Probablemente... outsiders

Francia e Inglaterra poseen argumentos suficientes para optar a rondas finales en la próxima Eurocopa de 2012. Su fase de clasificación para tal evento está dejando sensaciones contrapuestas y, lo que para una es continuidad en el estilo, para la otra selección significa el comienzo de un ciclo atractivo y estimulante cuanto menos. Sus filosofías radican en exceso, sus entrenadores son antagonistas en cuanto a la ideología y la confección de ambas plantillas atesora nivel y talento. Probablemente sean dos outsiders con opciones a competir con la supremacía del fútbol mundial.

Cinco victorias, dos empates y una derrota es el balance de Blanc al frente la Selección Francesa en esta fase de clasificación. Su proyecto ha estado, desde el principio, lleno de obstáculos y dificultades, mas la gestión de los diversos acontecimientos negativos ocurridos y la planificación de la plantilla con automatismos nuevos a realizar dentro el terreno de juego plasman un ideal de variantes y estética nada despreciables. No es tarea factible desatender lo que se pretende conseguir, el camino que se realiza para ello y el trabajo exhibido en varios partidos disputados. Y buena prueba de ello es que las probaturas se realizan ante rivales de entidad, capaces de ser superiores a uno mismo y partícipes de situaciones adversas en aras a la consecución de lo anhelado. De tal manera Blanc escoge a Chile como su rival para jugar un amistoso en Agosto, utiliza los compromisos oficiales v Luxemburgo para introducir novedades y obtiene no sólo compromiso absoluto de su plantilla sino inculcar unos valores antes desconocidos que pueden derivar en que, de cara al Mundial 2014, Francia vuelva a ser una Selección de nivel temida por sus rivales. Sonando ello como una obviedad y algo perdurable, cabe resaltar que todo lo introducido desde la llegada de Blanc es totalmente novedoso. La razón reside en la herencia recibida de Domenech.

Inglaterra realizó una fase de clasificación para el pasado Mundial que provocó una situación llamativa y esperada: su participación se preveía como fundamental y partícipe de rondas finales. La superioridad demostrada, no así como el juego, eran suficientes como para establecer que un equipo dirigido por Capello podía ser protagonista de eventos importantes. No sólo la cita en Sudáfrica fue decepcionante sino que la continuidad en el cargo del italiano ha supuesto que las opciones reales en torno a la Eurocopa de Polonia y Ucrania se vean reducidas. A saber: el estado de forma de Lampard, el estado físico de Gerrard, la incógnita de Wilshere, dependencia de Rooney, suplencia de A. Johnson, presencia continuada de Smalling como LD… Varias situaciones y decisiones se le critican al estratega laureado y la atmósfera no desprende grandes atisbos de realidad competitiva. Bien es cierto que el primer objetivo, clasificación para la cita europea, se ha conseguido con cierta suficiencia (cinco victorias, dos empates) restando un partido oficial sin nada en juego; mas la incapacidad para formar un “XI” potente y realmente óptimo puede suponer que las continuas variaciones provoquen: 1) Desconocimiento de las figuras titulares. 2) Excesiva dependencia de jugadores y su momento de forma. 3) Dudas sobre la gestión intermitente. 4) Falta de nivel para competir. La cultura inglesa es férrea y tradicional. La situación de Inglaterra no es la idónea para campeonar.