La cuarta jornada de UEFA Champions League en el Grupo A era
extremadamente impactante. Si uno atendía a la clarividencia del enfrentamiento
directo entre Napoli y Manchester City los tintes de partido especial se
postulaban como perennes y sonrojantes. Porque el fútbol tiene esa capacidad de
atracción innata y sumida en un gran estado de idiosincrasia. Para ambos
equipos era el partido que definía su participación futura en esta competición europea
y, como tal, apostaron por encarar el choque con una seriedad máxima.
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Engaño conceptual
No sólo no hubo sorpresas en las disposiciones iniciales
sino que, una vez más, quedó constatado el gran potencial y la amplitud de una
plantilla cuyo coste reporta saldos negativos en los baremos finales. La principal
incógnita del partido era saber si Napoli iba a mantener su estilo característico
de juego: cesión de protagonismo al rival, rapidez en contraataques y capacidad
óptima de efectividad cara a gol. Y se realizaba tal interrogante por la
importancia del encuentro, porque el rival era apto con la posesión del balón y
por el riesgo de ceder excesivamente el peso del partido con la necesidad
imperiosa de obtener un resultado positivo. Bastaron diez minutos de juego para
despejar toda duda al respecto. El esquema previsualizado se confirmaba y, paradójicamente,
Napoli era partícipe de las ocasiones más claras de gol en un corto intervalo
de tiempo. Por su parte, el ambiente del San Paolo se asemejó al esperado. El elemento
a tener en cuenta (véase v Villarreal) tuvo una incidencia palpable, que no
directa.
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Diámetros nacionales
La situación que deriva de este partido es casi definitiva. Si
tras el encuentro at Villarreal el 22 de Noviembre era una fecha de radical
trascendencia para los intereses ingleses en la UEFA Champions League, la
derrota ante el rival directo por la clasificación supone que las esperanzas disminuyan
debido a que la última y decisiva jornada depara un ManCity v B. München y un
Villarreal v Napoli. ¿Qué supone esto? Que el ambiente esté enrarecido porque
la inversión ha sido superlativa y la debacle de obtener la tercera posición es
una realidad más que presumible. Ahora bien, la disputa de la UEFA Europa
League supondría un efecto aletargador, carente de motivación para una entidad
confeccionada con expectativas lejanas en la competición de mayor calidad en
Europa. Si bien la sexta jornada ha de disputarse el ánimo en el club inglés no
se presume como excitante. Y es que los datos en la competición domestica, Premier
League, son radicalmente opuestos: once partidos ganados y uno empatado. Su hegemonía
incidente no supera las fronteras. La decepción y el desencanto imperan. Nadie
cotejaba tal condición.
Artículo publicado en Fútbol Británico: http://futbolbritanico.com/2011/11/poderio-exclusivo-nacional/
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