jueves, 29 de septiembre de 2011

No doubts


El Valencia v Chelsea ha propiciado el primer duelo directo entre dos estrategas que, a su manera, destacan en el panorama europeo. Tanto Unai Emery (1971) como André Villas-Boas (1977) se admiran mutuamente y, debido a sus aptitudes demostradas y exhibidas, sus figuras se postulan como las principales en las décadas venideras. Por ello el choque a disputarse en Mestalla poseía un aroma de grandeza, atracción y seducción. Los aspectos tácticos han deparado un partido muy completo en cuanto al análisis y una evidencia clara y argumentable: ambos equipos son alternativas reales al dominio de los, a priori, favoritos.
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-          La importancia de mantenerse firme
El hecho de enfrentarse los dos equipos destinados, de inicio, a competir por la primera plaza del grupo no ha supuesto, para ninguno, variar un esquema que hasta el momento está reportando resultados positivos. Es habitual ver cómo Emery realiza cambios tanto en los partidos previos a la disputa de la máxima competición europea como en los mencionados encuentros y sus posteriores eventos. Ahora bien, sabedor de la importancia del resultado frente a un rival directo, de la imagen a ofrecer ante una entidad que te mide en un contexto europeo y, sabedor pues, de la repercusión del planteamiento y realización del mismo Unai apostó por repetir ese 4-2-3-1 que le distingue por combinar a Banega y Canales como titulares, especiales a la hora de mantener la posesión y aptos para enrolar al equipo en una espiral de combinaciones y transiciones. Y puede llegar a sorprender porque la capacidad de modificar esquemas y buscar alternativas a lo exhibido con anterioridad ha supuesto, en ciertos momentos puntuales, cambios y rotaciones. No así se define a André Villas-Boas, rutilante estilete del 4-3-3 con el cual quiere imprimir su sello personal a un Chelsea intenso con el balón y poderoso en las transiciones ofensivas que circulan a través de Mata. Ver el trío Lampard-Mikel-Ramires ya sorprende aunque sí puede llegar a ser contraproducente no ofrecer minutos a Oriol y McEachran en partidos de entidad, a tenor de lo vislumbrado v Fulham en Carling Cup.
-          Distinguidas fases del juego
Las puntualizaciones realizadas sobre el dominio del partido bailan en función de los minutajes realizables. Probablemente el mayor responsable del empate final ha sido Alves, ese portero del Valencia que vive esperando los minutos que no disputa el teórico titular (Guaita). El primer periodo fue excesivamente igualado, quizás con más presencia del conjunto español en el área rival, siendo ambos equipos conscientes de la importancia en no cometer errores defensivos porque, en este tipo de partidos, pueden decidir el resultado final. Con ello, la presencia  y participación de Banega y Canales fue notable ya que la circulación del balón era más fluida y no carecía de velocidad. Pero, desde el primer minuto de la segunda parte, la superioridad del Chelsea se pasmó en el terreno de juego y fueron hasta ¡CUATRO! intervenciones las que realizó Alves para evitar un marcador amplio. La sensación de mejoría fue palpable y los niveles de espectáculo se situaron en índices elevados. Ambos equipos deberían sacar conclusiones positivas y mantener la confianza en la apuesta ofrecida. No doubts. 
Artículo publicado en Fútbol Británico: http://futbolbritanico.com/2011/09/no-doubts/

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