Mikel Arteta aspira a vestir la “Roja”. Así lo ha afirmado el propio futbolista alma de un club de Liverpool capaz de brindar tardes de gloria y partidos para el olvido. Hablar de Arteta es hablar de lesiones, de recaída y de sufrimiento. No obstante, todo ello siempre ha ido acompañado de ascensiones, de regresos, de ilusión.
Su posición en el terreno de juego le aúpa como uno de los mejores mediocentros existentes por las islas, a fin de que con su estrenada nacionalidad inglesa se rumoreaba una posible citación por parte de Fabio Capello. Ahora bien, tal circunstancia también le supone un problema añadido: España posee la mejor generación de centrocampistas de su historia. Por ello, a sus 28 años, es virgen en cuanto a convocatorias oficiales para disputar enfrentamientos con la Selección Absoluta se refiere. Se antoja harto complicado el que su sueño se cumpla debido a que, como él bien sabe, en la Masía no se para de fabricar jóvenes talentos de toque y posesión; queriendo cada vez más reducir la edad media de un combinado que ve en su más inmediato sustento (sub-21) jugadores con experiencia en las máximas categorías.
Quizás renovar con su club actual, Everton, le haya cerrado las puertas a dar el salto a un equipo de aspiraciones europeas, mas todo indica que su retiro será en Anoeta y su pensamiento no va más allá de Liverpool, tratando de afianzar a una escuadra versátil en competiciones europeas, no siendo favoritos a ocupar dicha posición pero teniendo como principal sustento el trabajo de un entrenador (David Moyes) que cuida la cantera y es simpatizante de un juego combinativo basado en la calidad de Fellaini, Rodwell y el propio Mikel.
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