Eventos para precisar

La preparación previa para el Mundial 2014 se realiza disputando amistosos hasta el comienzo de la fase de clasificación. Por ello tanto Argentina como Brasil han disputado varios encuentros en las fechas de Septiembre reservadas para las Selecciones con el objetivo de probar jugadores, variar esquemas y establecer las nuevas pautas tras la implantación de un nuevo cuerpo técnico, caso de Argentina.

Sabella es el encargado de proporcionar al combinado argentino de una fluidez en el juego capaz de aprovechar al máximo la calidad de sus atacantes, siendo la figura de L. Messi la más llamativa por el juego que practica en su club de origen. A saber: Agüero, Di María, Higuaín, Tévez, Lavezzi, el propio Messi… El potencial se ajusta al disponible en la Copa América con Batista que no supo cuadrar. Mucho se habla de la necesidad de entregar la Selección al nuevo capitán, de formar un estilo de juego y un esquema sobre el terreno de juego que sea el más adecuado a sus características… dejando en un segundo plano las aptitudes y capacidades de sus compañeros para desequilibrar un partido y ser protagonistas de una generación inigualable en cuanto a talento ofensivo. Por ello, y debido a la figura de Sabella, los amistosos disputados v Venezuela y Nigeria eran partícipes de un obligado análisis. Por momentos la sensación que dejó la nueva idea no se diferenciaba en exceso de lo acontecido con Batista, estando la capacidad táctica del cuerpo técnico nublada ante la obligación externa de basar todo en Messi. Quizás sea el problema por el cual Argentina no juega como debería, no aprovecha sus recursos y, lo que es más preocupante, no genera expectativas de cara a la próxima competición internacional. La funcionalidad de los centrocampistas se basa en dar el balón al “10”, proteger a la débil zaga defensiva y no provocar fallos en zonas de peligro para el rival. Es decir, su aportación es mínima y la implantación del 4-3-3 se ha visto implementada con: 1) Mascherano- L. González.R. Álvarez v Venezuela con los cambios que propiciaron Mascherano-Pastore-Sosa. 2) Mascherano-Sosa-Burdisso v Nigeria con los cambios que propiciaron Mascherano-Banega-R. Álvarez. Probablemente sea la zona más importante para el juego que realice Argentina y resulta que se trata de una parcela que sólo tiene a un denominador común (Mascherano). Es evidente que no se encuentran los complementos perfectos y las variaciones y probaturas que se están realizando no han dejado buenas impresiones, siendo ello un principal problema para Sabella quien, mientras tanto, cede la Selección a beneplácito e inspiración de Messi. Recordando a Batista.

Por su parte Mano posee la presión de disputar el próximo Mundial en territorio propio (Brasil) y ser el encargado de suministrar tanto potencial como calidad. El objetivo es campeonar en 2014 y para ello se está configurando una Selección basada en jóvenes jugadores con un posible máximo desarrollo en tal fecha (Neymar, Lucas, Danilo, Casemiro, Ganso, Damiao…) y jugadores ya habituales con plena participación en grandes entidades europeas (D. Alves, D. Luiz, Hulk, Robinho, Pato, T. Silva, Marcelo…) Ésta es la mezcla que quiere implantar Mano y que poco a poco realiza, más allá de incongruencias como la convocatoria de Ronaldinho. Sin ninguna duda existe nivel para estar presente en rondas finales de competiciones importantes tanto en categoría Sub20 (recientes campeones de Mundial) como en niveles máximos (¿Cuartos de Final Copa América?) Pero ha quedado demostrado que ante potencias de primer nivel como Alemania la imagen es paupérrima, el juego nulo y las opciones de ganar disminuyen considerablemente. Por el momento no se considera a Brasil como una Selección capaz de discutir el dominio de Alemania y España y su nivel se asemeja más al de Holanda, principales candidatos a campeonar con la desaparición de los primeros mencionados. Lo visto v Ghana reafirma la sensación principal aunque el camino hasta el Mundial 2014 es largo y su disputa parece lejana. La próxima Eurocopa puede ser un detonante para aumentar las distancias, la disputa de un torneo de máxima exigencia así lo evidencia. Brasil, por vez primera, no es la Selección a batir. La preparación postulará cambios en los análisis previos.