miércoles, 14 de septiembre de 2011

Good passing, good fluency


El inicio de la UEFA Champions League para André Villas-Boas reportó el que, probablemente, sea el mejor partido en lo que llevamos de temporada. La expectación era máxima en aras a vislumbrar una nueva cita en Stamford Bridge con ocasión de la apertura de la máxima competición europea, ésa que tanto anhela R. Abramovich y por la cual ya se ha gastado más de 800 millones en un periplo que dura ocho años. No obstante, la apuesta para este curso es clara y firme: hasta ¡15 millones de euros! ha desembolsado para que el entrenador más apto y joven de Europa dirija al club de Londres. Con todo y con ello la exigencia es máxima y, a tenor de lo visto en el terreno de juego, la capacidad de crecimiento exponencial es proporcionalmente positiva.
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-          La zona influyente
Estudiando la (corta) trayectoria de AVB y su filosofía de juego uno establece como norma principal el manejo de un esquema propio al 4-3-3. Por ello el “XI” que dispuso v B. Leverkusen planteaba ciertas dudas a la hora de la disposición táctica en el terreno de juego. De tal manera fueron Meireles y Malouda los interiores en el centro del campo contando con el apoyo de Obi Mikel en el pivote. Así, varió la posición de su apuesta personal (Meireles) ubicándole como interior diestro y no repitiendo la posición de pivote que desempeñó v Sunderland. Ahora bien, lo novedoso fue ver a Malouda, extremo izquierdo, colocado en posiciones centrales, siendo quizás más esperado un cambio de posición con Mata debido a la capacidad de asociación y combinación que posee el español. La premisa principal era ser poseedor del balón, y así fue, mas la fluidez y efectividad en transiciones defensa-ataque resultaron mejorables, aspecto lógico a tenor del tiempo transcurrido desde la llegada del nuevo cuerpo técnico y la consiguiente implantación de sus consignas tácticas. Siempre se ha considerado una zona importante en los esquemas del técnico luso la del centro del campo. Quizás por ello sea la que más le está afectando en su elaboración de “XI” y, precisamente, es la que más cambios ha sufrido a lo largo de la temporada. No hay duda de que, una vez obtenido el posicionamiento ideal, la imagen y el juego variarán. La evidencia de todos estos cambios se fijó en el doble cambio que realizó en el segundo periodo: Lampard y Anelka al campo, vuelta a los orígenes.
-          Capacidad ofensiva
Que tu delantero fetiche, el cual ha costado más de ¡50 millones de euros! sólo sea capaz de anotar un gol a lo largo de seis meses se puede considerar como un grave problema. Ahora bien, analizando la influencia de Fernando Torres sobre el juego del Chelsea y su aportación en el aspecto ofensivo destaca un inconveniente primordial: el control en la recepción. Éste, al ser erróneo la mayoría de las veces, inhabilita las superioridades conseguidos tras buenos desmarques, pases en profundidad o jugadas ofensivas de peligro. Este déficit en su juego no sólo repercute negativamente en su rendimiento personal sino que provoca que varias ocasiones de gol y superioridades en fase ofensiva no sean fructíferas. Pero, a pesar de ello, la fijación de centrales al ser la referencia es siempre constante y ello permite que la llegada de jugadores desde segunda línea sea limpia y óptima. Así quedó demostrado en el primer gol de David Luiz y, posteriormente, también fue el responsable del segundo gol de Mata. Las oportunidades de gol no se materializaron, repartió dos asistencias y generó desequilibrios defensivos en la zaga alemana. Por el contrario, Sturridge se siente importante, juega con confianza y su juego se eleva. Ahora bien, si existe un jugador indispensable para que el Chelsea fluya y funcione es Mata. Así quedó demostrado. Así se afirma que el inicio de la UEFA Champions League en Londres tuvo el partido más completo del Chelsea. 
Artículo publicado en Fútbol Británico: http://futbolbritanico.com/2011/09/good-passing-good-fluency/

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