Diario de un sueño: día 5

Es necesario contextualizar. Ese resultado en ese minuto condiciona todo el partido. Al menos, en gran medida. No en vano el gol de Jiracek es el tercero más rápido en una Eurocopa. Nadie esperaba que R. Checa obtuviera un escenario tan idílico y que Grecia respondiera, de inicio, tan mal el día que implantaba unas variantes que hacían presagiar una mejoría respecto a su estreno. El problema en la delantera es que con el perfil de Samaras (lento y sin excesivo gol) la segunda línea se postula como principal, y tanto Katsouranis como Karagounis no son figuras estrictamente llegadoras. A G. Fetfatzidis no lo vamos a ver casi en esta Euro. Asumido. Pero si algo necesita Grecia es aprovechar al máximo el desborde de Fortounis y Salpingidis.

Nada se cumplió en los niveles que F. Santos esperaba, hasta tal punto que Fortounis acabó jugando en la mediapunta para, posteriormente, no finalizar el partido. La constante era que varios jugadores de ataque bajaran a recibir el balón de manera excesiva y contraproducente. Todo ello provocado por la presencia de Katsouranis en la zaga defensiva. Se perdía generación de juego y presión al rival. Quizás por ahí se empiece a entender el por qué de que Rosicky jugara libre de marca y con plena libertad los primeros 45 minutos de juego. Los desajustes en Grecia fueron tales que todo atisbo de organización ni se esperaba ni se presentía. 

La consecuencia directa de todo ello reside en que ambos equipos van a jugar la última jornada con opciones reales de clasificación, no estando presentes (probablemente) ni Cech ni Rosicky, ambos con molestias. Las incógnitas en ambos equipos son elevadas. Por su inconsistencia y su imprevisibilidad.

Jugadores de Polonia celebrando el gol de Kuba

El partido de Obraniak de "10" v Grecia fue muy rico en detalles y muy positivo para su equipo. De hecho en el Girondins recuperó la confianza al tener esa libertad que a él le gusta tener. No obstante, en el Lille ya jugó la mayoría de los partidos en banda, así que esa posición no le resulta excesivamente desconocida. Pero escorado a banda no da tanto a Polonia como el día del primer partido. Y claro, provoca lo siguiente: "hizo que Zhirkov y Zyryanov vivieran más tranquilos de lo esperado." Detalle que no me terminó de gustar excesivamente de Smuda. 

Con ello, otra variante que no se pudo vislumbrar: "La clave del ataque posicional polaco ante Grecia fue el dentro-fuera de Obraniak al costado del centralizado Kuba y el profundo Pisczcek, y eso se esfumó como si nada." Esa conjunción entre estos tres futbolistas fue un aspecto bastante atractivo ante Grecia. Bastante importante ver si ante R. Checa, jugándose la clasificación, vuelve a repetir lo implantado en la primera jornada o si continúa con lo visto ayer. Porque quedó demostrado ser nulo y erróneo.

Respecto a la ya conocida "banda derecha de Polonia" hay que destacar que v Grecia funcionó tan solo 20 - 24 minutos, lo cual supuso que Polonia sólo pudiera manejar el partido mientras encontraban superioridad en ese sector del terreno de juego. Y aquí aparece, de nuevo, la trascendencia de Obraniak para que se produzca tal evento. 

También se encontraba un debate en la previa respecto a Rusia: Kerzhakov o Roman P. Era interesante ver si Rusia cambiaba de "9" y, por tanto, de concepción en la centralidad del ataque. La incógnita con Arshavin es lógica y compartida. Su juego puede estimular en ciertas fases del partido y en otras, por contra, frustrar. Y en esa dicotomía conjugada se mantiene su presencia. 

La incógnita con Dzagoev es necesaria. Su crítica tras el primer partido fue positiva por los dos goles que anotó que, curiosamente, pudieron ser tres o uno. Lo cierto es que sus cifras goleadoras están sufriendo una evolución absolutamente inesperada: para anotar cinco goles con su equipo en la competición doméstica había necesitado esta temporada 24 disparos a puerta. En dos partidos de Euro12, ha anotado ¡TRES! goles tras realizar ¡CUATRO! disparos.