miércoles, 8 de septiembre de 2010

Grupo H



Tan cristalino como que Aragonés se va a sentar en el banquillo portugués más pronto que tarde. Empatar 4-4 en casa frente a Chipre y perder ante Noruega bien vale una destitución inmediata y sin indemnización. Malos momentos está pasando Portugal. Su pronta eliminación en el pasado Mundial a costa de España y el bajo rendimiento que ofrece Ronaldo desfiguran a una selección que antaño fue una referencia y una fábrica de futbolistas veloces, técnicos y de calidad. Tras dos jornadas y verse en la clasificación con un mísero punto debe de servir para que los organismos más representativos de la Federación Portuguesa (no me refiero a Mendes, que hace y deshace a su antojo) se den cuenta de su fallo al apostar por un entrenador que allá donde ha ido como primero ha defraudado. Así, y debido a los resultados, Dinamarca y Noruega se sienten fuertes y con esperanzas de que esta amarga pesadilla dure lo máximo posible para los portugueses y en beneficio de sus intereses propios. O existe una capacidad de reacción temprana y efectiva o una debacle en forma de eliminación de Portugal será un hecho y no un deseo por parte de muchos. 

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