we have achieved so
far and realize that what we have achieved to date is formidable." Y, claro está, si la exigencia no se sitúa en un
nivel máximo la complacencia y autodeterminación prevalecen sobre los
requisitos formales y puntuales. Claro ejemplo de ello es la tesitura que
plantea el italiano antes de la disputa de la jornada que define su posición final:
"If we don't go through in the
Champions League, our lives will continue. … We did our thing. We made some mistakes in this
group, and this can happen. When we started our season, the Barclays Premier
League was the first target for us. I think we should be realistic in the
Champions League.”
Ahora bien, los
análisis se deben sustentar en lo realizado y exhibido a lo largo de las seis
jornadas de la fase de clasificación disputadas. Es lo necesario y lo
inteligente. Y la conclusión principal, casi argumentativa, se basa en la
incapacidad en momentos puntuales para competir contra entidades de experiencia
reconocida. Sin embargo, como muchos apelan, la calidad del colectivo hubiera
tenido que bastar para contrarrestar este tipo de aspectos que no se pueden
evolucionar sin la disputa de partidos de elevada exigencia. Porque la actuación
general, valorada en su globalidad, no se puede definir como insatisfactoria. Bien
es cierto que detalles puntuales terminaron por decantar encuentros como el
disputado v Napoli, at B. München. No se incluye la quinta jornada, la decisiva
en términos directos, disputada at Napoli porque, si bien el choque poseía
tintes influyentes en la concepción del mismo, su realización no se erigió como
esperada. Con todo y con ello la opción de conquistar un título europeo se
mantiene. ¿Se aprovechará?
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Sin vista futura
Poco ha importado que
el próximo Lunes la jornada correspondiente a la Premier League depare un
partido at Chelsea. Existiendo dos bajas (Richards y Kolarov) los laterales
eran las únicas posiciones identificables como variables con respecto a lo
planteado de inicio a lo largo de la temporada. Es decir, la disposición táctica
era la esperada y los jugadores encargados de disputar el partido se conocían
con anterioridad debido a sus ya habituales sinergias. Existió, durante muchos
minutos del encuentro, preocupaciones derivadas del juego. La segunda línea de presión
del B. München, formada por cinco hombres, provocaba que en ¾ de campo la
nulidad del equipo inglés fuera evidente. Las esperadas combinaciones entre
Silva-Agüero-Nasri no existían y, por tanto, las únicas soluciones a tal evento
negativo residían en las individualidades del colectivo. En detalles efímeros. Como
no podía ser de otra forma, por la apuesta deportiva del club de Manchester,
éstas se produjeron. Primero Silva, finalmente Agüero, más tarde Y. Touré. Bien
es cierto que no se puede calibrar al 100% la actuación del equipo alemán porque
su “XI” de inicio no era el habitual. Basado en las variaciones habituales por
tratarse de un partido intrascendental, la resistencia germana no fue
asemejable a lo exhibido por el conjunto de Jupp Heynckes durante esta
temporada. Anyway, la victoria era el mínimo exigido y, ahora, la consecución de
la Premier League no admite ningún tipo de excusa. Ahora, afinando el panorama
reinante, la UEFA Europa League debe de postularse como un escenario ideal para
campeonar.
Artículo publicado en Fútbol Británico: http://futbolbritanico.com/2011/12/sadness-hope/
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