El fútbol en Francia es diverso. Sus distinguidas culturas
arraigadas a territorios definidos hacen que, de manera unilateral, la
versatilidad se torne como una característica común. Pero, a su vez, todo ello
confluye en una catarsis de diferentes sensaciones, ritmos, algoritmos futbolísticos
extrañamente imaginables en otro contexto cultural y social. De tal manera sólo
un inversor potente, extranjero y con recursos ilimitados ha hecho acto de
presencia de forma activa en la vida francesa. Parisina para ser más concretos.
El fútbol en Francia es irregular. Estimulante. La Francia futbolística vive
grandes momentos de cambio. Palpables.
Si uno, de una manera aleatoria y desconocida, vislumbra la clasificación
de la Ligue1 verá cómo, para gran desconcierto general, un equipo llamado
Montpellier ocupa la primera posición. Nada sintomático pensará. Pero, al virar
levemente la cabeza anota el dato principal y aún más llamativo: se han
disputado la totalidad de quince jornadas. Y, además, es el equipo más goleador
(32 goles) para la obtención, como consecuencia directa, de una ventaja de tres
puntos respecto al más inmediato contrincante. PSG son las siglas del
susodicho. Quizás más conocido para la generalidad externa. Quizás debido a
ello sea necesario incluir a Lille y O. Lyon.
Las tres últimas jornadas, para no retrasar en exceso la
temporalidad, han evidenciado un principal problema presente en tierras galas:
la irregularidad es la premisa reinante. La confección de la plantilla del PSG
es elogiada por unos y tildada como potentísima por otros. En ese sentido caben
pocas dudas de que, tras la llegada de Leonardo al club parisino, el montante
económico invertido está siendo utilizado de manera responsable y lógica. Ahora
bien, todo el proyecto ha recaído, de primeras, en Kombouaré, inepto para la
mayoría de la opinión pública externa. El principal objetivo de los nuevos
propietarios (fondo qatarí) es la consecución de varios títulos en los años
venideros, tempranos y positivos en cuantía de aportación futbolística para la
capital francesa. Pero analizando su participación en varios de los partidos
disputados en la competición nacional vislumbra resultados novedosos y, a
priori, no esperados. Si bien en feudo propio no obtiene grandes pegas a lo
exhibido (6 victorias, 2 derrotas) es en los desplazamientos donde su puntuaje
se resiente (7 victorias, 3 empates, 3 derrotas). Precisamente sus últimos tres partidos son:
empate at Girondins, derrota v Nancy, derrota at O. Marseille. A ello hay que
sumar que el rendimiento de Pastore en partidos señalados no es el adecuado y
que los desajustes defensivos se tornan como detalles principales a la hora de
evaluar la globalidad de tal faceta. En el partido que servía para demostrar su
valía/potencial dos errores defensivos sentenciaron de manera definitiva el
choque, resultando en un doble cambio significativo y ¿sintomático? a falta de
¡30! minutos de juego. Los señalados: Gameiro y Pastore…
Mucho se comenta que la baja de Cabaye, rumbo a Newcastle en
verano, es un síntoma a tener en cuenta porque su sustituto (Pedretti) no está rindiendo a un nivel
esperado/asemejable. Cierto es que el disfrute de Hazard era la vital actividad
a realizar por Rudi Garcia, mas lo manifiesto es que el acierto goleador de Sow
en la temporada 2010/2011 repuntó en positivo para el club galo. Esta campaña,
con unos porcentajes totalmente contradictorios, la repercusión ofensiva es
decreciente y sólo la aportación de extremos en esta faceta mantiene el tributo
del gol. En las últimas fechas es habitual ver cómo partidos controlados de
forma óptima terminan por finalizar en empates que restan la capacidad del combinado
(véase CSKA en UCL, v Evian, at Toulouse). Y si una cosa está quedando
demostrada es que las variaciones por parte de Rudi Garcia se tornan como
decisivas para reinventar la fluidez en un equipo falto de clarividencia en
ciertas fases del juego. Así, de su ya característico 4-3-3, la implantación de
un 4-2-3-1 se ha presenciado en más de una ocasión. Balmont y Mavuba en la zona
media se reparten las tareas para dar total libertad a una línea de cuatro
jugadores capacitados exclusivamente en actividades ofensivas. Cole, Obraniak,
Hazard, Sow, de Melo, Payet se reparten los minutos y las posiciones, siendo la
versatilidad y la continua movilidad premisas principales de su juego. A pesar
de haber empatado hasta ¡SIETE! partidos en quince jornadas su tercera posición
le coloca a dos puntos del PSG. Optimismo.
Sorprendió Garde en el estadio Santiago Bernabéu con la
entrada en el centro del campo de Fofana, imberbe pivote de posición, junto a
Kallstrom. Y ello, unido a la baja de Gounalons establece cuál es la pareja más
adecuada para la producción de juego mínimamente aceptable. Ahora bien, la
nueva probatura, esta vez sin un jugador claro de posicionamiento defensivo, impactó aún más. Hasta dos
veces hemos presenciado un planteamiento, de partida, basado en Kallstrom y
Gourcuff como pareja de centrocampistas y Briand, Bastos, Ederson, Lisandro y
Gomis partícipes de cuatro posiciones de ataque. Pudiendo afirmar ya, sin
titubeos, que el equipo no funciona con estas variaciones la recuperación de
Gomis y Gourcuff se torna como trascendental. Porque al inicio de temporada el
primero y Bastos resultaron en una pareja muy prolífica de cara a gol. Porque el
peso específico y la incidencia de Bastos y Lisandro tras la lesión de ambos es
máxima. Y porque el equipo no enamora en exceso, siendo una filosofía de combinación
y toque fluido propia a Garde. O, al
menos, eso deriva de sus declaraciones públicas. Cierto es que la exigencia en
este nuevo proyecto no es elevada como en anteriores ocasiones pero optar a
competiciones europeas debe de ser una petición mínima. Por ser alcanzable y de
exigencia moderada. Sus cuatro puntos respecto al PSG no son insalvables. Ahora
bien, haber perdido 1/3 de los partidos disputados y encarar la sexta jornada
de UEFA Champions League en tercera posición no son los mejores acompañantes de
viaje.
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